CAPÍTULO XI

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Aura supo que despertaba cuando las imágenes comenzaron a aparecer en su cabeza

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Aura supo que despertaba cuando las imágenes comenzaron a aparecer en su cabeza.

La oscuridad lo cubría todo al principio, quién sabía por cuánto tiempo había sido eso. Durante cinco días la muchacha no fue consciente de nada en lo absoluto; estaba sumida en un sueño tan profundo que ni siquiera era consciente de ello. Entonces las sombras comenzaron a deslizarse dentro de su cabeza. Primero la oscuridad empezó a moverse y a disiparse hasta que una imagen, borrosa al inicio, se formó frente a sus ojos.

Aura volvía a estar en el barranco, observando todo desde la lejanía, sin poder moverse o interferir. Parte de ella quiso cerrar los ojos con fuerza para evitar ver a la figura que se acercaba, no obstante, la otra parte se negó rotundamente a hacerlo.

Las sombras se arremolinaron a unos escasos metros del borde de la saliente, chocando entre ellas como volutas de humo y oscuras como el petróleo. Con lentitud, las sombras más altas descendieron hasta que estuvieron a ras de suelo y le permitieron ver a la chica la figura de su padre, que salía de entre ellas. El hombre caminaba como en un trance del que no podía despertar, el mismo trance del que Aura había sido presa dentro de sus propios sueños. Las sombras parecían envolverlo, guiarlo, incitarlo a seguir caminando a pesar de la mortal caída que se cernía frente a él. Mientras caminaba su hija lo observaba dirigirse a su propia muerte sin poder hacer nada para evitarlo, y en ese segundo para ella... Se sintió real, como si estuviera de vuelta en aquel tormentoso día hacía dos años y tuviera la oportunidad de cambiarlo todo, de interferir en el que había sido de los peores días de su vida y borrar toda la estela de sufrimiento que había quedado después, sin embargo, por más que lo intentó, no consiguió moverse.

Antes de que el hombre llegara al final del camino algo cambió. Se detuvo. Se detuvo y por más que las sombras empujaron, él se resistió, porque había despertado del trance y ahora era consciente de lo que sucedía a su alrededor. Aura supo entonces que Stephan lo había hecho a propósito, que lo había despertado del trance para que sea consciente de que iba a morir.

Steven Cromwell trató de retroceder espantado cuando unas manos en su espalda se lo impidieron. Nunca supo qué había tras él antes de ser empujado... Ella sí lo supo. Aura quiso gritar cuando las sombras comenzaron a tomar forma tras su padre, pero la voz no le respondía por más que la forzara. El grito salía de su garganta, torturado, mas solo ella era capaz de escucharlo.

Ella y el chico de ojos negros que proyectaba las imágenes en su cabeza desde las tinieblas de la caverna.

La oscuridad se alzó y tomó forma tras el hombre hasta que se convirtió en una difusa figura que formaba parte de las sombras y que aun así era completamente reconocible para ella en ese momento. Aura no podía ver las expresiones de su rostro estando tan lejos, sin embargo, le pareció que Stephan sonreía con malicia, mientras que las lágrimas corrían por las mejillas de la muchacha.

Cuando Stephan posó sus manos en la espalda del hombre que luchaba por no caer en su trance una vez más, empujó. Tan solo una leve presión que pareció poseer la fuerza de mil toneladas bastó para que Steven Cromwell cayera en una nueva oscuridad: la muerte. El grito de Aura resonó por toda su cabeza, mas el viento lo arrastró hasta la eternidad del silencio, llevándose a las sombras con él.

A través de las Sombras © [MUESTRA] [EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora