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Milenka POV

Estaba en el sótano entrenando junto a las muñecas a las nuevas reclutas, Josef se había vuelto aún más frio con todos tras la partida de mi madre, con todos menos conmigo y aun así había dejado de llamarle padre en público, madre me lo pidió antes de irse. Justo en una esquina se quedaba entrenando cada día mientras nos hacíamos cargo de las nuevas y me daba consejos al final del día para mejorar todo.

Hace una media hora ella había llamado informándonos de una emboscada, todos a excepción de ella y Daemon habían sido asesinados por lo que pidió que se prepararan tumbas para ellos.

Al entrar a la sala para recibir a mi madre, esta se encuentra rodeada por sus tres novios, extraño, lo sé, pero ella tiene tres novios, qué le voy a hacer. Josef e Iván siempre han sido más cariñosos conmigo, en cambio Isaac me ha enseñado con mano dura y estoy muy feliz de eso, él me ayudó a superar mis miedos y a canalizar esa ira en las tareas que me daba mamá.

Aun sudada como me encontraba no iba a dejar de verla, la había extrañado un montón y he de decir que estaba desastrosa, la sangre seca en sus mejillas, la camisa que solo permanecía blanca en mínimos lugares y el cabello despeinado. Aun así ellos la miraban con adoración, quería que alguien me mirara así en el futuro.

- Y...ug. Vayan a una habitación hay niños presentes aquí- Les dije para que dejaran de besarse, cuando crezca no quiero ser como ellos, se pasan la vida con la lengua en la boca del otro, que asco.

Daemon miraba a Irina de una forma que no me gustaba, y siempre que lo tenía cerca me hacía desconfiar y ser más cautelosa de decir lo que sabía, antes de la muerte de Ana había querido preguntarme cosas que no debía pero aunque intento engañarme sé que no tiene buenas intenciones. Un recuerdo de uno de esos días llega a mi mente.

…Estaba en la sala de entrenamiento, era tarde en la noche, las pesadillas no me dejaban dormir nuevamente, solo recordar ese lugar me da escalofríos, sigo sin entender por qué mi padre me odiaba tanto como para enviarme allí. Esta noche mama no me escucharía ya que no estaba en su habitación y no la molestaría. Lanzaba cuchillos a una diana cerca de los bancos cuando sentí unos pasos que se acercaban a través del pasillo junto al gimnasio.

Cuando él entro a la sala el reloj marcaba las dos y treinta de la mañana yo me escondí por debajo de uno de los bancos en la parte más oscura haciéndome la dormida y activando las cámaras dentro del oso de peluche ya que este venía hablando por teléfono, y por qué buena razón saldrías de tu cuarto a estas horas y a un lugar solitario para hablar por teléfono, fácil, por ninguna.

-Si jefe ya instale los micrófonos y le envíe la información que he descubierto pero la chica tiene los sistemas muy encriptados y las órdenes para las misiones las recibe en idiomas que no conozco, solo estoy capacitado para el italiano, español, inglés, ruso y alemán. Hasta ahora solo habla en lenguas asiáticas y orienta las misiones con media hora de antelación, aunque le informara al instante no podría hacer algo con tan poco tiempo previo-dice Damon a alguien, está pasando información.

Este se queda oyendo algo que le dicen del otro lado.

-Pensándolo bien, ella es la más frágil, tiene mucha información útil y la puedo ganar con cosas infantiles, voy a intentarlo, la niña siquiera se dará cuenta y hablará. Luego le informo- dice seguro de su plan sin ser consciente de que yo nunca hablaría así supiera las cosas, de una forma u otra el tiro le salió errado pues ya se su plan y no lo dejaría acercarse a mí de todas formas.

Finaliza la llamada y luego encendió las luces por lo que hago mi mejor actuación de la pequeña niña indefensa dormida. Las clases de interpretación en nuestro entrenamiento definitivamente resultan muy útiles.

- Joder, me gane la lotería- susurra lo escuche.

Se acercó a donde estaba y me cargo hasta acostarme en el centro del rin para luego despertarme dulcemente. Opto por hacer justamente lo que hago cada mañana.

- Josef, dejame dormir, cinco minutos más, si, te lo prometo- dije con la voz ronca como si en serio me hubiera despertado, para luego frotarme los ojos.

- Milenka cariño, ¿qué haces durmiendo aquí?- me pregunta dulce y de inmediato entiendo cómo me quería engatusar, desgraciadamente para el su dulzura es claramente hipócrita.

- Tenia pesadillas y baje a entrenar pero me quede dormida- le contesto aun con voz adormilada

- Chiquita, ¿sabes dónde Irina guarda los papeles de las transferencias del banco?, tengo que dejarle unos cuantos para que los tenga ordenados- dijo para que pensara que era algo bueno lo que hacía- y como ya sabes ella tiene mucho trabajo por lo que quiero ayudarla.

- No, no sé, mi madre no habla de eso con nadie, dejamos todo sobre su escritorio- le digo y bostezo. Pensara que soy estúpida.

- ¿De casualidad no sabes donde tienen los trillizos los mapas de la próxima misión? a Iván se le olvido traérmelos antes de acostarse- dice tratando de sonsacarme información.

- Nadie tiene mapas de las misiones, a mamá no le hacen falta, nunca le han hecho falta-le doy por primera vez en la conversación una respuesta verídica casi en su totalidad, pues si bien Irina no usa los planos, Josef tiene uno de cada locación en la que se realizan los intercambios, claramente está dando palos a ciegas si para cuando empezó a preguntar no me hubiera dado cuenta de lo que tramaba ahora lo hubiera hecho, Ivan no se encarga de los reclutas en lo absoluto por lo que no tendría necesidad de usar mapas de las locaciones.

- Esta bien pequeña, vuelve a dormir- me dice con un deje enojado en la voz al no haber obtenido nada de mí.

Vuelvo a pegar mi cabeza al oso y a hacerme la dormida. Mientras el sale de la habitación con prepotencia…

El video de esa vez estaba guardado junto a otros dos intentos de sacarme información en un pendrive minúsculo dentro del relicario que me había regalado Irina en mi anterior cumpleaños. Pensaba dárselo cuando regresara, pero ahora necesito descubrir que se trae entre manos.

Una suave y melódica voz me saca de mis reflexiones.

- ¿Mi princesa hermosa no piensa darme un beso?- dice mamá reflejando molestia al ver que no he ido con ella.

Corro hacia ella y la abrazo, necesitaba el abrazo, pensé que se enfadaría conmigo por no cumplir la misión como ella ordeno, tuve que matar al hombre y no pude sacarle la información que necesitábamos. Fallé.

- No llores querida, lo hiciste muy bien, en los papeles que trajiste estaba la información que necesitaba- dice secando las lágrimas que no sabía que había derramado, desde que Ana se fue he fallado dos misiones y temo que madre deje de quererme por ello.

- ¿En serio madre?, ¿no me darás ninguna misión más, cierto?- pregunto triste y segura de mis palabras a la vez

- Todo lo contrario cariño, necesitó tu ayuda para una misión muy importante la próxima semana- me avisa

- En serio- le pregunto incrédula

- Si, mi princesa, una de esas en las que vas a evitar que otro hijo de puta haga lo que te hicieron a ti- me dice con tacto acerca del tema.

- A sus órdenes zarina-Le digo abrazándola llena de alegría, pero aun así el peso de no contarle mis sospechas esta en mi mente, debo hacerlo, pero quiero que cuando lo haga no sea un error.

La emperatriz de la mafia roja Where stories live. Discover now