CAPÍTULO XV

37 6 0
                                    

El viaje al cementerio fue más largo de lo que había esperado, aunque a la chica no le importaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El viaje al cementerio fue más largo de lo que había esperado, aunque a la chica no le importaba. Y, al parecer, a Lucas tampoco.

No supo cuánto tiempo pasó exactamente hasta que llegaron, de todos modos. Durante todo el camino apenas cruzaron palabra, pero a ninguno le molestaba; el silencio era algo usual y bienvenido para ambos a menos que hubiera una buena razón para quebrarlo.

Aura estaba sentada casi sin moverse en el asiento del copiloto, con la cabeza recargada contra el vidrio. Los rayos del sol comenzaban a iluminarlo todo cada vez con mayor intensidad y el paisaje se desdibujaba a medida que el auto avanzaba, permitiendo ver borrosas líneas de colores en lugar de una imagen clara pasando ante sus ojos. El ruido del motor sonaba como un zumbido en los oídos de la chica, eso era lo único que escuchaba. Sus pensamientos vagaban por distintos rincones de su subconsciente, sin detenerse a analizar ninguno en particular, como si un intangible velo se interpusiera ente sus sentimientos y su mente racional. La muchacha se removió en su asiento, provocando que el cinturón de seguridad se le incrustara en el cuello, mas no le dio importancia. Lo único que sentía era el frío del ambiente a pesar de la calefacción encendida del auto.

Los vidrios estaban cubiertos por una leve capa de vapor, marcando la diferencia de temperatura con el exterior. Aura levantó un brazo hasta posar la mano sobre el cristal empañado, deslizando los dedos y trazando figuras sin sentido. Entonces el cementerio apareció frente a sus ojos. Una reja metálica separaba la necrópolis de la carretera, tan larga que apenas sabía distinguir dónde terminaba. El auto siguió avanzando, convirtiendo las lápidas de blanco cemento en un manchón borroso al pasar. El estómago de la chica se retorció.

Pronto Lucas se detuvo en la entrada al cementerio, pero Aura apenas notó cuando el motor dejó de emitir esa suave vibración. El ruido del mundo pareció apagarse, todo se convirtió en una película muda. La chica miró hacia el cielo; las nubes comenzaban a arremolinarse sobre ellos, tiñendo todo de un gris sombrío.

—Aura.

La voz de Lucas le llegó a los oídos, sacándola del estado de trance en el que se había sumido de manera inconsciente. Sin darse cuenta había dejado de moverse y se había quedado paralizada en su asiento. Lucas ya se había bajado del auto y se hallaba junto a ella, abriendo la puerta del copiloto y haciéndola reaccionar. Aura parpadeó y asintió en su dirección por toda respuesta, desabrochándose el cinturón de seguridad con aire ausente. En cuanto salió del interior del coche una ráfaga de aire helado la golpeó en el rostro, haciendo sus mejillas y nariz enrojecer. Caminó los primeros pasos por inercia y vagamente fue consciente del ruido de la puerta del auto cerrarse tras ella. Se había detenido sin pretenderlo frente a la entrada, viendo la reja que delimitaba el inicio del lugar. O el término, dependiendo de cómo se le viera, y no reaccionó hasta que sintió la mano del chico rozar la suya.

—¿Seguro quieres hacer esto?

—Claro que sí.

—Me refiero —dijo él situándose frente a ella, obligándola a verlo— a que no tienes que hacer esto justo ahora. Puedes esperar un tiempo...

A través de las Sombras © [MUESTRA] [EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora