CAPÍTULO XXVIII

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Dos años antes

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Dos años antes...

Carter Straford entró azotando la puerta de su hogar. Tiró las llaves sobre una de las mesas que había en la entrada, las cuales resonaron al arrastrarse por la madera hasta casi caer al suelo. A él no le importó. Los pensamientos bullían en su cabeza a mil por hora, provocando un caos de ideas que él no alcanzaba a hilar por completo.

Un ruido se escuchó proveniente de la cocina, como si una olla o algún otro tipo de utensilio cayera al piso.

—¿Kaden? —preguntó Amanda desde el comedor. Su voz sonaba extraña, aunque de algún modo a él siempre lo había tranquilizado.

—Soy yo —gritó aún desde la entrada. Estuvo a punto de comenzar a sacarse su abrigo, se arrepintió en el acto. Su cabeza era tal caos que no sabía con exactitud cómo actuar.

Los pasos de la mujer resonaron por la cerámica.

—Me alegra verte. —Carter sonrió. O al menos lo intentó, sin evidentes resultados. Ella, por supuesto, lo notó: siempre lo notaba—. ¿Qué es? —cuestionó sin rodeos.

—Es malo, Amanda, realmente malo... —Mas otro ruido en la cocina no lo dejó continuar. Un chico de dieciocho años cruzó la puerta hacia donde ellos estaban. Su cabello negro y su ropa estaban mojados, como si hubiese estado bajo la lluvia... pero no había lluvia bajo techo—. Lucas, ¿qué estás haciendo?

—Se rompió el grifo de agua —contestó él como si fuera obvio. Carter rodó los ojos y se pasó la mano por la sien. Ellos eran los siguientes—. Papá...

—Todo está bien —lo cortó él, forzando la mejor de sus sonrisas para su hijo menor—. Solo un mal día en el trabajo. Ve a arreglar el desastre que tienes en la cocina, ya hablaremos luego.

Y Lucas, que no era tonto como para tragarse en cuento, puso mala cara y se volvió hacia el pasillo. En lugar de entrar a la cocina, se quedó oculto tras la puerta del siguiente cuarto.

—Carter...

—¡Está bien! —casi gritó. Amanda no dijo nada—. Lo siento...

—Carter, lo que sea que haya pasado, no es tan malo...

—¡Claro que lo es! —gritó esta vez. La mujer lo observó pasar ambas manos por su cabello con desesperación, y entonces logró comprender la verdadera gravedad del asunto, porque, por primera vez desde que se habían conocido, lo vio perder la calma—. Steven Cromwell está muerto.

 Steven Cromwell está muerto

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A través de las Sombras © [MUESTRA] [EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora