«Congeláremos el infierno si eso es lo que quieres, lo quemaremos y encenizaremos si así lo deseas, pero no nos pidas que te excluyamos de el, porque ese es el lugar al que perteneces y pertenecerás siempre, Evania.»
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
&
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
EXTRA 6 PARTE II ━━━━━━༺ꕥ༻━━━━━━
E V A N I A
Llegar a casa era una de las cosas que más ansiaba desde que llegaba al trabajo.
A pesar de que ellos me habían comentado que no era necesario que yo trabajara quería hacerlo, muy en el fondo pensaba en mi futuro y no quería ser una mantenida, además había estudiado para ser abogada no ama de casa.
—¡Nos vemos mañana!—rodé los ojos ante el gran entusiasmo de Asher Mills, ahora ya no era solo un pasante en realidad, ahora era uno de los mejores abogados de todo mi bufete con una carrera en despegue.
—Adiós Asher.—me despedí de él.
Ahora mi mayor ilusión era estar con mis hijos la mayoría del tiempo, pero no podía estar con ellos todo el tiempo como quería. Pero jamás, los dejé solos.
Masajeé un poco mi cuello por la torticolis que comenzaba a aparecer, agarré mis cosas y despidiéndome de todos bajé hasta los estacionamientos, subí en mi auto y comencé a conducir a la famosísima mansión Turcotte.
Al momento de llegar saludé a los guardaespaldas de ellos, e ingresé en la mansión sin escuchar un solo ruido.
Desde la llegada de los trillizos la vida de la mansión había tomado un giro totalmente drástico, a pesar de ser seis hombres y una mujer la casa no era tan viva cómo lo es ahora con tres integrantes más, que tienen el cuidado de absolutamente todos.
Cerré la puerta principal y caminé hasta nuestra habitación, antes de la llegada de nuestros hijos y todos los altibajos que tuvo nuestra relación dormíamos en habitaciones diferentes, yo me quedaba con uno, luego con el otro y así, hasta que fueron todos ellos quienes propusieron tener una habitación para los siete, después de todo, los seis eran mis esposos.
