Capítulo XXIV (Vicky)

52 10 2
                                    

Eras tú. De esos que aparecen de la nada cambiándolo todo, de los que te tocan con un dedo y haces que sueltechispas, tal y como si fueras agua y yo cable de electricidad, de los que con mirarte dicen más que si emitieran sonido alguno de su boca. Llegaste así, sin previo aviso, sin darme tiempo de ponerme el chaleco antibalas, sin brindarme la oportunidad de reforzar mis muros, así, sin más, porque quisiste. Llegaste, poniendo mi mundo patas arriba, convirtiéndote en mi pequeña gran revolución, en el huracán que desordena mis sentidos, haciéndome cambiar todo lo que tenía planeado para mí y lo peor (o quizá lo mejor) es que adoro que hayas aparecido así, de esa manera, sin planes, sin objetivos... de la nada y haciendo que ahora quiera que lo seas todo. Te estás convirtiendo en mi laberinto favorito, en el enigma que quiero resolver con cada detalle y definición, en el agujero negro al que quiero darle luz o simplemente en el chico que me gusta cada vez más.

—Vicky pero... ¿esto para quién es?— preguntó Rocio tras terminar de leer una de las notas que se había encontrado entre mis apuntes de Álgebra.

—No es para nadie—dije arrebatándole el papel—solo quise escribir y escribí, ¿vale?

—No, no vale—dijo Marina—tú solo escribes cuando necesitas decir algo y no puedes, o no sabes cómo hacerlo, como cuando estábamos chicas y tu orgullo no te dejaba pedirme perdón cuando me reñías como si fueras mi madre y lo hacías enviándome notitas hasta que te perdonaba.

—Es cierto, o cuando está enfadada con su madre, que escribe todo en las notas de su móvil para desahogarse— dijo Rocio.

—No teníais derecho a leerla—dije

—Sí que tenemos, somos tus amigas— resaltó Rocio—y no se vale que estés enamorada y no lo cuentes.

—Venga Vicky va, ¿quién es el afortunado?—Marina indagó una vez más.

—No estoy enamorada ¿vale? Solo es un chico al que estoy conociendo desde otra perspectiva.

—¿Otra perspectiva? Eso quiere decir que lo conoces de antes y si tú lo conoces, nosotras también—dijo Rocio pensativa.

—¡Oh dios mío!, es Frank—gritó Marina asombrada.

—Joder—tapé mi rostro con mis manos—si es él.

—Pero si no os soportabais, ¿en qué momento paso todo esto?

—Que no ha pasado nada Rocio, que solo estamos hablando, somos buenos amigos, nada más.

—¿Buenos amigos? Perdona pero a mis amigos no les digo que desordenan mis sentidos—leyó Rocio el fragmento de la nota y los cojines de mi cama no dejaban de estar lejos de mi cara.

—No sabría explicároslo porque ni yo misma me entiendo, este chico lleva en mi vida años y para mí siempre ha sido indiferente.

—Bueno, tanto como indiferente, no— interrumpió Marina—que nos pasamos los 4 años de instituto hablando de su carácter, que si Frank es un egocéntrico, que si es un niño de mamá y papá, que si quiere estudiar lo mismo que yo, vamos, que el chaval se hacía notar.

—Da igual, la cuestión es que desde la fiesta de graduación no me lo puedo sacar de la cabeza, percibo su aroma en todos lados, aunque parezca loca, os lo juro que es real.

—Si estás un poco loca, si—dijo Rocio, provocando que la habitación se llenara de carcajadas.

—¿Y si viene a Londres? ¿Se lo dirás?

—No lo sé Marina, solo sé que quiero verlo, pasar tiempo a su lado, escuchar su voz, saber de él todos los días, derribar esas barreras que tiene, conocerlo, apoyarlo...

—Joder tía estás enamorada-dijo Rocio.

—Ahora mismo siento que lo conozco de toda la vida aunque hasta hace unos meses no habíamos cruzado palabra y no había aparecido todavía, siento que llegó con intenciones de quedarse y de convencerme de querer que jamás se vaya. Si así es, no me queda otro remedio que darle la bienvenida, hacerle la cama en el lado izquierdo del pecho y entregarle las llaves de casa—dije encogiéndome de hombros.

—¿No tienes miedo que te haga daño?

—Si Rocío, pero más miedo tengo de hacérmelo yo misma al negarle el bienestar de la duda, además no sé qué suceda entre nosotros, no sé lo que él piensa, tal vez no le gusto y yo haciéndome ilusiones como una tonta, es mejor esperar.

Mi móvil me informó que tenía un nuevo email

De: Iceman
Para: Mi
Asunto: Pasajeros con destino a Londres, favor de abordar por la puerta del éxito.

Prepárate pelusita que no vas a dormir en 3 días, nos vemos dentro de una semana, hasta entonces prepara tus mejores botas, tu abrigo más calentito y el mapa de la ciudad porque vamos a conocer toda la capital. Comienza la cuenta regresiva: 7 días, 168 horas, 10 080 minutos y 604 800 segundos para ver esa carita.

—Joder, que viene en una semana, que lo voy a tener frente a frente y ya nada es como antes—dije

—Amiga tranquila, todo va a salir muy bien, irás al evento en compañía de Frank y pasarán el mejor fin de semana de sus vidas, solo recuerda no desanimarte si las cosas no salen como esperas.

Rocio me aconsejó y ambas salieron de la habitación en busca de algo dulce que comer, dejándome sola y atónita frente a la pantalla del móvil sin saber que responderle a Frank, no sabía si alegrarme o ponerme nerviosa desde ese preciso instante.

De: Mi
Para: Iceman

Felicidades Iceman, te lo mereces a pesar de no haberme enviado los apuntes de la semana pasada. Sabes que serás más que bienvenido acá, prometo ser buena anfitriona, eso sí, tú debes prometer ser puntual y asistir a todas las conferencias.
Pd: Aunque estés acostumbrado a estas temperaturas, empaca mucha ropa de invierno.

De: Iceman
Para: Mi

Vale, prometo ser buen acompañante.
Pd: No sabes cómo adoro que seas tan irresistiblemente previsora.

No había vuelta atrás, en pocos días tendría la boca de Frank a centímetros, sus manos harían más que escribir emails a mi dirección, su voz ya no estaría al otro lado del teléfono y su aroma ya no sería una ilusión de mi sentido del olfato.

Estoy feliiizzz de que estos dos estén a punto de verse. ¿Quién más ansía ver la explosión FranVi?😁. Londres arderá.

El camino hasta ti [# El Camino I] ✔ [Completa]Where stories live. Discover now