«Congeláremos el infierno si eso es lo que quieres, lo quemaremos y encenizaremos si así lo deseas, pero no nos pidas que te excluyamos de el, porque ese es el lugar al que perteneces y pertenecerás siempre, Evania.»
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
C A P Í T U L O "53" ━━━━━━༺ꕥ༻━━━━━━
U R K O
Sentimientos.
Una jodida palabra que me había mandando derechito a la mierda. Sí, porque eso había hecho ella conmigo desde el día que tomó la decisión de irse. No era justo ni para mí, ni para mis hermanos.
Había querido colocarle un poco de esperanza a la cosa, quizás con eso la situación mejoraría y no tendríamos problemas a futuro.
Mi vida se había jodido de una manera grande y seguía sin querer aceptarlo.
Evania Gallant había jodido mi vida dé una manera que ni siquiera podía imaginármela, y sobretodo aceptarla, mis hermanos estaban incluso peor que yo y eso que al principio todos estábamos renuentes a iniciar una relación con ella pero fue tanto el jodido sentimiento que creció entre nosotros que se nos hizo imposible no aceptarla en nuestras vidas y aceptarla de una manera mucho más fuerte.
Yo jodidamente quería a Evania.
—Urko—evité rodar los ojos y simplemente elevé la mirada y la observé en silencio, ella me sonrió y se sentó enfrente mío—, quiero hacerle una sorpresa a tus hermanos.
Mi aburrimiento crecía más y más.
—¿Ah, sí?—enarqué una de mis cejas.
Ella sonrió y asintió de manera efusiva.
¿Por qué no puedo encontrar su sonrisa atractiva?
—Sí—se inclinó en mi dirección, pude ver el escote y el valle de sus senos sin embargo aparté la mirada cuando aquella misma presión en el pecho se hizo presente—, y claro a ti también quiero darte una sorpresa.
—Ah...—la miré sin querer decir nada más.
—¿Te gustan las sorpresas?—me miró atenta.
—No, no me gustan.
Sí me gustan, pero no de parte tuya.
Preferí no continuar con la conversación que me aburría así que sin cruzar una palabra más con ella agarré mi vaso de cerveza y me coloqué de pie ignorando su mirada confundida.
Evité a toda esa gran cantidad de personas a mi alrededor y simplemente subí las escaleras hasta llegar al último piso de la mansión; nadie tenía acceso a ese piso a excepción de nosotros.
