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-buen trabajo chicos!- felicitaba Sam tanto a Mía como a Demetri, más porque el ojiverde había empezado a progresar a pasos agigantados con la ayuda de la castaña, de su bestie. Había bastado un regaño y montones de motivación por parte de ella y del Sr. Larusso para que abriera los ojos y se diera cuenta que era tan capaz como ellos.
- nos vamos, bestie?- interrumpió Demetri, llegando por detrás de Mía, y subiendole el gorro de su sudadera pues estaba empapada.
- si, tengo frío y necesito cambiarme... olvidé mi cambio de ropa y no quiero resfriarme... - contestó ella
- Mía, me hubieras dicho!- regañó Sam- ven, he dejado algo de ropa aquí y... me la devuelves después- explicaba la ojiazul, a la vez que tomaba de la mano a la morena y la llevaba a una de las habitaciones
- no, no te preocupes; de verdad! No te ofendas pero, me va a quedar diminuta, soy un par de pulgadas más alta que tu y... (acuérdense que Mía está más o menos de la estatura de Hawk y Miguel)
- qué más da? Llegaras a cambiarte de todas maneras, solo serán unos minutos. No actúes como si fueras a dejar la ropa estirada o algo- le decía Sam con una sonrisa comprensiva, aunque con un dejo de preocupación. ¿Era que debía decirle de que Miguel había ido a buscarla y ahora se había enojado por una bobada?
- jajaja ah, que me estás diciendo gorda?- soltó Mia entre risas, fingiendo indignacion
- qué dramas eres, mujer 🤣 claro que no! Te ves genial y punto. Saldrás con Miguel o algo hoy?
- no lo se... quizá le invite un café o algo... esta como Demetri.  Desde hace días está algo raro, por disparatado que suene, a veces pareciera que se pone celoso de Dem o algo- empezó a desahogarse la morena. Era cierto, no tener amigas chicas era un asco; no podía hablar de esas cosas con Robby o Demetri, y Moon... era demasiado utilitarista en ocasiones. Eso y que su visión del feminismo moderno y todo eso, chocaba bastante con la personalidad de Mía. La latina confiaba más en los consejos de Yahoo respuestas que en las soluciones que le daba la ex de su corrompido amigo.

- pero, le has dado motivos, o
- no, al menos yo siento que no. Solo dice que a veces soy demasiado afectuosa con él, que pasamos demasiado tiempo juntos y...
- dale tiempo, Mía. Se que Miguel te quiere, y por lo mismo a ratos le cuesta ser más... confiado y bueno, teme que esa amistad que tienes con Demetri acabe por alejarte de él. Habla con él, se que si te escucha y tú le das muestra de que confíe en ti, no tiene porqué cometer tonterías.- aconsejaba la ojiazul, mientras buscaba unos leggins que no le quedaran tan chicos a su amiga, después de todo unos cm. de diferencia si eran significativos
- Sam, hablas como si... nah, olvídalo. Creo que estoy siendo paranoica
- no, solo me doy cuenta de las cosas, y los conozco; quizá no a detalle pero me doy cuenta. Ambos se quieren demasiado, tú y Demetri no funcionan ni por asomo, Miguel puede ser demasiado impulsivo pero... lo que sienten es más fuerte que todo eso. Háblale con claridad y con franqueza, Mía... tal vez lo estés lastimando sin darte cuenta- aconsejó la castaña
- si tú lo dices...
- Mía, se que tuvimos roces por todo el asunto de Miguel, pero... quiero que seamos amigas. No solo de karate y ya...  el ver como eres con los chicos me hizo darme cuenta de lo mucho que me equivoqué por ejemplo con Aisha. Me estas enseñando lealtad, Mía.
- bien, Sam... creo que tienes razón. Aunque aun no te entiendo del todo lo de que hable con Miguel y todo eso...
- no hace falta que entiendas. Por el bien de ambos, hazlo.
-...
◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇

Al regresar a Resseda, Mía se despidió de Demetri, quien cada que tenían practica la encaminaba hasta su casa; no le importaba que ella pudiera romperle más que la nariz a quien le hiciera algo, se sentía con la obligación afectuosa o moral de hacerlo. Y servia que platicaban un rato más, para qué negarlo.
Cuando al fin se despidieron y, la morena entró al complejo de departamentos, en lugar de ir directo a su departamento, se dirigió a la planta baja; no se sacaba de la mente lo que Sam le había dicho, y quería hablarlo de una buena vez. Camino allá, se encontró con su vecino, y sensei de su novio; a quien saludó ella con algo de indiferencia, estaba cansada pero quería acabar wso ya.
- oye... Mía... ratón...- la llamó el ojiazul
- si, sensei?
- discutiste con Miguel? O qué pasó?
- ... sensei, lo siento pero no...
- por qué pelearon esta vez?
- pelear? Pero...
- llegó hace rato, se veía molesto; le pregunté qué tenía, solo me dijo "ya sabe, Mia" y se fue a su departamento.
- yo? Carajo... tendré que hablar con él 😪- suspiró Mía entre molesta y resignada
- él te quiere, ratón. No le rompas el corazón
- no, sensei...- contestó ella, apesadumbrada

Mía caminó hacia el departamento de su novio, llamó a la puerta y para sorpresa de ella, o al menos en parte, quien abrió fue la madre del trigueño

- oh, hola Mía, ya tenía días de no verte. Como wstas?
- hola sra. Díaz. Bien... un poco atareada pero... en fin... está Miguel?
-nnnnno. De momento pensé que quizá saldría contigo o algo, llegó hace rato, se encerró en su cuarto pero no tardó mucho. Le pregunté qué si saldría o algo contigo o los chicos pero... no, me dijo que iría al parque con esta chica... la rubia del karate... tú debes conocerla
- ... estoy en otro dojo, sra. Pero...
- Tory, creo me dijo que se llamaba.

Al escuchar esto, Mía entendió lo que debía sentirse que el corazón se viniera abajo como un castillo de arena cuando lo patean. Eso era malo...


In Your Arms (Miguel Diaz/Cobra kai)Where stories live. Discover now