«¿Estás segura de que fue real?». «¡Que sí! Lucas, fue real... Fue malditamente real...». «¿Y las sombras...?». «Estaban ahí. Siempre están ahí». «¿Y él?». «¡No lo sé, Lucas! ¿¡Cómo pretendes que lo sepa!?». «No entiendo nada de esto...». «Te juro que no quería...». «Cuéntamelo de nuevo».
Cuando Aura terminó de hablar, Lucas no dijo nada. Tan solo se quedó ahí, inmóvil, sin pronunciar palabra. Las lágrimas no habían cesado y cada vez que cerraba los ojos, la imagen de aquella chica cayendo volvía a repetirse una y otra vez en su cabeza.
«¿Qué pasó?», le habían preguntado profesores y demás encargados del campus, pero Aura no había podido responder.
No podía hablar y ni siquiera se dio cuenta de que las lágrimas habían comenzado a caer. La azotea, las sombras... «¿¡Qué fue lo que pasó!?». «Ella... estaba allí, parada... al borde... y luego... luego ya no...». No pudo seguir; era demasiado.
—La chica... —dijo Lucas—. ¿Quién era?
La chica. Aura ni siquiera sabía su nombre.
—Era... —titubeó—. Fue la chica a la que besaste hace dos semanas.
Lucas no dijo nada. Otra vez. Y el silencio la estaba matando casi más que las palabras. Pronto el ruido de las sirenas de las ambulancias comenzó a resonar en su cabeza, un eco que no se podía quitar. El murmullo de la gente... «¿Qué pasó?». «¿Está muerta?». «¿Se suicidó? ¿Por qué haría algo así?». «Debe haber sido horrible...». «¿Y la otra, la que estaba con ella?». «¿Crees que pudo haber sobrevivido?». «Nadie sobreviviría a esa caída».
—¿Estás segura? —El sonido de la voz de Lucas la hizo saltar. Pequeñas lágrimas volvieron a deslizarse por sus mejillas.
—Estoy segura... Dios, estoy segura —lloró—. Tenía la misma altura, el mismo cabello, los mismos ojos negros...
—¿Qué dijiste?
—Cabello negro...
Él negó con la cabeza.
—No, no eso. ¿Ojos...?
—Era ella, Lucas —afirmó Aura con tristeza.
—Te creo —dijo él con rapidez—. Pero Lindsay tenía los ojos azules.
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A través de las Sombras © [MUESTRA] [EN FÍSICO]
FantasyAura tiene visiones extrañas. Sueños, en realidad, en los que un ente sin rostro le quita la respiración... pero lo inquietante no es eso, sino que, por algún motivo, las marcas de sus sueños se quedan grabadas en su piel. Eso no puede ser normal...