· 2: La atracción ·

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Después de unos pocos capítulos miro a Sevda y veo que se ha quedado profundamente dormida. Suspiro mientras no puedo evitar sonreír al verla.

—Ojalá no me fuera... —el susurro sale de dentro de mí sin siquiera ser consciente de que estaba pensando en eso.

La miro con atención y a mi mente vienen miles de preguntas: ¿Por qué me has mentido con lo de la Warner? ¿Qué hubiera pasado si ayer hubiese hecho lo que tantas ganas tenía de hacer? Si ayer te hubiese besado, ¿Qué habría pasado?

Mi maldita inseguridad me consume. Hace que no me vea capaz de nada. Que vea a Sevda como alguien intocable para mí, porque es mucho más que yo. Ella vale la pena, yo no. Lo he intentado, he intentado contarle mis sentimientos, pero no soy capaz.

—Me gustas Sevda —fácil de decir cuando ella no me escucha...

Muchas veces me he preguntado qué pasaría si no me fuera, pero también si me quedara. ¿Saldría bien?

El no saber la respuesta hace que me quede atascado y no avance.

Mi móvil suena y al escucharlo miro corriendo a Sevda asustado de que se haya despertado, pero afortunadamente sigue dormida, el sueño de esta chica es tan profundo que ni aunque se caiga el techo ella se despertaría. Vuelvo mi vista hacia el móvil para leer el mensaje de Belinda:

"Mañana te llevo a un sitio especial. No acepto un no por respuesta"

Suspiro con pesadez, porque mañana tengo planes con Sevda, y a esta chica es imposible decirle que no por su cabezonería. Pero tiene que aprender que no siempre tendrá lo que quiere, ¿no?

"No puedo Belinda, lo siento"

"¿Qué es más importante que yo?"

"He quedado para ir a la Warner"

"¡Genial! Me apunto"


Me sorprendo ante su contestación, como venga ella, Sevda la mata y luego me mata a mí. No puede venir, el odio de mi compañera de piso superaría la magnitud de cualquier atracción y es capaz de retirarme la palabra los días que me quedan en Madrid.

Con las manos temblorosas le digo que ya no puede porque no hay entradas, pero nada sirve, porque no deja de insistir.

Así que opto por dejar de contestar y no decirle ni hora ni lugar. Así no podrá venir con nosotros.

***

Estamos preparando los bocadillos para comer hoy en la Warner y observo a Sevda. Su sonrisa va de oreja a oreja y canturrea con la música de fondo.

Hoy es nuestro día.

Pero he hablado demasiado alto, porque cuando estamos a punto de salir, suena el timbre. La miro aturdido porque no esperamos a nadie. Tras levantar los hombros decide ir a abrir y cuando lo hace escucho su voz. La voz de... Belinda.

Me apresuro a ir hacia la puerta, donde las dos me están mirando. Sevda me observa con el ceño fruncido y los labios apretados. Belinda me sonríe y deja su mochila en el suelo.

—¿Qué haces aquí? —pregunta sin ocultar su mal humor.

—¡Kyle me ha invitado a ir con vosotros a la Warner!

Abro los ojos de par en par y la miro con seriedad. Yo no la he invitado. Pero no me da tiempo a negarlo, porque Sevda se va refunfuñando hacia la cocina.

—Belinda, te dije que no —le digo cabreado.

—Pero pensé que era broma —pone morritos, esos con los que se cree que al ponerlos el mundo está a sus pies—. Miré y sí que había entradas, así que compré una. Si no quieres que vaya, me voy.

Vuelve a coger la mochila pero yo la paro. Ya no puedo hacer que se vaya, aunque sé que me está manipulando, no soy capaz de dejarla ir ahora que ha comprado la entrada y viene preparada. Se ha salido con la suya, se viene con nosotros.

De camino allí, Belinda no hace más que preguntar cosas.

—¿Ibais a ir los dos solos?

—Sí, Belinda —contesta ya cansada Sevda—, ¿Qué hay de malo en que dos amigos vayan juntos? —ella me mira y me fulmina con la mirada, claramente enfadada por haberla invitado.

***

Nada más entrar, Sevda empieza a saltar mientras sus ojos se iluminan. Grita como una niña pequeña, cuando llega a una heladería y pide a gritos su helado favorito. Pero ella grita que quiere ir a la lanzadera, también llamada "La venganza del enigma".

Sonrío mientras la observo, me encanta cuando sale su niña interior por lo adorable que se ve.

—Ay, pareces una niña pequeña —dice Belinda mirándola de reojo.

Ella la mira mientras sigue saltando y viene hacia mí sin que su ilusión se vaya tras escuchar ese comentario.

—¡Vamos! ¡Porfa! ¡Porfa! —asiento con una sonrisa, es imposible negarse a esa vocecita, si lo hiciera me sentiría la peor persona del mundo.

—Pero esa no me gusta, vamos a otra —habla de nuevo Belinda, intentando cambiar de plan para seguramente, molestar a mi amiga.

—Pues no subas —suelta Sevda de sopetón, y tras agarrarme del brazo la sigo hasta la atracción. Aunque le aseguro a la otra chica que la siguiente será de su elección.

Mientras esperamos la cola, Sevda mira la atracción con los ojos brillantes y llena de ilusión. Belinda, en cambio, la mira desde el exterior con los ojos ardientes, al final ella ha decidido no subir con nosotros.

Una vez en la atracción empiezo a arrepentirme de haber subido. Es de las atracciones que menos me gusta, odio ver todo desde arriba y estar tan alto. Odio ese hormigueo que me da en la tripa mientras la atracción baja. Pero todo se esfuma cuando Sevda al notar mi nerviosismo me agarra la mano.

—Ya verás como no es nada.

Asiento, porque estoy seguro que estando de su mano no será nada. Pero cuando la atracción arranca yo cierro los ojos de golpe, no quiero ver.

—¡Abre los ojos! —me grita Sevda—. ¡Mira qué bonito se ve todo!

Los abro pero no miro hacia abajo. La miro a ella, y todo el miedo se va de golpe. Observo cómo su pelo rubio está completamente desordenado y sus ojos oscuros brillan dejando ver su preciosidad. Dejo de mirarla para mirar hacia donde ella me señala. Y es que a su lado no me da miedo mirar hacia abajo. Me gusta estar de su mano y ver todo lo de abajo. Con ella se ve bonito.

Todo baja de golpe y cuando estoy a punto de cerrar los ojos no lo hago. En vez de eso la miro, ella grita alegremente, mientras levanta el brazo libre. Cuando aprieta mi mano, sonrío.

Esta se ha convertido en mi atracción preferida.


***

En esta ocasión os presento a Kyle, que seguro que teníais ganas de conocerle!! 🤭

Solo 20 días (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora