«Congeláremos el infierno si eso es lo que quieres, lo quemaremos y encenizaremos si así lo deseas, pero no nos pidas que te excluyamos de el, porque ese es el lugar al que perteneces y pertenecerás siempre, Evania.»
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C A P Í T U L O "36"
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PARTE II
G A L I P
Algunas veces el trabajo te terminaba agotando hasta las ganas de vivir, así mismo me sentía en ese momento. Me sentía acabado después de una jordana de trabajo, no era para nada fácil poder dirigir un gran grupos de clubes y que todo terminase perfecto, como siempre.
Supongo que por eso a las personas les resultaba bueno que yo fuera la persona líder de la mayoría de cosas, y eso no me dejaba más que trabajo y trabajo sin descanso alguno, estaba seguro que en algún momento estuve a nada de renunciar por tantas cargas sobre mis hombros pero soy Galip Turcotte, una persona que no renuncia fácilmente.
—Es todo por hoy.—di por finalizada la reunión.
Solo agarré mi chaqueta de cuero y me la coloqué gracias al frío del día, le di un último vistazo a todas las personas enfrente mío que habían, algunas mujeres y algunos hombres. Entre ellas pude reconocer el rostro de Zarah y el de Greta, ambas conversaban casi en susurros, aquello se me hizo sospechoso sin embargo no hice amago de acercarme a ellas cuando no sentí la necesidad.
—Galip—miré a Dafne, una de las integrantes del club. La conocía desde hace quizás unos dos años, era una buena compañera en cuanto a trabajo, más allá sólo éramos amigos sin mucha relación—, quiero preguntarte algo.
—Adelante.—le di el permiso para que me hiciera las preguntas que quisiera. Me miró asombrada al escucharme, eran pocas las veces en que permitía que alguien me dirigiera la palabra.
—Solo quería corroborar algunas cosas—me hizo una seña para que saliéramos de la instancia, ella comenzó a caminar y yo la seguí por detrás mirando al frente. Se giró cuando estuvimos lo suficientemente lejos para que nadie escuchase—, no es necesario que contestes si no lo quieres.
—Solo pregunta Dafne.—rodé los ojos.
Odiaba que le dieran vueltas al asunto.
—¿Es cierto que ya tienen a ese alguien?—me miró interesada, fruncí mi ceño, ella continuó—: Pensé que Greta a su regreso seguiría manteniendo el puesto de Reina.
Solté un suspiro.
Aquel era un tema que me generaba más que un malestar general, Greta era un tema delicado para mí y me disgustaba tener que hablar de el con personas no tan cercanas a mí.
