Capitulo 24

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Estados Unidos

/New York/

Liam

Jodido.

Estaba completamente jodido.

Y no porque miré muchos cuerpos sin vida de los de seguridad por los pasillos, (señal que nos dejaron al asesinar de los nuestros). Tampoco por haber arruinado una de las maquinas en la habitació. Sino porque la tuve tan cerca, tan cerca que pude tenerla piel con piel (no de la forma que quería) y se fue. La maldita se fue. En el momemto en que estrelló ese jarrón en mi cabeza todo se me nubló, no podía distinguir nada y se fue, burlándose de mi una vez más.

Sabe perfectamente quien soy yo, se enfrentó a mí. No le importó eso, ella solo se defendió sin pensar que podía asesinarla en ese momento. No mentiré al decir que estaba tranquilo, no, ahora más que nunca la iba a buscar. No me importa si me tardo meses o años. La voy a encontrar y la voy a poner en el trono que la espera. En el trono que se merece.

Desde que pise la empresa, tuve una sensación extraña, que aumentó cuando entré al elevador y la vi a ella. No negaré que me sorprendió, ahora llevaba apariencia de secretaria, su cabello era rubio y sus ojos azules. Parecía una bruja que cambiaba de apariencia para engañar a todos.

Después de que ella y su acompañante llegarán a su piso, no me quedé con la duda y llamé a Ramiro. Le dije lo de mis sospechas y después de unos minutos me lo confirmó.

Era ella. Iba a ir por mi reina, claro que lo iba hacerlo. En eso una pregunta surgió en mi mente.

¿Qué hacía aquí? Era obvio que no era para algo bueno.

Me desconcertó oír la alarma de evacuación, y cuando la escuché solo ella se me vino a la mente. Ella era responsable de eso, estaba seguro.

Después de que se fue, salí de la empresa directo a mi casa, ahí se encontraba Enrique esperándome para hablar sobre lo sucedido. Cómo era de esperarse, fuera de la empresa había un desastre. La policía, la ambulancia y la prensa llegaron volando al lugar.

—¿Y ahora que fue lo que pasó?— la pregunta de mi padre fue lo primero que escuché cuando entré al salón principal.

—Quisieron robarnos— le contestó Enrique.

—¿Qué?

—Eso no lo sabemos, las grabaciones fueron borradas y no sabemos quienes fueron— mentí. Tal vez ella estaba sola o tenía compañía, pero eso no lo sabía con certeza. De lo que sí estoy seguro es que algo querían de ese lugar, presiento que ella robó la llave de la puerta.

—No puedo creer que quieran robarles a ustedes. ¿Qué sería?¿Dinero?

—Fue lo mismo que creímos nosotros— hablé.—Pero entraron a la habitación oculta. Ahí hay cientas de cosas, es difícil saber por cual iban.

—No permitas que te den otro golpe— me dijo Emir. Sé que con eso se refería al saqueo y destrucción del almacén dónde estaba el arsenal, muy en el fondo también hacia referencia a lo de Fernando.

Nos quedamos en la sala hablando de lo que pasó. Mandamos a que todos los trabajadores de ese piso fueran interrogados para ver si ellos sabían algo que nos podría servir. En la tarde llegó Victoria, diciendo que ella tenía sospechas de alguien y que estaba segura que era responsable.

—Diana Ruíz, mi nueva asistente— dijo Victoria.—Sospecho de esa mujer.

—¿Por qué?— pregunté.

Hermoso Caos (#1. Bilogía Atracciones Peligrosas)Where stories live. Discover now