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Al volver a Resseda, Mía había hecho caso del consejo del ojiazul; poniéndose algo de lo que habían comprado en ese día. El objetivo? Algún modo por el que Mía dejara de serle indiferente a Miguel; Eli conocía lo suficiente a Mía para saber que su actitud arrebatadora haría que el trigueño no le quitara la mirada de encima. Y al parecer había acertado, la latina entró al complejo de departamentos, sin siquiera mirar por donde iba pasando, topandose de frente con ese chico por el que sus latidos aumentaban y tenia tantas crisis existenciales últimamente.
- perdona, yo no...
- perdóname, no me fije y... Mía?
-ehm... hola Miggy 😌- saludó la morena con esa confianza que de por si tenia, aunque claramente ahora influenciada po la nueva actitud de Eli.
- te ves... qué te... yo... toda tu... qué pasó?
- ow. Salí de compras y...
- pensé que tenías tarea con Eli.
- que no pude hacer escala en una tienda de camino hacia acá?- preguntó sarcástica
- ok, esto es más de lo que esperaba. Usas esto y, vuelves a  las respuestas rápidas, sarcásticas y secas de cuando recién te conocí. En qué línea temporal estoy? - cuestionaba el trigueño algo confundido

-estas en la de siempre, Miggy. No puedo pasar a ser esa primorosa florecita que da los buenos días, le gustan los arcoiris y los unicornios o ama el color rosa de un día a otro. - se explicó ella, mientras pasaba de una sonrisa dulce, a una mirada algo desdeñosa. Como de reproche, después de todo esa descripción iba más con Sam Larusso, su "competencia" más directa con Miguel. 
- ya veo que es la de siempre. Te subestimas, y sientes que eres más que insuficiente... pero no es así, Hawtorne.  Ve como te mira Eli, el que Demetri admita que eres linda, y...
- entiendo tu punto, solo; 🥺
- Mia, preciosa que pasa?
- es cierto, si solo que...
- que...
- que ojalá ese alguíen me viera como según tú lo hace Eli...
- Mia, qué tienes?
- no te lo puedo explicar, al menos no todavía...
- Mia que te quede claro. Eres suficiente... y si no lo ve
- vaya que no lo ve, sabes?

El trigueño la miró con extrañeza, parecía que había entendido la indirecta, o al menos algo había movido en sus sentimientos y su subconsciente.
- te veo después, ok? Antes de que mamá Pierda la cabeza o algo- explicó Mía, a modo de despedida, mientras solo acariciaba la mejilla de él.

Había pasado el resto del fin de semana, aparentemente sin ninguna clase de novedad; excepto una, no había tenido noticias de Eli desde que se habían despedido ese día que habían hecho compras y tenido esa platica. Mía estaba preocupada, no la dejaba ni en visto y, sus conexiones del ojiazul eran apenas y fugaces, quizá veía mensajes de la escuela y ya.
La castaña había acabado por no darle importancia, quizá estuvo ocupado o había salido con sus padres... aunque eso también era preocupante, ambos eran workaholics y si habían salido juntos podía ser que hubiera muerto alguien; pero no era momento de conjeturas, el lunes se enteraría.

Llegado el día, Mía se preparó para ir a clase, apresurandose a bajar, para estar lista antes que su vecino y amigo, y pudiera verla con... con esa combinación que Eli le había ayudado a elegir, afirmando que, "si él fuera Miguel, con eso no le quitaría los ojos de encima y se daría cuenta de todo de una sola sentada"

La castaña se despidió como todos los días, con el listado de recomendaciones y el sermón/discusión sobre la ropa que todo el tiempo tenía con su madre, deshacerse de su trillado almuerzo y, fue directo a la puerta del trigueño, donde, una vez en frente, no sabía si tocar, o esperar y ya. Le tomó apenas y unos 10 segundos optar por la primera, después de todo, se les hacia tarde para ir a clase... pero que acababa de hacer?!

Su corazón latía a toda velocidad, sentía sus intestinos casi enroscandosw como Nagini y, quizá... si! Debía correr... pero qué mal, ya era tarde para eso. La puerta se abrió y era la abuela de Miguel
- ow. Buenos días, señora... 😅 yo...
- Hola ☺ - respondió la mayor con una sonrisa amable, para después "escanear" a la morena de forma rápida.
- está... bueno... Miguel irá a clase?- Dios mio, que tonta soné 🤦🏽‍♀️. Se recriminaba internamente la castaña.
- si, linda. Quieres que lo llame?
- bueno...
- quieres esperarlo adentro? No debe tardar, pero, desde que se encierra en su cuarto...
- no hace falta! Ya estoy listo! Hola Mia 😄🥰- interrumpió Miguel, que llegaba por el pasillo, aún acomodando su sudadera, pues iba ajustando su cinturón. La mochila colgando casi cayéndose... un desastre. Se le había hecho tremendamente tarde
- Tranquilo, Miguelon... no me quedaré a ver tus fotos penosas de bebé o algo- bromeaba la castaña anre la aparentemente repentina ansiedad del ecuatoriano - aunque... se podrá otro día, señora?- sonrió tierna y algo burlona, dirigiéndose a Rosa, quien captó que era una broma para su nieto
- claro, preciosa! Hay unas de cuando vivíamos en Ecuador y...
- abue, de verdad. Ya nos vamos, se hace tarde y...
- te lavaste las manos después de estar tanto tiempo encerrado?
-😑😔😒🙄🍅 abuela, por favor... - el trigueño estaba tan rojo que parecía volver del entrenamiento o de correr, pero no, todo parecía ser por una sola razón, una que se resistía a admitir. Mía Hawtorne. 
- de acuerdo, vamonos a clase entonces 😄- añadió Mía, tranquilizandolo, con esa sonrisa con que solía hacerlo.

Ambos chicos se despidieron y se dirigieron a donde estaba su bicicleta del trigueño, quien al parecer estaba un poco apenado aún por el incidente que acababa de pasar; Mía tenía el superpoder de ponerlo nervioso en ocasiones, de... generarle demasiadas emociones.
- Mia, en serio... querías ver... ya sabes, las fotos?
- oh vamos, Miggy! Te daría pena conmigo?
- ...
- apuesto a que desde entonces existía tu pinta de niño bonito y comportado- insistía Mía, sonriendo
- sigues pensándolo?
- no solo lo pienso, lo sé. Ahora vamonos, falta mucho por pedalear- concluyó el trigueño, algo nervioso  a la presencia de Mía, cosa extraña a comparación de otros días. Sería que su elección había sido bastante acertada? O debía darle un librazo a Eli.
No tocaron ninguno de los temas en todo el camino, todo se  había ido en sus avances en el karate, en el sorprendente progreso que estaba teniendo Cobra kai, en la escuela, planes de ir al cine... y para de malas de Mía; Sam Larusso. 

Llegaron a la escuela y, después de ir por sus libros y a sus lockers, Demetri no tardó en alcanzarlos y saludar, todo con libreta en mano; seguía comparando resultados de la tarea de matemáticas. De los 4, era el más virtuoso en la materia, pero eso no le quitaba lo inseguro
- de acuerdo, Mía Capone; tuvimos los mismos resultados, eso quiere decir que...
- que me explicaste bien, Dem! No entiendo tu desconfianza en ti mismo, galán! De no haber sido por ti, ni siquiera hubiera podido resolverlo; solo necesito los de Eli, pero, no he sabido de él en todo el fin de semana... tú Hawtorne?
- se vieron el sábado, no?- instó Miguel, mirándola con cierta complicidad y picardía. Habían tenido una cita o que?
- bueno...- empezó la morena. Había prometido no contar nada....
- Hola, Mía. Wow! Sabía que te verías genial con eso...- saludó una voz... conocida pero, bastante segura, incluso atractiva e imponente. Voz que acompañaba a un chico de ojos azules y mohawk azul, que ahora sonreía a sus amigos con excesiva confianza, mientras tenía a Mía por la cintura, la cual, no mostraba oposición a dicha acción. Qué mosca les había picado?!

 Qué mosca les había picado?!

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- ... pero... E-Eli? Qué... wow...
- sorprendente, no les parece?
- Amigo, qué te hiciste?- soltó Demetri, aún sin caber totalmente en sí.
- cambiamos, el guión, es todo. No es así, Hawtorne? - continuó explicando Eli, sonriendo con algo de superioridad, para después darle un rápido beso en la mejilla a Mía; gesto al que la latina no supo a ciencia cierta como responder. Pero que, a los ojos de Miguel... parecían ser una declaración de guerra. 

Al fin había pasado. Habían cambiado el guión, y Miguel sentía algo más que amistad por Mia: celos de ver que alguien más estuviera cerca de ella.









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In Your Arms (Miguel Diaz/Cobra kai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora