-Perdona -le sonrió -¿Qué has dicho?

-Que estás embarazada, cariño. Por eso tienes vómitos, mareos, nauseas, sueño, cambios de humor. Estás embarazada.

No. No. No. No. No. Eso no podía ser cierto. Ella no podía estar embarazada. Claro que no.

-Clara -negó levemente con la cabeza -Tiene que haber un error. Yo no puedo estar embarazada. Es imposible.

-¿Por qué? -le preguntó y volvió a mirar los papeles -Tus análisis dieron positivo a la prueba del embarazo. Claro que lo estás. La alteración en tus hormonas indica todo...

-¿Cómo diablos puedo estar embaraza si Adam me dejó hace más de dos meses? -preguntó nerviosa. Entonces todo su mundo se detuvo. Absolutamente todo.

<<Soy Zayn...>>

<<Mia..>>

<<Te juro que voy a ser muy amable... >>

<<Vamos a mi departamento, Zayn>>

<<¿Quieres más, cariño?>>

<<Oh, Dios,... si >>

-Oh, por Dios -murmuró afligidamente y se llevó la mano al pecho.

No. No. No. No. No. No. Ella se negaba rotundamente a que eso fuera así. No podía ser cierto. Claro que no lo era. No.

-Mia, tienes un embarazo de... exactamente cinco semanas de gestación.

Ella ahogó un sollozo y se cubrió la boca. Clara se puso rápidamente de pie y se acercó a ella. No pensó que iba a tomarlo tan mal. En realidad se la había imaginado contenta.

-No puede ser verdad, Clara -le dijo entre lágrimas. Clara apretó los labios y trato de calmarla. ¿Qué podía decirle?

-Lo siento, Mia -le acarició la espalda -Pero es verdad. Estás esperando un bebé.


Mia rompió en llanto aun más. Un bebé. Ella estaba esperando un bebé. No se lo creía. Aun no podía creerlo. Seguramente los resultados habían salido mal. Esa era la única explicación. Se alejó de Clara y se puso de pie.

-Me voy -le dijo.

-No, Mia, espera que llamo a Brittany...

-¡No! -exclamó exaltada -No llames a nadie. Nadie debe saber esto, Clara ¿Entiendes?

-Pero, Mia...

-¡Pero nada! -gritó nerviosa -Yo no estoy embarazada...

Salió de allí rápidamente y comenzó a correr. Ella no estaba embarazada, claro que no. Todo era una mentira. Los resultados habían dado mal. Y ella misma iba a comprobarlo.

Abandonó los consultorios médicos más rápido de lo que esperaba. Se subió a su coche y arrancó a toda velocidad.

'Estás embarazada'

-No, no lo estoy -dijo apretando los dientes mientras las lágrimas caían en silencio por sus mejillas. De verdad ella no podía estarlo. Manejó sin saber bien a dónde iba. Hasta que divisó una farmacia. Sí, ella misma iba a sacarse la duda. Y le iba a demostrar a Clara que sus exámenes se habían equivocado.

Estacionó de cualquier manera, menos la correcta, e ingresó rápidamente al lugar. Para su suerte no había nadie antes de ella. Se acercó al mostrador y un chico, ni joven ni mayor, se acercó a ella.

-¿En qué puedo ayudarla?

-Necesito veinte cajitas de test de embarazo -le dijo rápidamente.

El chico-hombre la miró bien y alzó ambas cejas.

-¿Veinte? -inquirió.


-Sí, dije Veinte. ¿Qué estás esperando para traerlas? -preguntó nerviosa.

Él asintió y fue a buscar lo que ella le había pedido. Volvió cinco minutos después con una caja marrón que al parecer contenía adentro las veinte cajitas.

-Bien -murmuró él -Serían sesenta dólares.

Ella puso cien sobre el mostrador y tomó la caja.

-Quédate con el cambio -le dijo y salió rápidamente de allí.

No tenía tiempo que perder. Subió a su auto y se dirigió a su casa. Iba a hacerse los veinte test y todos iban a dar negativo. Claro que sí. Luego iría con la caja entera y se los tiraría a Clara en la cabeza por haberla asustado de esa manera. Ya lo vería...

Ni siquiera se preocupó por guardar el auto en el garaje de su edificio. Tampoco tenía tiempo para eso. Bajó y subió corriendo a su departamento. Apenas ingresó, fue directamente al baño. Dejó la caja a un costado y la abrió.

Se mareó ante el repentino color rosa de todas las cajitas. Era demasiado color rosa para ella. Sacudió la cabeza y los sacó uno por uno. Era hora de sacarse esa horrible sensación de odio a si misma. Porque ella NO estaba embarazada.

Los hizo a todos. Sí, a los veinte. Y los dejó uno al lado del otro frente a la bañadera.

Salió del baño y esperó unos quince minutos, comiéndose las uñas. Ya se había calmado un poco cuando entró. Pero entró con los ojos cerrados.

Se acercó a la pequeña fila de cositas rosas y blancas, y se arrodilló en frente. Contó hasta tres y abrió los ojos. Su mirada quedó fija en el primero.

Su corazón se aceleró. Pasó al segundo, al tercero, cuarto... décimo, décimo quinto... las lágrimas volvieron a salir de ella. Su corazón se encogió. Su mundo comenzó a derrumbarse una vez más.

Todos dieron positivo. Maldita sea, ella sí estaba embarazada.


It's Complicated  » ZaynWhere stories live. Discover now