Capítulo XXVI

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Por fin llegue a mi departamento, y lo primero que hice fue lanzarme al sofá. Estaba tan cargada de tantas emociones que tenía reprimidas que... Al solo pensar en todo lo que me pasó, unas lágrimas brotaron sin mi permiso por mi rostro. Donde las palabras que parecían veneno que soltaba el hermano de Lisandro me taladraban la mente.

¿Por qué se empeña en molestarme y querer que me aleje de Lisandro? Entiendo que hay mucha discriminación en varios países hacia el país en donde nací pero... ¿Por qué predisponerse? Cuando bien su madre ha sido amable conmigo y se ha dado cuenta que no soy una mala persona.

«Ya me había mentalizado en que en algún momento me harían caras arrugadas, me mirarian feo o me menospreciarian por ser de allá. Pero, que el hermano de la persona que se ha vuelto mi amigo venga a decirme toda esta catarata de desprecios, me hieren. ¿Que debería hacer?»

Mi teléfono sonó y cuando miré en la pantalla irónicamente quien estaba allí era Lisandro, pero no atendi. Lo dejé sonar hasta que desistió.

Dejé soltar un suspiro de golpe mientras mis pensamientos se enrredaban, solo deseaba hablar con Romina, necesitaba a mi amiga. Así que sin pensarlo más, la llamé, necesitaba desahogarme con alguien y era con ella con quien podía hacerlo sin ningún problema.

Romina ha sido como una hermana para mi, nos celamos, nos peleamos pero nos queremos muchísimo, incluso antes de venirme ambas pasamos varios días en modo "despecho de amiga" pero le jure que ahorraría dinero para mandarle y que se viniese acá a trabajar conmigo, y es por ello que he tratado de hacer todo por ganar dinero extra y que me alcance para todo lo que tengo en mente.

Sin ver la hora, solo marqué para la video llamada, estaba tan retraída que nada más me interesaba que solo hablar con la loca de mi Romina.

Ella no tardó en responder.

¿Es una emergencia? Te salvas de que tengo insomnio y estaba viendo una serie que me tiene enviciada... —ella se detuvo y me analizó —¿Qué te pasa?

—Romina, te extraño mucho.

Ay mi amor, yo a ti igual. Tranquila que pronto te llegaré allá y nos pondremos divinas para salir a divertirnos

—Me pasó algo muy feo.

¿Alguien se metió contigo? Mira, dame nombre y apellido y lo mandaré a volar con un amigo que tengo en Madrid...

Ahí me sacó una sonrisa pero inevitablemente las lágrimas me delataron. —Estaba en el centro, hace poco viendo unos zapatos hermosísimos en una tienda de categoría, creo que era una boutique. Resulta que el hermano de Lisandro, el chico invidente del que te hablé me encontró y me dijo de todo. Me dijo que soy como todas las de mi raza, unas sucias y fáciles...

Ella me interrumpió inmediatamente. —Pero, que desgraciado ese mal nacido. Que si llego a estar frente a él que ni Dios quiera, te juro que le digo hasta de que se va a morir y lo pongo en su sitio.

—Me dijo que me alejara de su familia, porque si no haría todo por mandarme de vuelta a mi país. Lo que no entiendo es por qué me dice que me aleje de ellos, y sobretodo de Lisandro, dice que soy una desvergonzada y que quiero engañarlo ¿Qué rayos? Y lo hizo en público, hasta la encargada de la tienda salió y me corrió, a mi porque obviamente no soy de aquí. Nunca había sido humillada tan feo en mi vida.

Es que me lo dices y me dan ganas de tomar un avión, ir y dejarle un ojo morado. Pero, no entiendo por qué te llegó y dijo todo eso.

Me quedé en silencio pensando en sí debería alejarme, pero la verdad ¿por qué debería hacerle caso? No estoy haciendo nada malo, y Lisandro... El es mi amigo, es muy loco y no quiero que dejemos de hablar solo porque a su estúpido hermano no le parezca...

Los ojos del corazónحيث تعيش القصص. اكتشف الآن