Capitulo 17

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Estados Unidos

/New York/

Adara

Al día siguiente me levanté temprano para conseguir ropa y zapatos adecuados para Alondra y Dylan, quería que estuvieran cómodos mientras se quedaban aquí. Ya había hablado para que les trajeran sus cosas de su casa, pero tardaría un poco en llegar. Así que mandé a Carla a comprar los artículos mientras yo le ayudaba en la cocina con el desayuno de está mañana.

Me quedo pendiente del aparato esperando que salgan las tostadas. Al mismos tiempo tomo unas naranjas para exprimirlas y poder preparar jugo.
Escucho pasos del pasillo y es Alondra, entra a la cocina y toma asiento en uno de los banquillos de la barra.

—Buenos días— saluda.

—Buenos días— puedo ver unas leves bolsas negras bajo sus ojos. Deduzco que no durmió muy bien anoche ¿Y cómo no? Si su hija no la ha de estar pasando bien en ese lugar.

—¿Quieres qué te ayude?— trata de levantarse del banquillo y se lo impido rápidamente.

—No— exprimo otra naranja.
—Yo puedo sola, gracias— le sonrío. Las tostadas salen y las pongo en un plato dónde están las demás.

Nos quedamos unos minutos en silencio, yo concentrada en la cocina y ella con la vista perdida. Es difícil para ella procesar dónde está su hija ahora, sé que no quería que ella fuera a ese lugar, pero no había otra alternativa.
Era eso o exponerse a ella y su nieto a que les pasara algo.

—Lo siento— hablo y enfoca su mirada en mí.—Sé que no querías esto—. ¿Quién quiere ver en esa posición a sus hijos? Nadie, sería doloroso experimentar eso.

—Tenias razón— suspira.—Le hacía más daño así, dejando que hiciera lo que quería. Por eso la que te dice lo siento soy yo, por no haberte hecho caso desde un principio— las lagrimas se le asoman y las limpia rápido antes de que se derramen.—Lo siento y...muchas gracias— sonríe, agradecida.

—Puedes contar conmigo para lo que quieras— tomo su mano sobre la barra.
—Siempre te ayudaré— es verdad, mis palabras son verdaderas. Ella es cómo una madre para mí.

—Quiero ayudarte— cambia de tema. Me gusta que quiera despejarse un poco de los conflictos que se le vinieron encima y que trate de animarse a sí misma.

Rodea la barra y se va a la estufa para servir más mezcla de hot cakes para hacer más.

—Sé me hace raro verte en la cocina— comenta, derramado mezcla.

—¿Por qué?— termino con las naranjas.

—Pensé que eras de esas niñas ricas que tienen miles de empleados para que les haga todo— se encoje de hombros.

—Me tienes en un concepto erróneo— señalo, ofendida.

—Me dí cuenta.

Después de unos minutos Carla llegó con las bolsas de lo que le mandé a comprar. Se lo di a Alondra y me dijo que me pagaría todo, cosa que rechacé al instante. Ya con el desayuno y la mesa lista, se fue por el niño para desayunar.
Comimos y hablamos de muchas cosas, los dos se veían distraídos y cómodos con el ambiente que se había formado entre nosotros cuatro.

Al terminar con el desayuno, me fui a dar una ducha para irme a la organización, todavía teníamos trabajo pendiente con los nuevos y yo con Lisa.

Al salir del baño, a mí teléfono le entró una llamada de Nick.

¿Vendrás?— fue lo primero que preguntó al contestarle.

—Buenos días de perdida ¿No?

Hermoso Caos (#1. Bilogía Atracciones Peligrosas)Kde žijí příběhy. Začni objevovat