Cuatro vidas, cuatro destinos, cuatro calvarios... unidos por la adversidad. Arrastran sus propios infiernos, cicatrices del pasado, heridas inconfesables. Son el caos, la tormenta, el fuego abrasador que devora. "Nadie elige de quien enamorarse", r...
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—¡Largate! ¡No quiero nada! —me grita Bárbara arrogándome el plato de comida a los pies.
—¡DEBES COMER, MALDITA SEA! —le grito cansada de todo, se está destruyendo y lo peor es que no sé como salvarla esta vez.
Desde que despertó se ha empeñado en alejarme, apenas y me mira, no quiere hablar con nadie, las psicólogas ya no saben como acercarse a ella, he tratado de convencerla de avisar a sus padres pero se niega amenazándome con dejarme si me atrevo a llamarles.
—Come por favor, Bárbara tienes que poner de tu parte —le digo levantando el plato del piso, acercándome logrando que me mire de nuevo con odio.
—No te quiero ver ¿No lo entiendes? ¿Tengo que decirlo en otro idioma para que entiendas? NO-QUIERO-VERTE, dejame sola, si no me vas a dar lo que necesito no te quiero cerca de mí —me suelta tapándose el rostro con la sabana.
—¿Droga? ¿Eso quieres? ¡La maldita droga! —le grito frustrada pasándome los dedos por el cabello.
—¡SÍ! ¡Eso quiero! Es lo único que necesito y tú y tu maldita familia no me lo quieren dar, no me dejas salir, me tienes aqui encerrada, ¡Secuestrada!, ¡LARGATE! —me grita y el enojo hace que de su nariz salga sangre, me acerco tratando de limpiarla pero me aleja.
—Me estás matando Barbie, me lastimas, no me voy a ir, no te voy a dejar sola, nada de esto fue tu culpa, no tienes que castigarte así, por favor, te lo suplico dejame ayudarte —le digo rendida dejándome caer al piso.
—Quiero ver a mis padres, ya no quiero verte —me suelta y la miro confundida.
—Me dijiste que no les avisara. —le digo con los labios temblándome.
—Ya cambié de opinión, llamales, diles que vengan por mí —me dice y niego, sé que apenas se la lleven todo habrá terminado entre ella y yo y me niego a soltarla.
—Sé que es difícil, lo sé pero Barbie no hagas esto.
Le digo y me ignora, no ha sido fácil para ella, los temblores, las pesadillas, el vómito y el dolor de cabeza no son cosas fáciles para lidiar pero no quiero que se rinda, en este centro pueden ayudarla a superar esto.
—Me duele verte Alexa, ¿No lo entiendes? Me mata verte así, dices que no es mi culpa pero lo es, lo es y me odio por meterte en eso de nuevo, te veo y veo a mi hermano, te miro y veo a Hugo lastimándote, ya no puedo más, quiero morirme pero sé que no es lo correcto, así que dejame ir, dejame ir —suelta sin verme a los ojos.
—Entonces ¿También debo sentirme culpable? Porque fui yo la que cayó en la trama, fue mi "mejor amiga" quien me traiciono, yo las metí en esto ¿Entonces es mi culpa también? ¿Por eso me castigas así?
—No trates de voltear las cosas, me voy porque temo que me perdones, porque sé que lo harás pero yo no puedo dejar la droga Alexa, lo supe cuando volví a inhalar, lo dijo Hugo, soy adicta y siempre seré eso, no quiero dejar la droga, la ansió, todo mi cuerpo la aclama, aqui contigo la añoro, ni siquiera lo que siento por ti es tan fuerte, yo estoy en la mierda y tú ya no mereces pasar por eso, dejame ir, ya no quiero verte —me dice con la voz débil, me levanto para verla y su cuerpo confirma el suplicio que está padeciendo, sus ojos hundidos, su piel pegada a sus huesos, su boca reseca, su brazos marcados por sus uñas.
