Capítulo XII (Vicky)

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Los días pasaban entre maletas, cajas de mudanzas y ultimación de detalles para viajar a Londres. No había vuelto a saber de Frank pero cada mañana recibía una tarjeta diferente de su parte la cual yo ignoraba por el temor a enfrentarlo aunque hubiera una pantalla de por medio, era muy terco aunque no puedo negar que su terquedad me gustaba.

Visité la editorial, me despedí de Ester y le agradecí miles de veces por la oportunidad que me había ofrecido años atrás, de no ser por ella hubiera sido más complicado aún, tomar la decisión de ir a Cambridge.

En compañía de las chicas, aumentamos la frecuencia de asistencias al café, íbamos a extrañarlo en demasía y queríamos viajar con el sabor de sus donas en el paladar y que el olor del café recién hecho no pudiera escapar de nuestra nariz, sabíamos que encontraríamos otras cafeterías en Inglaterra pero ninguna como la nuestra. La dependienta no sería Sara y nadie se encargaría de mimarnos como ella lo hacía, si querías el café con 2 cucharadas y media de azúcar, una nube fina de leche y que estuviera bien cargado ella lo preparaba tal cual o si querías una sobrecarga de chocolate en tus magdalenas ella se encargaba de cubrirlas completamente. Confieso que más de una vez contemplamos la idea de llevarnos a Sara con nosotras, era la única manera de mantener la adicción, pero luego supimos que los secuestradores pagan con varios años de cárcel.

Según información de los directivos de la universidad tenía que asistir a finales de agosto para recibir la residencia y dejar todo listo antes de que empezaran las clases. Faltaba solo un día para irnos a Londres y mi equipaje era todo un desastre, sacaba y volvía a empacar cosas que aún no sabía si llevaría, ¿cómo se visten las chicas en Inglaterra? ¿Hay frio? ¿Calor? ¿Cuánta ropa utilizo en una semana? Joder, el cepillo de dientes.

Hacer aquella maleta me estaba costando más que un examen de Matemáticas, cuando creía que la tenía lista aparecía mi madre con el listado que tenía en su cerebro a recordarme algo más.

—¿Haz empacado la cobija que utilizas en invierno?

—Mierda, ¿no quieres ir tú por mí a la universidad mamá? Empacas, desempacas y cuando tengas todo organizado en el armario vuelves y yo te reemplazo.

—Eso sería hacer trampas, te toca a ti hacerlo Victoria, es tu hora de vivir, conocer, hacer y deshacer maletas, no permitas que un poco de desorden te impida disfrutarlo.

No sé cómo lo hacía, pero mi madre siempre tenía las palabras adecuadas para cada situación. Con su ayuda terminé de embalarlo todo, y al cerrar la maleta no me podía creer que 17 años de mi vida cupieran ella. No volvería a estar en mi habitación por mucho tiempo por lo cual intenté llevarme un pedacito de cada rincón junto conmigo, las pantuflas que siempre usaba porque eran las únicas que calentaban mis pies, la lamparita pequeña  en forma de luna que tenía al lado de mi cama así como las estrellitas del techo que formaban parte de mi pedazo de cielo y mi libro favorito "Las almas de Brandon" de Cesar Brandon porque sus páginas eran las únicas capaces de calmarme en momentos de ansiedad.

El día siguiente llegó y era inevitable no estar triste, después de esa mañana no despertaría con los gritos de mi hermana, ni de desayuno tendría las tostadas de papá, ni la casa olería a mi madre, era demasiado pesar dejar atrás una vida entera pero se suponía que tenía que hacerlo. Las chicas pasaron por mí y nos dirigimos al aeropuerto

—Pasaporte, billetes, maleta, bolso de mano....

—Vicky has revisado lo mismo cinco veces, no se te queda nada, relájate ya, verás que el viaje será súper —dijo Rocio.

Estaba nerviosa, era la primera vez que volaba en avión y por suerte nos había tocado los asientos juntas  sino, hubiera sido capaz de agarrar la mano del pobre desconocido que le tocara viajar junto a mí. Hicimos todos los trámites pertinentes y abordamos el avión, las pastillas que mi madre me había suministrado horas antes comenzaron a hacer efecto y dormí hasta llegar al aeropuerto de Londres.

—Hemos llegado, que emoción —dijo Marina.

—¿Estás bien Vicky?

—Sí, con algo de sueño pero bien —le respondí a Rocio —por cierto, recuérdame siempre tomarme esas píldoras antes de subirme a un avión, será la única manera en la que lo haga.

Salimos del aeropuerto y no me lo podía creer, estábamos en Inglaterra, los edificios eran enormes y las calles interminables, seguía pensando en Barcelona pero Londres estaba comenzando a convencerme.

Tomamos un taxi que nos llevó hasta la residencia en Cambridge, donde nos recibió el rector y nos dio la bienvenida, no solo a nosotras sino a todos los residentes que comenzaban un nuevo año en la universidad.

—Chicas no tenéis que hacerlo, vosotras tenéis la oportunidad de vivir fuera de la residencia, el sacrificio es innecesario.

—¿Bromeas? —cuestionó Marina divertida —esto es la gloria Vicky, no padres, no profesores, fiestas hasta las tantas.

—Y muchas materias que aprobar, entre ellas Filosofía. ¿Recuerdas que odias las letras Marina?

—Que sí, que vamos a estudiar mucho Rocio,  pero desde hoy nenas, somos oficialmente universitarias.

Nuestra habitación era perfecta, cada una tendría su espacio y lo podría decorar de la manera que más gustara, escogí la cama de la izquierda porque la pared de al lado tenía una ventana enorme que sabía de sobra que  necesitaría en más de una ocasión,  Rocio quedó en el medio porque le teme a la oscuridad y tenía que dormir con una luz tenue y desde esa posición no nos molestaría y Marina dormiría en la que quedaba cerca del cuarto de baño, ella tenía sus razones. Comenzamos con la personalización de cada uno de nuestros pequeños espacios y al ver el resultado final me sentí feliz porque tenía un leve pero satisfactorio parecido con mi habitación en casa, tomé fotos y se las envié a mis padres.

—Bien, son solo las 5 de la tarde, aun podemos dar un paseo —dije

—Si, venga, nos cambiamos y a conocer Londres nenas, yuju —dijo Marina.

Caminar por las calles de Londres y saber que sería nuestra ciudad por cinco años me ponía los vellos de punta, era una ciudad imponente y temeraria y la arquitectura que mostraba te hacia regresar a siglos anteriores y revivir un poco de historia, posar al pie de una de sus edificaciones causaba la misma sensación de pequeñez que provoca el mar cuando lo observamos desde la orilla.

Recorriendo las calles británicas llegamos a Neal's Yard, una de las avenidas más importantes de la capital inglesa, fue adentrarnos en ella y convertirse en un remanso de paz en medio de tanto ajetreo. Era un callejón con edificios coloridos que dejaba atrás el color triste de Londres y te obligaba a chocar de golpe con fascinantes tonos tropicales, las ventanas de los mismos estaban llenas de plantas y a lo largo de la calle existían diferentes esculturas de esas que te invitan a estar más de hora y media observándolas.

Entramos en una de las tantas tiendas ecológicas que existían en el lugar, en la cual escogí el cactus que pondría en la ventana de mi nueva habitación ya que no había podido traerme el mío desde España y quizá era una tontería pero teniendo uno cerca siempre me sentía protegida, llamémoslo manías o historias detrás de un amuleto.

Al llegar al final de la calle sentimos un aroma familiar, decidimos descubrir de donde provenía y terminamos en la entrada de lo que sería desde entonces nuestra segunda casa.

Era una cafetería pequeña, las mesas y sillas todas eran de un color diferente y las paredes estaban decoradas con fotografías de personas que habían visitado el lugar. Fuimos atendidas por una chica rubia, nos propuso las delicias del sitio y luego de degustarlas supimos que ese sería nuestro paraíso.

De vuelta a Cambridge, mientras nos despedíamos de la agitada ciudad y nos adentrábamos en la tranquilidad que caracterizaba a los jardines que rodeaban las instalaciones del campus, descubrí que todos los retos que la vida nos pone por  delante es porque somos capaces de cumplirlos y aquella universidad que no deseaba y  tan lejos de casa, sería el primero de muchos que me pondría a mí.

Hasta aquí hemos llegado por hoy. Mil gracias por vuestro apoyo. Un besazo😁🤗

El camino hasta ti [# El Camino I] ✔ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora