—No sé qué más hacer, Kaden, y no puedo dejar de pensar en que quizá no debí haberme ido. La protección del hechizo no deja entrar la magia y así no puedo entrar en sus sueños, no puedo bloquear las sombras, no puedo... No puedo hacer nada.

—Entonces vuelve —replicó—. Vuelve y dile la verdad, Lucas, porque no puede vencerlo si no sabe a qué se enfrenta...

—¡¿Crees que no lo sé?! —gritó el chico exasperado—. Sé que no puede vencerlo si... —comenzó a decir, pero se calló de pronto cuando una idea apareció en su cabeza.

—¿Si...? —preguntó Kaden.

—Se supone que sus poderes deberían ser iguales, lo que significa que él debería tener una ventaja sobre ella para poder ganar. En aquel entonces era la falta de experiencia, y ahora...

—Muchos «debería» en una misma oración, ¿no crees? —Lucas lo miró mal. Kaden suspiró—. Bien, ¿a dónde quieres llegar con esto, precisamente?

—Es asmática.

—¿Y...? —repitió Kaden aún sin comprender.

—Creo que él tiene una forma de controlarla usando el pasado a su favor. —Lucas se dejó caer en uno de los sillones más cercano a él y se llevó ambas manos a la cabeza, que había comenzado a doler de pronto—. No sé cómo, pero tiene sentido. Kaden... Necesito tu ayuda, no puedo descifrarlo solo.

—Los recuerdos... te fueron dados a ti, Lucas, no a mí. No veo en qué pueda serte de ayuda...

—Sabes la historia tan bien como yo —interrumpió con una mirada suplicante dirigida al chico a su lado—. Tienes que intentarlo... Por favor.

Kaden lo examinó con la mirada y sonrió, a pesar de que sonreír era lo último que se sentía con ganas de hacer.

—Sabes que cuentas conmigo.

Lucas asintió con el leve indicio de una sonrisa en el rostro. Cerró los ojos, intentando recordar cómo respirar.

—No puedo estar lejos por demasiado tiempo —expresó en voz alta sin mirar a Kaden—. Me necesita, no sabe nada.

Kaden no dijo palabra durante un momento que a Lucas le pareció eterno, sin embargo, pudo sentir su mirada quemándole la espalda, examinándolo con detenimiento. Su postura, la forma en que las manos le tapaban el rostro... Lo conocía y, por ende, sabía la respuesta de lo que estaba a punto de decir:

—Esto no es solo por la misión... ¿O sí? —inquirió finalmente.

Lucas se planteó decir que sí durante un momento, que la misión era la única razón por lo que estaba haciendo todo, que ese era el motivo por el que no podía estar lejos, para que el plan no fallara... Pero a él no podía mentirle; lo conocía demasiado bien.

—No. No lo es.

 No lo es

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A través de las Sombras © [MUESTRA] [EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora