CAPÍTULO XXVII

46 4 0
                                    

—¿Qué? —preguntó Aura con brusquedad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Qué? —preguntó Aura con brusquedad. Sabrina, quien no estaba segura de cómo reaccionar—. ¿Desde cuándo...? O sea... ¿Por qué no me dijiste...? ¿Y cómo es que puedes verme? —terminó por decir, dirigiéndose a Kaden.

Él no dijo nada, en principio porque no sabía la respuesta.

—Es el collar —murmuró Sabrina entonces, como saliendo de su estupor—. Si Lucas lo lleva... Tiene lógica que su hermano también pueda verte... Más o menos.

—¿Más o menos? —La muchacha se encogió de hombros.

Durante un segundo nadie habló y el silencio pesó sobre ellos hasta que Kaden les hizo una seña para que todos entraran.

Sabrina se adelantó y Kaden la siguió al interior de la casa. Aura, por su parte, se quedó detrás junto a Lucas, quien cerró la puerta tras de sí.

—¿Estás enojada? —preguntó despacio. El eco de sus palabras podía escucharse por todo el lugar, así como los pasos de Sabrina y Kaden, que resonaban por el piso de madera clara.

—¿Qué? No. Solo estoy... sorprendida. ¿Por qué no me habías dicho?

—La historia es un poco... complicada.

Aura bufó y miró a su alrededor. Las paredes estaban pulcramente pintadas de blanco, y más adelante se podía ver cómo el corredor se abría y daba paso hacia una estancia iluminada gracias enormes ventanales que daban hacia las casas vecinas. La muchacha miró a Lucas, quien asintió con la cabeza y ambos caminaron hacia donde los otros se encontraban. La sala estaba un tanto más abajo que el pasillo principal, así que tuvo que bajar un par de escaleras para llegar hasta donde Sabrina estaba, examinando con sus ojos celestes los sillones grises y las plantas que decoraban todo.

—No sé ni por dónde empezar —confesó Lucas, sentándose junto a su hermano en un sillón frente a ellas, separados por una elegante mesa de vidrio.

—¿Qué hacemos aquí, Lucas? —preguntó la pelirroja, quizás con más dureza de lo que en realidad pretendía.

—Estoy cumpliendo una promesa, Sabrina —respondió él con voz queda, porque sabía lo que venía a continuación, así como sabía que la verdad era inevitable. Ninguna de las dos dijo nada, básicamente porque no comprendían lo que el chico acababa de decir. Había una extraña tensión en el ambiente que no se podía definir del todo, pero Aura sabía que no era la única capaz de sentirla.

Kaden se adelantó a explicarlo.

—Desde hace años que sabíamos que este momento llegaría, y que Lucas tendría que partir contigo, cuando te encontrara, a buscar la espada que podría matar a Stephan —dijo, dirigiéndose a Aura—. ¿Recuerdas lo que te dijo sobre que los sobrevivientes de los Arym debían traspasar los recuerdos generación en generación? —Aura asintió—. Pues verán, Lucas y yo somos medio hermanos por parte de nuestro padre, que no era brujo. La madre de Lucas era la que tenía la magia, así que los recuerdos pasaron a él, no a mí. Yo no tengo magia, pero le hice prometer, hace mucho, mucho tiempo, que cuando ese momento llegara me llevaría con él.

A través de las Sombras © [MUESTRA] [EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora