Capitulo 6

3.6K 225 43
                                    

Estados Unidos

/New York/

Liam Trembley

Las camionetas negras ingresan a la mansión de los Trembley, andamos hasta estacionarnos frente a las dos puertas que dan entrada a la casa.

El lugar está lleno de otros autos, hay personas vestidas de negro entrando y saliendo. Unas lloran al ser conocidos de los Castillo mientras otros están serios en comprensión a la perdida de la familia.

Al entrar, con cada paso que doy, escucho el llanto dolido y desconsolado de Wendy Trembley de Castillo, que, junto a ella llora mi madre y todos los familiares por la perdida de Fernando, mi "querido" primo.

El salón está lleno de personas vestidas de negro, el ataúd yace en en el centro y al rededor hay coronas de flores. Aún lado de el, Wendy llora abrazando el ataúd, aferrándose a lo que queda de su hijo. Está cerrado y no está permitido abrirlo ya que le arrancaron la cabeza y la imagen será desagradable si deciden hacerlo.

La noticia fue inesperada, no diré mentiras al decir que me dolió, me daba igual lo que pasara con ese hombre.

En realidad me da igual lo que pase con quién sea.

Si lo mataron de una forma tan despiadada como para dejarlo sin cabeza, es seguro que algo hizo, no dejaron su cuerpo sin cabeza por bonito.

—Que bueno que llegaste— se acerca Emir Trembley, mi padre. Me indica que salgamos del salón y me guía al jardín.
Prende un cigarro y le da un par de caladas antes de hablar.

—El asesino le cortó la cabeza.

—Lo sé— meto mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

—¿Ramiro te lo dijo?— inquiere.

Asiento.

—Ese hombre es un chismoso.

Ramiro es un hombre que trabaja para mí, con el pasar del tiempo se ganó mi confianza. Es mis oídos y mis ojos en dónde sea.

—Mi hermana está muy triste— da una calda.

—Se nota— se a dónde quiere llegar con esto y me molesta que se ande con rodeos.

—Quieren al asesino— sus ojos negros al igual que los míos me miran, esperando que en mi haya comprensión, sin embargo, lo único que encuentra es indiferencia.

—¿Y?

—¿Eres pendejo?

—Lo pareces tú, te andas con rodeos y no me dices las cosas como son.

—Más respeto que soy tu padre— pongo los ojos en blanco.

—Déjame adivinar. Quieres que yo lo busque.

—Eres inteligente. Quieren que les traigas al culpable y lo pongas frente a ellos.

Me importa una mierda lo que Wendy, su esposo o él, quieran, no es asunto mío. Es algo que no me concierne, bastante tengo con mis líos como para andar por el mundo buscando a un imbécil que mató a otro imbécil.

—¿Por qué debería hacerlo?— pregunto.

—¿Y por qué no?

—Por el simple echo que no me importa lo que le pasó.

—Eres igual a mí— da otra calada.

—Peor— sonríe. —¿Qué gano yo haciendo eso?

—¿Siempre pides algo a cambio?

Hermoso Caos (#1. Bilogía Atracciones Peligrosas)Onde histórias criam vida. Descubra agora