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Los dos ojiclaros del cuarteto de amigos palidecieron al ver a los 3 sujetos que los estaban asaltando, y que miraban de mala manera a Mía; bajando la mirada, empezaron a sacar sus carteras y teléfonos, para tan siquiera quitarles lo que fuera de valor para ellos, como memoria, identificaciones... todo eso.

- no hace falta que hagan eso, chicos. No les van a quitar nada- indicó Miguel, envalentonado y poniéndose al frente de sus amigos, cubriendo a Mía con su brazo de manera protectora. 
- Miggy, no hagas idioteces. Me lo prometiste...
- Mía, caminen de regreso y dejenmelo a mi. Te alcanzo en casa, bien?
- ni siquiera lo pienses, te volviste loco? Si nos vamos, nos vamos los 4- espetó ella, molesta
- si, hazle caso... "Miggy"- le dijo uno de los sujetos con burla
-qué sucede? A Miggy se le perdió el delantal? Porque pareciera que su noviecita es la de las órdenes aquí... - se mofó el de pelo rubio. - solo Dennos las billeteras y los teléfonos. Qué demonios esperan?- ordenó nuevamente
- o que?- lo retó Miguel, que además se había tensado con el asunto de que lo relacionaban con Mía. Y no porque le molestara, sino porque le irritaba el que todos los vieran o dieran por sentado que ellos dos eran más que amigos cuando no era así.
- Miguel, en verdad... no pasa nada. Mejor hagamos lo que estos... estos... agradables sujetos nos están pidiendo y...- le decía Demetri, muerto de miedo
- Van a hacer caso, o si no...- les dijo uno de los 3 tipos, mientras se acercaba amenazadoramente al trigueño, acto que este no desaprovechó y utilizó para hacer lo que mejor sabía para manejar esas situaciones; golpear primero, golpear fuerte y sin piedad... ni una gota de ella.

Miguel le soltó una patada, con la que alejó al sujeto de cabello castaño, atinando en su mandíbula, iba bastante bien, hasta que lo tiraron al suelo y que, para su de malas; rápidamente contra atacaron y empezaron a controlar la situación, moliendo lo a golpes y patadas, sin posibilidad de levantarse y voltear los marcadores
- ay por Dios... Miguel!- le gritaba Mía, asustada por la integridad del latino
- qué hacemos?- preguntó Eli, igual de alarmado
- dejenmelo a mi...- fue todo lo que dijo Mía, quitándose su mochila y lanzandosela a Demetri...
-Mia... perdiste la cabeza?- le susurró el ojiverde, pero su bestie ya no lo escuchó

- oyeme pendejo... me querían a mí, no?- les preguntó la morena, desafiante
-...?
- entonces arreglemos esto los que debíamos ser...
-Demetri... pero qué estás... - protestó Miguel, al ver la reacción del ojiverde a lo que estaba pasando...

El rubio empezó a enfrentarse a ella, tenía mucha habilidad, esquivando algunos de los golpes de la morena, pero no de forma tan invicta, pues también le habían dado dos o tres que lo habían dejado literalmente viendo estrellas. Cuando lo derribó, el de tez más obscura se abalanzó a ella de mismo modo, pero golpeando solo por hacerlo; sin ninguna clase de técnica ni cosa parecida, por  lo que no fue rival para Mía, que lo había vuelto casi en un costal de box andante; rematandolo con un golpe en el ojo y una muñeca rota o, de mínimo fracturada. Además de haberlo desarmado, pues había sacado una navaja, la cual ahora estaba en manos de Mía
- genial! Es igual que la mía... - sonrió con algo de burla, a la vez que con el pie les lanzaba a Eli y a Demetri la navaja, para que la guardase en su mochila.

Quedaba uno.
- así que te crees muy valiente, chiquita... - siseó el tipo que faltaba, a la vez que de su sudadera sacaba otra navaja, Mía golpeó la mano del delincuente, despojandolo de la navaja y tirandolo al suelo de una patada.
- no solo me creo... lo soy... - sonrió altanera y un tanto seductora. Le encantaba saberse una diva, y eso era lo que mas extrañaba o le dolía de haber dejado atrás todo eso de su pasado... esa sensación de poder y del miedo que podía llegar a imponerles a otros.
- eres una...-
- ah si? Una qué?- cuestiono de vuelta, a la vez que de un rápido movimiento sacaba de entre su playera y sus jeans su querida navaja, que asemejaba una daga, para ponerse en cuclillas y acorralar al sujeto
-...
- larguense y dejen esto por La Paz... no dejen a otros como los villanos por mutilarles las manos como en el Oriente- sentenció la trigueña, que ya estaba peligrosamente cerca del sujeto, pero a su vez lo tenía completamente sometido,  con la daga recargada en la mejilla, cerca de la boca, que de quererlo, Mía se la dejaba como la boca de los personajes de Jim Henson.
- 😰😰😰 si... - musitó el sujeto, muerto de miedo.
- ok...- respondió ella, sonriendo con suficiencia, aunque al darse la vuelta, el tipo se incorporó rápidamente y quiso invertir los roles, sometiendo a Mía por la espalda con navaja en mano, pero ella supo reaccionar y de un movimiento lo desarmó, para hacerle un rápido corte en el abdomen con su propia arma, haciendo que el sujeto se acerque y tire al suelo  adolorido, pegando berridos de dolor por los Cortes que le habían hecho.

- es cierto, nunca confíes en quienes usan lentes obscuros aunque este nublado- puntualizó Mía, mientras dejaba al sujeto tendido en piso, respirando con n poco de dificultad. - vamonos...
-pero...
-pero nada, Eli... vamonos, pero ya!
- Mía, definitivamente te volviste loca...- la regañaba Demetri a la ves que le entregaba su mochila, con su nueva navaja al interior.
- Mía...! Por qué hiciste esto?! Pudieron lastimarte... estas bien? Dime que no te hicieron nada  por que si no...!
- Miggy... estoy bien, de verdad! Tranquilo, no pasa nada...
- Mía... por qué no nos dijiste que...?que...- preguntaba Eli, preocupado; con sus ojos de ovejita a medio morir
- justo por esto, es que yo no quiero entrar a Cobra kai... si hicieron esto de mi en unos meses... no quiero volver a eso- explicaba la morena.
- Mía, realmente... eres como Hit girl! Y... repartias golpes, pateabas... me dejaste boquiabierto!- empezó Demetri, admirado
- a mi igual...- añadió Eli, tímido

Al cabo de un rato de caminar, los 4 amigos se despidieron, Mía y Miguel llegaron a Resseda, aún quedándose unos minutos antes de entrar a sus casas
- Se supone que yo debo ser quien te rescate, no? Qué tonto...- se lamentaba el trigueño
- Miggy... dijimos que seriamos un equipo. Verdad?- lo regañaba Mía, seria.
- pero...
-pero nada, Diaz. Tú y yo nos vamos a ayudar, y avanzaremos. Que yo no esté en cobra kai no significa que esto no funcione... bien?
- ...
- ...? Miggy...
- tienes razón, vamos a seguir con esto...

 - tienes razón, vamos a seguir con esto

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-Miggy, no... - se apartó Mía, conteniendo su sonrisa y evitando su mirada
- Mía...
- necesitamos aclarar... tú sabes... 😓😪
- no te entiendo, Mía
- hablo de que no debemos forzar las cosas... herirse con esto...
- Mía... hay algo... más?
- Miguel, yo... 🥺 yo...
- qué tienes?
- olvídalo. No es nada... nos vemos después, ok?
- Mía... no voy a dejar que te vayas y sigas tragándote tus sentimientos siempre. No está bien que lo contengas, o te aguantes de todo
- yo...no...- Mía estaba dudando demasiado sobre si decirle lo que sentía al trigueño, arriesgándose a arruinar todo o, dejarlo ir, resignada a que no era para ella. Que no estaban destinados a ser...

AlmondMilk0013 ByPlayer197 JimeGallagher17 ReginacrX AmandaAM8 Soy yo, o Mía necesita un abrazo? 🥺🥺🥺

In Your Arms (Miguel Diaz/Cobra kai)Where stories live. Discover now