El camino hasta ti [# El Camino I] ✔ [Completa]

Capítulo XXII (Frank)

De: Victoria Pelusa
Para: Mi
Asunto: Estado actual: muy intrigada

Hola Iceman, ¿cómo va todo por el polo norte? ¿Sigues empeñado en no entrar en calor? Ahora que hace tanto frio por aquí es cuando menos te entiendo, no sé cómo puedes vivir en un congelador constantemente.
Hoy asistí a otra de las charlas de apoyo de Jacob, como te he dicho hasta ahora, es mejor terapia que las que he hecho antes, cien por ciento efectiva.
Lo que más me llamó la atención fue encontrar varios cheques de transferencias bancarias a nombre de tu padre. Sé que tu familia es adinerada pero no sabía que eran tan filántropos, la verdad es que me sorprendió viniendo de un tipo como Lucas.
Pd: ¿Cómo van las calificaciones? ¿Podré verte el mes próximo?

De: Mi
Para: Victoria Pelusa
Asunto: Estado actual: tan intrigado como tú.

Hola pelusita, de este lado todo bien, me estoy llevando mejor con los pingüinos, eso quiere decir que me quedaré más tiempo por acá, me estoy acostumbrando al clima.
Me alegran tus avances con el Dr. Williams, la confirmación de rehabilitación total cada vez es más certera.
Con respecto a lo de mi padre no sé qué decir, solo te pido que no te metas en los asuntos de mi familia, por favor.
Pd: Mucho mejor que el mes anterior y sí, creo que pasaremos navidades juntos.

Envié el correo dirigido a Victoria e intenté en mi respuesta mantener controlada la ira que me había generado el hecho de saber que mi padre se estaba aprovechando de actos benéficos para hacer de las suyas.

—Me voy a Huelva—dije mientras abría mi maleta encima de la cama y ponía en su interior mi ropa sin cuidado alguno.

—¿Qué? ¿De qué hablas tío?— cuestionó Marcos sorprendido— Que es sábado Frank, no te dará tiempo estar aquí para las clases del lunes.

—Yo me las arreglo, no te preocupes ¿Vale?— dije y me marché por la puerta camino al aeropuerto.

Pedí en una de las taquillas del aeropuerto un boleto con destino a Huelva, el viaje de regreso a casa se me hizo eterno pero valió para organizar todo lo que tenía que reclamarle a mi padre.

—Herminia ¿quién llama a la puerta?—dijo mi madre desde el interior— ¿Frank? ¿Qué haces aquí hijo?—emitió sorprendida al verme.

—Hola mamá, he querido darte la sorpresa, ¿estás bien?—dije mientras posaba en su mejilla un largo y tierno beso. Sentir los brazos de mi madre rodeando mi cuerpo después de tantos meses, me transportó a mi niñez—¿Dónde está papá?

—En el despacho, no vayáis a discutir Frank, por favor.

—Tranquila ma, solo quiero saludarlo ¿Vale?—besé su frente.

Entré en el despacho de Lucas sin permiso, con toda la rabia contenida en mis puños, listos para hacerlos colisionar con su cara.

—¿Qué formas son esas Frank? ¿Qué estás haciendo tan lejos de Barcelona?

—Lucas, vamos a tener esta conversación y me vas a contar toda la puta verdad de una vez.

—A ver, ¿qué quieres ahora?— cuestionó mientras acomodaba su cuerpo en uno de los muebles de la habitación.

—¿De dónde conoces tú al Dr. Williams? El médico que me recomendaste para Victoria.

—¿A qué viene ese pregunta?

—Respóndeme joder—levanté mi cuerpo de la silla que estaba ocupando y la fuerza que deseaba ejercer sobre el cuerpo de Lucas terminó ejercida sobre la mesa de su escritorio.

—Es un viejo amigo, nada más— respondió nervioso.

—Vale, esto será así, si no me cuentas la verdad en este preciso instante salgo por esa puerta y no respondo por lo que haga Lucas—mi enfado era notorio y la tensión se podía oler a kilómetros.