CAPÍTULO XVII

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Durante semanas ambos actuaron como si nada hubiera pasado

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Durante semanas ambos actuaron como si nada hubiera pasado... Pero por más que fingieran, su relación ya no era la misma. Lucas seguía entrenando a Aura todas las mañanas antes de ir a la universidad y la chica cada vez se volvía más fuerte; sentía cómo el poder que alguna vez controló volvía a obedecerle. Y eso estaba bien, no obstante, había algo que no la dejaba tranquila. Una sensación... como una pequeña espina incrustada en su pecho. El entrenamiento en algún momento debía terminar y luego, ¿qué seguía? Había estado a punto de preguntárselo a Lucas en más de una ocasión, pero se detenía a sí misma antes de que las palabras llegasen a salir de su boca, porque a una gran parte de ella le daba miedo oír la respuesta.

La navidad transcurrió como un suspiro. Aura ya ni siquiera recordaba cuándo fue la última vez que las festividades le habían causado un atisbo de emoción, sin embargo, eso no quitaba el hecho de que a todos los demás parecía exaltarles de sobremanera. Era así; ella lo recordaba perfectamente de años anteriores, cuando la emoción le había hecho mella. Ya no... O, al menos, no como antes.

La muchacha suspiró. Eran alrededor de las cinco y treinta de la mañana y ella, como todos los días, se dirigía a la casa de Lucas para su entrenamiento. El cielo todavía estaba oscuro y el frío hacía que de su boca saliera vapor cada vez que hablaba o respiraba. La carretera estaba desierta a esa hora y había tramos en que las luces del camino no alumbraban lo suficiente.

—Tienes que volver a casa —había dicho su madre hacía alrededor de... ¿cuánto? ¿Una semana? Sí, más o menos. Y ella, contra todo pronóstico, había accedido.

No sabía bien la razón que la llevó a aceptar; quizá porque sabía que tarde o temprano tendría que hacerlo. O quizá fuera que la tensión entre ella y Lucas era cada vez más difícil de soportar. O, simplemente, porque parte de ella todavía se quebraba al recordar a Lucas besando a una chica que no fuese ella. Aun así, el acuerdo tácito que había entre ambos de no hablar sobre ello se mantenía intacto. Ninguno quería seguir peleando y Aura no lo mencionaría mientras él no lo hiciera. Y la verdad es que estaba segura de que así quería mantenerlo.

—Está bien. Volveré contigo —le había dicho a su madre aquella vez.

El primer día que pasó de nuevo en su casa fue, en definitiva, el peor de todos. Ya no era lo mismo; ya no se sentía como su hogar a pesar de los constantes esfuerzos de su madre por hacer que así fuera. Esa noche apenas si pudo dormir, porque parte de ella recordaba los sueños, mientras que la otra parte solo recordaba las mentiras. Y no estaba segura de cuál era peor. Mas los sueños no volvieron a aparecer; la oscuridad estaba tranquila. Inusualmente silenciosa, inusualmente invisible. Y Aura, por experiencia, ya sabía que no había forma de que eso sea bueno, por más que así lo quisiera.

La carretera dobló en la curva que llevaba a la casa de Lucas. Cuando se bajó del auto la nieve del invierno la recibió como lo hacía en el último tiempo... y el frío congeló en sus mejillas las lágrimas que salían de sus ojos. Antes de tocar la puerta la muchacha miró hacia el cielo apretando los dientes, intentando que el nudo en su garganta se disolviera. Se limpió la cara y tocó.

A través de las Sombras © [MUESTRA] [EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora