49

539 46 0
                                    

Milenka POV.
Temprano en la mañana Nikita se acercó a mi habitación sin hacer ruido pensando que aun dormía, pero fallo grandemente. Su pelo estaba un poco revuelto y sus labios hinchados, por lo que me burle de ella sabiendo que había pasado la noche con Dmitri, la había visto entrar allí antes de irme a dormir y por su condición actual acababa de salir.

-Venía a levantarte querida, pero ya estas despierta- sonrió.

-No he dormido mucho Nik- confesé.

-Lo de siempre- suspira.

-Las pesadillas, sabes cómo es, aparecen cuando menos lo esperas- comente- Necesitas algo, no nos despertamos tan temprano- aseguro mirando la hora en el reloj junto a mi cama, seis treinta.- Y dudo que vengas a contarme tu noche con Dmitri, en todo caso si vienes a hacerlo te pido por favor que no ensucies mi mente infantil de esa forma.

El sonrojo en su rostro me demuestra que estoy en lo cierto pero es incapaz de reírse ante mi mueca de asco.

-Algún día me tocara reírme a mí de tu cara pequeña diablilla. Pero no estoy aquí por eso, Clarie preparo un picnic, al parecer tu madre está planeando algo para recuperar a Josef- se burla- ni que el fuera a seguir alejándola por más tiempo, es bastante poco probable que resista una semana más así.

-Estaré abajo enseguida, y no te preocupes por Perla, ya me encargo yo- comento bajándome de la cama para buscar algo que ponerme mientras ella salía sigilosamente de mi cuarto.

El lago era uno de los lugares más bonitos dentro del terreno de la mansión, si bien pocos trabajaban en la casa, era aún menor el número de personas que vivían en ella. Tras la traición de Daemon este número no hizo más que reducirse.

Clarie convenció a todos de disfrutar del día, pero definitivamente cada cual lo hizo a su manera, Topacio se escapó con Koby al bosque pensando que nadie los había visto, pero fallo, ya usaría esto para burlarme luego. Clarie hablaba animadamente con uno de los chicos que se encargaban de las cámaras de seguridad y Nikita a mi parecer o bien estaba marcando territorio o intentaba engordar al pobre Dmitri. 

Perla por otro lado estaba sentada en la orilla del lago mientras lanzaba las rocas que había buscado para ella hace un rato, su cara de póker era asombrosa pero sabía que estaba sufriendo, aun enfrentando las pesadillas continuas y la depresión, pero todo mejoraba. Su entrenamiento por otro lado iba viento en popa. Increíblemente la pequeña era muy buena dibujando, por lo que encontramos a alguien que viniera a darle clases, una mujer por supuesto y siempre en compañía de un guardia, pero a decir verdad, este era el único momento en que se veía realmente feliz.

Llegamos a casa tras el almuerzo y lleve a Perla a su cuarto para que descansara pero los gritos de mis padres me sobresaltan y hacen salir de mi habitación tras calmar a Perla que se encontraba atemorizada. Al llegar al pasillo veo al médico de la organización saliendo de la habitación de mi madre como alma que lleva el diablo e instantes después los gritos comienzan nuevamente. Cuando voy llegando a la habitación lo que ella dice me deja petrificada mirando por la pequeña porción de la puerta que dejo abierta Aleksey al salir.

- Hola cariño, soy tu mamá, quiero que sepas que te amo y por eso voy a evitar que llegues a este mundo cruel a sufrir como lo he hecho yo- dice acariciando su abdomen. Mamá está embarazada, así que supongo que tendré un hermano, eso me pone feliz, papá Josef deseaba mucho otro niño.

- Amor, no hagas eso- le suplicó Josef y me da la impresión de que algo está mal -vamos a calmarnos hoy y mañana lo hablamos más tranquilos, sí.

- No te metas Josef, es mi cuerpo, mi hijo y mi decisión- replica mamá enojada.

- También es mi hijo joder- le grita él a todo pulmón.

La emperatriz de la mafia roja Where stories live. Discover now