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El beso había durado lo suficiente para que llegara el momento en que sentían que su oxigenación había disminuido un poco, o al menos hasta que una parte de ello los hizo sentir

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El beso había durado lo suficiente para que
llegara el momento en que sentían que su oxigenación había disminuido un poco, o al menos hasta que una parte de ello los hizo sentir... al menos desahogados. Los besties se separaron y se quedaron mirando con más terror y sorpresa en la mirada que cualquier otro sentimiento. Sabían que eso no tenía por qué haber pasado.

- Mía... yo no... - empezó el azabache, que estaba dando por sentado que se había equivocado en grande y perdido a su amiga por una estupidez.
Mía solo lo miraba con una evidente sorpresa, como si siguiera procesando lo que acababa de pasar, dando como única respuesta un gesto. Uno simple y que, de no ser por como se llevaban los besties, podría interpretarse como algo que daría lugar a un corazón roto. Se limpió los labios con el brazo, a la mera usanza clásica de los niños.

- está confirmado. Sigo siendo intolerante a la lactosa- dijo ella con una risilla
- por qué rayos te gusta usar esos labiales? Tu boca es como besar... no sé. Pero es un horror- contraatacó el azabache,  con un gesto de desagrado que, de inmediato se convirtió en risa. Ambos empezaron a reír como su estuvieran viendo algún stand up show, definitivamente no funcionaban. Ni aquí ni en china; con el beso al menos habían terminado de comprobar que no había ninguna suerte de sentimientos mas alla de lo amistoso entre los dos chicos. Reían a carcajadas, incluso estaban abrazados, no podían creer que hubieran caído en ese cliché, con la diferencia de que ninguno sentía más por el otro.
- entonces... cancelamos lo de el final estilo "la boda de mi mejor amigo"? - preguntó Hawtorne, aún entre risas
- Dios te oiga... si todo fracasa, mejor seamos solteros empedernidos con una larga lista de conquistas, o qué dices?- le contestó el azabache, con un gesto como de incomodidad. Era genial poder jugar con eso
- pero si tú fuiste el de la idea, wey
- ...
- eres un cretino, Demetri
- y tú sigues siendo odiosa, Mía Capone

Permanecieron un rato más ahí, hasta que habia llegado la hora de irse, los 2 chicos se levantarin de la orilla del estanque y caminaron de salida, pensando en si volver caminando o pedir un uber- eh, no te preocupes, Demetri

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Permanecieron un rato más ahí, hasta que habia llegado la hora de irse, los 2 chicos se levantarin de la orilla del estanque y caminaron de salida, pensando en si volver caminando o pedir un uber
- eh, no te preocupes, Demetri. Yo me encargo de Mía, ¿quieres que te de un aventon?
- yo... Sam, no quiero importunar, de verdad, no creo que...
- nada de eso! Anda, además ya es tarde para que vayan solos a Resseda
- Sam, hablas como si Resseda fuera un sitio peligroso... si todo el truco está en simplemente aprender a esquivar balas y burlar cintas policíacas de escena del crimen...- explicaba la morena con sobrado sarcasmo
- rayos! Esto lo confirma, eres Demetri pero en chica! - comentaba la ojiazul entre risas- anda, vamonos.

El camino había sido un poco silencioso e incómodo en un inicio, Mía sabía perfectamente que Sam había visto lo suficiente como para pensar que había algo más con el ojiverde, y no la culpaba! Ese beso había durado demasiado para tratase de un error o un arranque del momento y ya. Pero si que lo era; ella había hablado con Demetri y no repercutiría en nada.

- Mía... se que vas a enojarte, o que me vas a odiar por esto; que no tenía razones para ver o yo que se pero... me preocupas, igual que Demetri.  No quiero que vayan a cometer alguna estupidez que acabe con la amistad que tienen...
- Sam, de qué estás...
- lo se, no debí hacerlo. Eso de verlos... no fue morbosidad, te lo aseguro, iba a ver como estaban, hacían mucho ruido y, de repente nada 🤷🏽‍♀️ es entonces que cuando empezaba a abrir la puerta...
- y nos viste. - suspiró Hawtorne
- se que no fue correcto y, te lo repito, lo siento pero, no se lastimen así solo porque están dolidos. Ustedes dos son una de las amistades más bonitas que he visto y... qué él esté teniendo problemas con la chica de intercambio, y tú hayas...
- solo dilo. Rompí con Miguel,  punto.
- ... bien. No quiere decir que quieran tapar el sol con un dedo, duele, y no sana de un día al otro, no se equivoquen así
- puedes quedarte tranquila, Sam. Si, ok; Demetri y yo nos besamos pero... ninguno de los 2 sintió... nada. Al contrario, aseguró que necesitaría un galón de enjuague bucal para sacarse el sabor a cocoa de mi labial 🤣 y yo necesitaré un barril de perfume o crema de moras para quitarme el olor a niño melindroso... como a hospital
- Dios, si que son exagerados- se rió la ojiazul
- ahí lo tienes! Somos demasiado iguales como para que funcionamos, no te parece?
- y... Miguel y tú...?
- creo que ya es Nutella de otro frappé, amiga- dijo la castaña por lo bajo, mientras veía su celular, apartando la vista y com voz triste
- de qué hablas?
- prefiero dejar esto ya por la paz, sabes? - interrumpió a Sam, con voz quebrada
- Mía...
- soy demasiado reemplazable, ahí lo tienes.  Hablamos luego, si? Gracias por el aventon, Sam... - soltó ella, más que molesta.

-Mía... tú telef... - Sam se detuvo al sentir que Mía prácticamente le había azotado la puerta del auto en la cara, y se dio cuenta que otra vez, estaba llorando. Tomó el celular para bajar y devolverlo, viendo la pantalla encendida y la aparente razón de las lágrimas de Mía.

Un cambio en el status, una fotografía que etiquetaba al trigueño

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Un cambio en el status, una fotografía que etiquetaba al trigueño... era muy obvio que pasaba. Al parecer, Tory había ganado a los ojos de Hawtorne.

Mía entró a los departamentos algo cabizbaja, abrazándose a si misma y conteniendo olímpicamente sus ganas de llorar. De esas veces que vas tan ensimismado que ni siquiera sabes qué pasa alrededor, trance en el que se mantuvo hasta que chocó con alguien

- perdón, yo no... sensei 🥺🥺🥺- musitó Hawtorne
- ratón...?- dudó el rubio al ver a la morena en ese estado. Jamás la había visto así  y menos reaccionar como lo había hecho, pues no había dicho más y solo había atinado en abrazarlo. Abrazarlo y dejarse llevar por el llanto.

Por una vez, quería ser débil. Quería ser normal.






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In Your Arms (Miguel Diaz/Cobra kai)Where stories live. Discover now