Capitulo 55

1.6K 114 8
                                    

Estados Unidos

/New York/

Adara

Una semana después

Pensar en Liam en el día ya no era tan intenso como antes. Me había recuperado un poco y volví a mis funciones como ejecutora; trabaja junto con Nick en informática y ayudaba en el departamento de armamento a revisar armas y probarlas.

Todo va bien, el verdadero problema es, que cuando mi mente no está ocupada, su nombre me golpea y me impide dormir por las noches. El insomnio aumenta cada vez más, las náuseas se hacen algo normal y mis amigos insisten en decirle a mi padre mis síntomas porque piensan que estoy enferma y que lo que tengo va más allá de una intoxicación.

—Estás pálida— dice Siria detrás de mí.

La miro por el reflejo del espejo, está sentada en el borde de mi cama mientras yo estoy sentada en el banquillo de mi tocador colocando el collar de mejores amigas que compramos en nuestras mini vacaciones.

—¿Has dormido bien?— pregunta, con evidente duda.

—He pasado días difíciles— admito.
—No he podido dormir mucho, las náuseas aumentan y me la paso comiendo la mayoría del tiempo.

—¿Por qué no le dices a tu padre? La verdad yo te veo mal.

—No— sentencio.—Santiago no debe enterarse de mis síntomas.

—Pero...

—Dije que no— me levanto y me paro frente a ella.—Tú no sabes lo que los médicos harían para saber lo que tengo, el sin fin de pruebas que harían para tener un reporte de todo mi sistema. Lo que hacen conmigo me tiene cansada y no quiero regresar a lo mismo.

Tomo sus manos suplicando con la mirada que no le diga a nadie de esto y mucho menos a Santiago, me tendrán tres días encerrada en ese lugar blanco y no quiero pasar por lo mismo otra vez. Al diablo con las revisiones de rutina y todo eso, siento que de alguna u otra forma mi cuerpo no es libre y quiero cambiar todo esto.

—¿Estás segura?— inquiere.—De verdad yo creo...

—Siria, no le digas nada a nadie— aclaro.—De verdad, estoy cansada de todo.

—Sé que no te gusta— asiente.—¿Pero que tal si tienes algo malo?

Empieza a alterarse con sus propias palabras y la abrazo para que se tranquilice.

—No pasará nada— murmuro contra su hombro.—Gracias por precoparte.

—Adara te quiero— me separo.—No deseo nada que te haga daño y por eso te lo digo.

—Yo también te quiero Siria— sonrío.
—Pero mantén esto en secreto.

No contesta por unos segundos, desvía la mirada y lo piensa mucho antes de decirme que no dirá nada aunque no esté de acuerdo.

—¿Saldrás?— cuestiona al ver que tomo mi bolso.

—Sí.

—¿En ese estado? De verdad estás loca.

—Tranquila— río al ver su histeria.
—Pediré un taxi.

—¿No quieres que te acompañe?— pregunta con precaución.

—Iré sola, gracias.

—Llámame cualquier cosa.

—Bien.

Salgo de mi habitación junto con ella y vuelve a repetir que me cuide y que la llame si pasa algo. Me alejo del edificio de la organización y pido un taxi que me lleva por toda la ciudad hasta dejarme frente a la cafetería de mi amiga.

Hermoso Caos (#1. Bilogía Atracciones Peligrosas)Where stories live. Discover now