Capitulo 62

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Australia

/Sidney/

Adara

Cinco meses después...

Mantengo los ojos cerrados llenando mis pulmones de aire mientras me enfoco en tener mi mente en blanco.
Estoy sentada en el suelo sobre una manta de plástico color azul, visto un traje más cómodo que el anterior y llevo las manos a mi abultado vientre donde acaricio la zona con aprecio robandome una sonrisa de felicidad.

Tenía mucho tiempo sin sonreír desde todo lo que pasó. Trataba de mantenerme en paz por el embarazo, tenía prohibido alterarme porque sería un riesgo alto para el bebé que crecía dentro de mí.

Mi hijo

Cuando Diego me lo dijo no lo podía creer. Yo estaba embarazada, después de todo lo que los médicos de la organización me habían dicho sobre un embarazo fallido había periodo las esperanzas de ser madre. Además, siempre creí que no estaba apta para tenerlo, y no solo por mi sistema, sino por todo lo que yo era; una asesina condenada a nunca salir de la OANS.

¿En qué momento podría tener hijos si mi destino no lo permitiría?

Las condiciones en las que estoy en estos momentos tampoco son las adecuadas. Sigo encerrada con los australianos, no he visto ningún rayo del sol, no me dejan hablar con nadie más que con Diego que es el único encargado de mí. El controla todo lo que tiene que ver conmigo, me selecciona los alimentos que debo consumir, vitaminas, ejercicio, descanso y un poco de paz.

Le agradezco tanto porque gracias a él Rogelio retiró todas las torturas, el Drogven no lo he vuelto a ver desde que se supo que estaba embarazada y a él no le he visto la cara junto con Siria.

Puedo decir que las cosas cambiaron para bien porque Diego y yo no hemos dedicado al bebé y a eliminar con tratamientos cuidadosos todo rastro de Drogven que pueda afectar a mi hijo. El proceso ha sido tedioso pero estoy segura que el resultado será bueno para mi bebé y para mí.

Todo mi semblante ha cambiado en estos largos cinco meses; mis ojeras ya no están, mi piel ha regresado un poco a su tono original, mi cabello ha brillado de nuevo, mis ojos están más llenos de ilusión, he dejado de alucinar y he ganado kilos de más con el embarazo.

Estoy mejorando poco a poco, Diego y yo damos un paso a la vez para que el embarazo sea lo menos peligroso para mi hijo y para mí. Cuando tenía dos meses me dijeron que uno de los dos podía morir en el parto, que mi cuerpo se estaba acostumbrando a algo que no estaba preparado y que el embarazo era de alto riesgo.

Esa noticia me dejó triste porque no quiero que nada malo le pase a mi bebé, y tampoco quiero dejarlo solo porque no tendrá a nadie más que a mí y a Diego y él no puede hacer mucho, sólo ser su médico.

Por eso sigo al pie de la letra todas las indicaciones de Diego para que todo salga bien a la hora de dar a luz.

Todo este tiempo esquivo los pensamientos que involucran a Liam aunque la técnica no sea muy efectiva porque siempre termina en mi mente. Él es el padre de mi hijo pero he decidido no decir nada. Él está muy feliz con Anna y el hijo que están esperando y yo no quiero meterme entre ellos cuando me ha quedado claro cuál es mi lugar.

Mi hijo y yo no necesitamos de su padre, podremos sobrevivir solos y después de que recupere más fuerzas y lo tenga entre mis brazos saldremos de este lugar.

—Es todo por hoy.

La voz de Diego me hace abrir los ojos y observo como se levanta para acercarse a mi y ofrecerme la mano que tomo para ponerme de pie.

Hermoso Caos (#1. Bilogía Atracciones Peligrosas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora