Capítulo XVIII

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**Narra Lisandro**

Esta muchacha de nombre Hedel; para comenzar, tiene un nombre bastante peculiar porque jamás había escuchado semejante combinación pero que, no suena mal, suena original y bastante... Bastante ella, bastante Hedel.

Y debo admitir que me divierto cada vez que con ella convivo, porque es que... ¿Cómo se puede ser tan descuidada en la vida? Yo pensaba que mamá era única, pero Hedel llegó para superarla.

Ahora, que justamente está sentada frente a mí mientras hablamos de nuestros sueños y vivencias, me doy cuenta que es una chica muy persistente en sus metas, de verdad que he sentido admiración en el instante que escuché todo lo que hizo y pasó para poder sobrevivir en su país de orígen, que pasó muchos momentos tristes y donde creía que jamás iba a surgir, y ahora está aquí "hablando con un europeo loco pero, agradable", fueron sus palabras exactas, que me ha causado mucha gracia, y teniendo la razón (en lo de que está hablando conmigo, no en lo loco, ojo).

Hablando y hablando, de pronto su voz fue bajando el volumen hasta que dejó de responder.

—¿Hedel?, Hedel la escandalosa... —La llamé en tono bajo pero no me respondió.

Se había quedado dormida.

«Que gracioso, se quedó dormida en medio de la charla ¿no te enseñaron las normas del buen hablante, Hedel? En fin, iré un momento a buscar una manta»

Me levanto con cuidado tomando mi bastón para no hacer ruido, al llegar a la puerta salgo, y me sobresalto cuando escucho a mi madre.

—¡Joder, madre! Me quieres matar de un infarto. ¿Qué haces despierta a estas horas? Te hacía dormida ya.

—¿Dormir? Pero si estoy pendiente de ustedes, ¿la pobre de Hedel se quedó dormida? Que ternura... Pero, si está encantada contigo hijo ¿no te das cuenta?

—Eh... No. —Respondí en seco— No madre, no hagas tus bromas con Hedel, por favor.

Ella se reía con esa malicia que le sobresalía con gran fuerza, era más que evidente. Cada vez que me ve interactuando con una mujer, ella inmediatamente me lanza comentarios sobre lo bien que nos vemos juntos y que están perdidamente enamoradas de mi. Mi pensar es que, ella tiene miedo a que yo me quedé solo en la vida, pues mi única compañera desde siempre ha sido solo ella, ya que todos mis amigos han sido temporales y es... Es algo que antes me parecía triste pero, ya me acostumbre.

Me adapté a la idea de que todos son temporales, y por eso trata de hacer bromas con quien tenga en el momento, y ahora apareció Hedel, así que solo me queda hacerle bromas mientras este cerca.

—Es que tú no lo puedes ver, pero yo si. La manera en que te miró mientras tú le contabas no se qué, era de mucho interés, además... ¿Por qué se quedaría tan de noche? —susurró— solo para hablar contigo, hijo. Date cuenta.

—Ea, ea. —Solté irónicamente mientras asentía.

Ella resoplo. —Eres inteligente, pero en estos asuntos eres más tonto que un cepazo en un llano.

«Uff, mi madre ya se obstino».

Me reí inevitablemente, y eso la molestó más porque me dio una palmada en el hombro.

—Ya mujer, no seas violenta con tu hijo ciego.

—Y tu no seas cabeza hueca.

—Iré por una manta para Hedel, así que no vayas a crear una historia de amor con esto que solo es amabilidad.

—Aja, ajá.

Siguió refunfuñando.

Llegamos a las escaleras y ahí ella me dijo que la buscaría por mi.

—Ya, toma y ve con cuidado. No vayas a asustarla. —Tan odiosa mi madre me entregó la manta.

Me devuelvo al Salón y lentamente con mi mano voy buscando hasta que doy con sus cabellos, afortunadamente no se despertó porque su respiración seguía al mismo ritmo. Extendí suavemente la manta y la coloqué desde atrás hasta los hombros.

Agradecí el no haberla despertado, siendo complicado el hecho de no poderla ver, aunque esto hizo que desarrollara más sensibilidad en mis oídos y en el tacto, lo que me ha ayudado a lo largo de mi vida.

Me senté un rato en el otro sofa, y comencé a pensar en lo que me había dicho mamá y lo absurdo que sería «hablando sobre lo de Hedel». Además que, no es por menospreciarme, pero hay que ser realistas, no cualquiera se fijaría en una persona invidente, ni siquiera me he visto en el futuro con alguien... Y eso es un poco lamentable, supongo.

Aunque nunca haya tenido novia, si he tenido aventuras, es decir, he salido con tres chicas que me han sido directas en cuanto a la relación "No quiero que lo malinterpretes, solo es matar placer", y como soy muy carismático según ellas; una me fue tan sincera diciendo que si no tuviese este problema en la vista se casaría conmigo y yo solo quedé arqueando las cejas.

Él mundo es una cosa seria.

Mi madre no sabe de ellas, al menos solo conoce a Blanca, pero como una alumna de mis clases de música. Blanca es la que suele buscarme pero, con solo la intención de descargar su pasión conmigo. Aunque ya tenemos un mes sin esos encuentros, porque consiguió un novio al que me dijo que le será fiel, y me da igual, sinceramente.

Desde el anécdota que me pasó con mi mejor amiga de la infancia hasta la adolescencia, no he vuelto a sentir nada por nadie, y eso me alegra, pero no niego que en ocasiones me gustaría tener a alguien que esté perdidamente enamorada de mi, así como yo de ella...

De pronto, mi madre otra vez nos estaba espiando y sin darme cuenta me quedé dormido.

Hedel y yo nos quedamos dormidos en el Salón Creativo.

Los ojos del corazónDove le storie prendono vita. Scoprilo ora