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Isaac Pov

Cuando el turno de Josef llega él toma la paleta y luego mira el trasero rojo de Irina con una sonrisa sádica, esto no me está gustando nada. La actitud de mi hermano siempre ha sido dominante, pero tiende a ser el más complaciente, el más enamorado, eso no es para nada lo que veo en este momento, ahora solo veo el ser que reina en la sala de torturas y eso definitivamente no es bueno, está fuera de control. Se acerca a su oído y le susurra con tono despectivo.

- ¿Quieres que te haga daño, pequeña zorra?

Y ahí sé que en el justo instante que esto termine va a estar arrepentido.

- Si, amo- dice ella con emoción fingida. Sus ojos tan expresivos para nosotros no reflejan nada, ni deseo, ni temor, ni disgusto, absolutamente nada, como si estuviera reprimiendo algo, algo que no sabe cómo dejar salir. Lo que más me preocupa es que el único ser capaz de leerla esta tan cegado en su ira que no se percata de las alarmas encendidas en cada uno de sus actos, algo no está bien con ella.

- ¿Cuál es la palabra de seguridad, Irina?-indaga brusco

Joder esto es nuevo, nunca hemos necesitado eso con Irina, ni siquiera en los castigos.

-Manzana, Amo- contesta ella

- Muy bien, pequeña zorra, tú te lo buscaste-le apunta

Josef da el primer golpe e Irina retrocede hasta quedar con el cuerpo sobre la mesa de la fuerza del impacto, el culo rojo rubí y las piernas fuera de esta. Unos cinco golpes más resuenan por la habitación y ella suelta un grito agudo pero él no para, al décimo golpe los sollozos de Irina son desgarradores pero esta no ha dicho su palabra de seguridad.

- ¿Estás bien?-pregunta aun de forma brusca al sentir sus sollozos. Aun desatado es incapaz de no preocuparse por ella.

- Si, amo- Dice segura

- ¿Quieres qué pare?- Dice serio y sé que esa recordando el porqué de esta zurra.

- No, amo - le dice ella

- Sabes, no sé por qué coño me provocas, Irina, en este momento el cariño que siento por ti se ha esfumado y lo único que hay en mi mente es que debo zurrarte más fuerte porque eres una zorra que me engañó con ese imbécil. ¿Crees qué mereces que te castigue más fuerte?- demanda la respuesta

- Si, amo

-Joder es que está loca acaso- cuestiona Ivan a mi lado.

-Aquí está pasando algo gordo- le contesto simplemente- ella ciertamente nunca ha tenido una mente sana pero nunca sería capaz de llevarlo al límite y en este momento casi que lo está.

Cuando Josef va por el tercer azote de los diez que faltan veo un pequeño hilo de sangre bajar de una de las nalgas de Irina pero esta solo solloza en silencio y aguanta el resto del castigo. Cuando el ultimo azote es propinado Josef vuelve en sí, mira detenidamente lo mismo que yo y su cara cambia por un corto momento hasta que la angustia lo consume, nunca habíamos hecho daño a Irina así ella lo deseara. Unos minutos después Irina se separa de la mesa con las rodillas temblando y se arrodilla a los pies de Josef, lo mira a los ojos y ve la angustia en ellos pero solo sonríe y le dice:

- Gracias por el castigo, amo Josef, era lo que necesitaba.

Josef la mira a los ojos, la toma por los brazos hasta pegar su cuerpo al del y luego la besa como si no hubiera un mañana. Una lágrima resbala por una de las mejillas mi hermano y sé que está sumamente arrepentido por hacerle daño. Ella toma su barbilla y hace que la mire a los ojos.

- Tranquilo, mi pequeño, solo me diste lo que necesitaba. Lamento que te sientas así, bebé, sé que yo te obligue a esto-él la mira a los ojos buscando algo y la vuelve a besar.

- No voy a volver a hacerlo aunque me lo pidas, Irina. Me deje llevar porque estaba muy enojado pero te hice daño y eso no me lo voy a perdonar- afirma

- Solo lo necesitaba, se por qué los provoque de esa forma y más a ti, sé que odias que siquiera mire a otros hombres- le asegura ella

- Hay momentos en los que me preocupas, princesa y este es uno de ellos. ¿Qué pasa contigo?- pregunta preocupado, su mirada sigue tratando de descifrar la de ella, pero si él no lo consigue, como lo lograríamos nosotros.

Ella solo lo abraza y rompe en llanto. Sé que algo malo paso, pero que puede ser tan malo para que nos lleve a hacerla que sangre con un castigo.

- Dime que paso. Confía en mí, princesa-Le pide y luego la toma en brazos para acostarla boca abajo en el sofá y atender las heridas que le hizo.

Sus nalgas del color de un rubí tienen unos cinco cortes de las esquinas de la paleta que sangran ligeramente en este momento mientras los hilos de sangre seca llegan a la flexura de sus rodillas, por lo que lo masajea suavemente esperando a que ella hable, cuando termina de limpiar los cortes se agacha frente a ella al nivel de su cara y nosotros junto a él. Dos lágrimas se deslizan por las mejillas de nuestra chica y Josef se las limpia delicadamente.

- Me llamaron hace media hora, antes de que besara a Damon, Ana está muerta, Josef, mi niña hermosa está muerta- nos informa Irina y cascadas de lágrimas caen por sus mejillas.

Josef la mira y se sienta en el piso con la cabeza entre sus rodillas, Iván camina en círculos por la habitación como un loco y yo estoy en shock solo puedo pensar que no es cierto, ese pequeño ángel, nuestra pequeña Ana, no puede estar muerta. Acabo de entender por qué Irina quería que la lastimáramos, se siente culpable. Cuando mis hermanos reaccionan se dan cuenta de lo mismo que yo.

- Irina -decimos a la vez Iván y yo, ella nos mira.

- No es tu culpa, hermosa, ella no merecía esto, pero no es tu culpa-le digo

- Yo tenía que haberla cuidado, si yo hubiera estado aquí eso no hubiera pasado-me afirma y más lagrimas corren por sus mejillas

-Irina, mi amor, no es tu culpa, es culpa de esos hijos de puta que ya deben estar pudriéndose en el infierno- Le dice Josef besando su frente repetidas veces- quedate aquí un momento, sí. Iván, viste a Irina, llevala a su cuarto y prepara la bañera, voy a mandar algo para ella en un rato. No la dejes sola. Isaac, encargate del funeral de Ana- Nos ordena en lo que susurra una gran cantidad de insultos en varios idiomas.

- Salgo en diez minutos- le digo.

Bien dicen que el dinero resuelve todo más rápido y no porque quisiera deshacerme del cuerpo de la pequeña Ana, todo lo contrario, estaba dolido por su partida, ella era lo que más quería Irina en este mundo y por tanto también la queríamos. Estaba realmente preocupado por nuestra chica ya que en términos de inestabilidad era tan propensa a ello como el mismísimo Josef. El cuerpo de nuestro pequeño ángel fue cremado al igual que el de sus padres en su momento. Busque sus flores favoritas y lleve a cabo cientos de llamadas, necesitábamos un lugar para quedarnos en Siberia ya que la casa estaba siendo reconstruida luego de que Irina la incendiara en nuestra última visita. Si bien hizo pensar a todos que fue un accidente estaba convencido de que ella misma había causado el fuego principal que simplemente se extendió ya que la casa estaba deshabitada, para cuando llegamos a Moscú los bomberos habían extinguido el fuego pero allí no quedaba nada.

Con el ánfora que llevaba las cenizas del último familiar vivo de la mujer que amaba, me dirigí de vuelta a la mansión, haciendo algo a lo que nunca había recurrido, rezar, rezar para que ella estuviera bien. 

La emperatriz de la mafia roja Where stories live. Discover now