NIKITA: Capítulo 1

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Justo para el equinoccio de primavera llegaba al mundo la pequeña de ascendencia asiática, siendo el júbilo de su madre al saberla niña y la desgracia de su padre por la misma razón, ya que esperaba a su heredero a toda costa.
La pequeña de ojos oscuros rasgados y cabello negro fue la adoración de su madre por años, quien la mantenía lo más alejada posible de la vida corrupta de su progenitor, la Yakusa no era un mundo para las mujeres, decía siempre su padre y siendo incapaz su joven esposa de quedar embarazada nuevamente la envió a Kioto con una Misa de apenas dos años, saliendo prácticamente de sus vidas.

Años después la Señora Sakura tuvo una aventura con uno de los guardias que les cuidaban causando la furia de su esposo quien la asesino a sangre fría junto a su amante frente a los ojos de su hija de nueve años, la cual guardaba un gran parecido con su madre. En un principio Seiko Tanaka intento cuidar de su única hija, pero luego de tres años su odio hacia la pequeña no hacía más que crecer al punto de buscar una solución rápida para sacarla de su vista, solución que vino de la mano de su consejero en una reunión.

-Necesitamos información de los rusos, el desgraciado de Marcov tiene infiltrados aquí- bramo Tanaka a sus hombres de confianza.

-No se me ocurre una forma de encontrarlo, ese desgraciado tiene infiltrados en todos lados, pero se comentas cosas en Rusia acerca de la familia Marcov-indico su consejero el señor Amane.

-Más te vale traer la información completa- le amenazo.

-Lo hago Señor- aseguro- Se comenta que Marcov está entrenando a su hija como espía, al parecer encontró un uso para algo que estorba, ya que al parecer espera otro hijo- comento.

-Como espía- sopeso- no lo sé, para que serviría una niñita como espía, difícilmente pase desapercibida.

-Hay muchos tipos de espías, mi Señor, puede que su hija pase desapercibida ahora pero en cuatro años, se consideraría como casi una mujer y bien entrenada en el que hacer de la cama, pudiera lograr sacar algo- implanto la idea en la mente de su jefe que rápidamente vio allí una forma de deshacerse de su hija y a la vez buscarle un uso.

-¿Dónde podemos enviar a Misa?- Cuestiono a sus hombres- Y espero que sea lejos

-Mandémosla donde madame Mina, su prostíbulo está en la frontera con Rusia y nos aporta muchos ingresos e información- sugirió.

-Pero Mina es una sádica con sus chicas- intervino uno de los miembros más jóvenes.

-¿Estás seguro de que obtendremos información?- indago Seiko.

-Sí, Señor- Contesto rápidamente Amane con la perversión de tener a la pequeña a su disposición en mente, ya había tomado a la madre y cuando la decisión estuviese tomada nada impediría que hiciera lo mismo con Misa.

-Pues allí ira, llama a Mina, que venga a buscarla- ordeno.

-Eso no será necesario Señor, yo mismo la llevare- declaro.

-Pues mañana puedes hacerlo.

Y justo así comenzaron cinco años de  calvario en la vida de Misa Tanaka.

Cinco años de golpes, vejaciones, abusos, llanto e intentos suicidas, cinco años que pararon con la llegada de aquella niña con el valor de un ejército.

Misa POV

Luego de cinco años en este infierno sabía que nada me salvaría del castigo, pero aun así no iba a dejar que ese infeliz me cortara las mejillas con un puto cuchillo de caza, sé que le había costado mucho dinero a Mina y que el castigo seria brutal, pero aun así no pudo resistirme, no más acerco su miembro a mi boca me asegure de que no lo volviera a usar en su vida. Bastante había tenido con que mi padre dejara que ese infeliz de Amane me trajera aquí con trece años, sabía que me odiaba pero nunca pensé que me vendiera a un prostíbulo y menos que permitiera que todo su círculo íntimo abusara de mí. No paso siquiera una semana cuando intente escaparme, pero no lo conseguí, solo gane cincuenta latigazos. Pero eso no me paro los otros diez intentos, hasta que la bruja me rompió una pierna. Y hoy estoy aquí encadenada a una pared esperando a que aparezca con lo peor que tenga, no es que crea que le queda algo peor que intentar conmigo, me ha hecho caminar descalza por brazas ardiendo, me ha quemado con cigarrillos, ha dejado que doce hombres me violen hasta saciarse solo por contar las pocas cosas que me ha hecho.

La emperatriz de la mafia roja Donde viven las historias. Descúbrelo ahora