«Congeláremos el infierno si eso es lo que quieres, lo quemaremos y encenizaremos si así lo deseas, pero no nos pidas que te excluyamos de el, porque ese es el lugar al que perteneces y pertenecerás siempre, Evania.»
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C A P Í T U L O "68" ━━━━━━༺ꕥ༻━━━━━━
E V A N I A
Con las manos temblorosas empaqué la mayoría de mi ropa y lo que cabía en la maleta, no me llevaría más de eso.
Las manos me temblaban sin descanso alguno, miré por quinta vez en dirección de la puerta con la ligera esperanza de que la atravesaran pero aquello no ocurrió así que yo continué con lo que tenía planeado.
Terminé de guardar todas mis cosas dejando casi el baño vacío, al terminar ni siquiera hice lo de la otra vez, no les dejé una nota. No les dejé nada.
Bajé las escaleras arrastrando la maleta y finalmente salí de la mansión no sin antes haber dejado mi copia de las llaves sobre la mesa del comedor donde sabía que las verían muy bien.
Salí de la mansión y me encaminé al auto que yo misma me había comprado.
Comencé a conducir con velocidad en dirección del aeropuerto, sabía bien que tenía que notificarle a Marc pero por el momento no me encontraba con ánimo de hacerlo.
Continué conduciendo sintiendo un nudo en el estómago, aún sentía los cólicos pero ese ahora era el menor de mis problemas a pesar de que gracias a ellos me sintiera temblorosa y pálida.
Decidí ser más prudente y me detuve en un estacionamiento donde no había nadie más que unos cuantos autos vacíos y yo.
Apoyé mi frente en el manubrio y cerré los ojos.
Odiaba sentirme así de insegura, aunque sabía que de un día para otro la inseguridad que llevaba conmigo desde hacía años no se iría de un día para otro, y debía entenderlo.
Miré mi celular de reojo al verlo alumbrar el oscuro techo del auto gracias a la hora que era, casi las nueve de la noche. La pantalla encendida me dejó ver todos los mensajes que tenía, además de varias llamadas las cuales no había escuchado por andar en mi mundo.
Sabía que estaba tomando una decisión muy impulsiva cuando se suponía que esto debía hablarlo con ellos pero me era imposible no sentirme así, mañana cumpliríamos un año en esta extraña pero linda relación que teníamos, pero preferían el trabajo.
Ellos debían comenzar a marcar cuáles eran sus prioridades pero no me dejaban en claro que yo fuera parte de ellas.
Volví a cerrar los ojos y comencé a pensar mejor las cosas.
Pero algo aún en el fondo de mi ser me gritaba que me fuera, que así ellos aprenderían, pero estaba harta de irme solo por sus acciones. Éramos adultos y debíamos comenzar a enfrentar las situaciones frente a frente.
