Capítulo VIII (Vicky)

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Lancé el móvil contra la cama en el intento de revertir toda la ira que tenía contenida contra él. Mi cerebro no podía mantenerse dos minutos sin producir información y el exceso de dudas me estaba agobiando. No podía dejar de pensar en lo que había sucedido la noche anterior con Frank, su reacción fue más violenta de lo normal pero lo preocupante era, el puñetazo que llevaba en su mejilla. Hice intentos por llamarlo, por ir a su casa y saber cómo había pasado la noche, ayudarlo, escucharlo pero tenía muy claro que ese idiota no me lo agradecería, así que, desvié mi atención y pensamientos hacia el recibimiento del email más importante de mi vida.

Desde que había abierto los ojos esa mañana no había dejado de actualizar mi correo electrónico, tenía pánico que llegara la información y no escuchar el sonido de la notificación y a la vez, de recibirla al instante y leer aquello que no quería saber.

—Hola hija.

—Hola ma. Te invitaría a pasar pero creo que puedo ser  radiactiva en este momento.

—Pues yo tengo la cura para esos males —dijo mi madre con la seguridad que le proporcionaba conocerme a la perfección.

Con sus manos, señaló sus muslos y esa era la señal para que recostara mi cabeza en ellos, comenzó a acariciar mi cabello y fue capaz de hacerme olvidar todo el caos mental que tenía por unos minutos.

—Tienes todas las razones del mundo para estar nerviosa Vicky, hoy se decide tu futuro pero,  en el caso de no recibir la respuesta que deseas debes adaptarte a las circunstancias con madurez. Si no es Barcelona, será otra, pero estoy segura que marcarás la diferencia donde quiera que te encuentres.

—Sabes que quiero que sea Barcelona mamá, me he esforzado mucho para que así sea.

—Lo sé, pero todo en la vida no es como uno desea hija mía, en ocasiones la vida nos da los materiales necesarios para que construyamos el recipiente que queramos, lo moldemos y decoremos según nuestras necesidades, esas son las oportunidad que no pueden desaprovecharse a lo largo de la existencia. Pero, la mayoría de las veces, la vida solo nos da el recipiente  y nosotros tenemos que ser como el agua en su forma líquida, tomar su forma y aprender a vivir en él. Con esto no te estoy diciendo que seas conformista, solo que en ocasiones es mejor tomar la forma del recipiente y no comenzar a construirlo desde cero. ¿Entiendes?

—Si no voy a Barcelona mi única opción es Cambridge y no quiero irme lejos de ustedes, no quiero dejarlos solos con toda la mudanza, además no quiero estar tan lejos de Carla, apenas empieza el bachiller y yo sé que me necesitará.

—Vicky si tu destino es estar en Cambridge todo se acomodará para que así sea,  no tienes que preocuparte por nada, siempre estaremos juntos aunque estés a miles de kilómetros.

Mi madre besó mi frente y ese gesto tan simple apaciguó todos los pensamientos negativos que rondaban mi cabeza. La atmósfera de paz que mi madre había creado en mi habitación durante los últimos diez minutos se disipó en cuanto mi móvil alertó que tenía un nuevo mensaje.

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—Son ellos ma —dije tras levantar la vista de la pantalla, los nervios invadieron todo mi ser, sentía el corazón en la garganta y agradecí por tener a mi madre tomando mi mano.

Estimada señorita Victoria Sánchez:
A través del siguiente medio, deseamos hacerle oficial, la información de que su aplicación para la beca en la carrera  de Odontología que comenzará sus clases el próximo curso académico en la Universidad de Barcelona, ha sido denegada, debido a la desaprobación de la entrevista realizada por el Consejo de Becas Internacional el pasado mes.
Cordialmente, Rector de la Universidad de Barcelona.

No podía respirar,  los nervios y el pánico me estaba jugando una mala pasada, mis ojos se llenaron de lágrimas y solo quería explotar. No lo podía creer, habían denegado mi expediente y lo único que me venía a la cabeza era que nunca nadie me llamaría Dra. Sánchez.

—Vicky, Vicky, hija —gritaba mi madre mientras zarandeaba mi cuerpo pero yo era incapaz de escucharla, estaba perpleja ante aquella situación.

—No valió la pena nada —fue lo único que alcancé a decir mientras mi madre me abrazaba —ni los desvelos, ni las horas extras en la editorial, ni los talleres extraescolares, ni las mejores calificaciones, todo se ha ido a la basura por una simple entrevista.

—Victoria, hija, escúchame, no puedes ponerte así, puedes tener una recaída si te deprimes, no hay nada perdido, aún puedes ir a Cambridge y estudiar algo que te guste tanto o quizá más que la Odontología.

—¿Y si tengo una recaída qué mamá? Si de nada ha servido tantos años de terapia para poder estar bien, tantos años de aceptación y de elevación del amor propio si a fin de cuentas mi vida profesional será un desastre, si nunca voy a poder ser yo.

El sonido de las notificaciones interrumpieron una vez más, era un email de la Universidad de Cambridge, en Londres, era obvio su contenido, me habían aceptado en sus instalaciones, concretamente en la carrera de Administración Empresarial y debería asistir a finales de agosto para coordinar los últimos detalles de la residencia en el campus.

Mi madre me felicitó a pesar de que no eran los resultados que había luchado por obtener. En ese momento me sentí la persona más frustrada del planeta, sentía que cualquier cosa por la que me esforzara de ahí en lo adelante terminaría saliendo mal. Único punto positivo, estarían las chicas, la razón por la que valdría la pena.

¿Quién ha vivido algo similar? ¿Alguien más ha pasado por esta frustración?. Os leo🤗

El camino hasta ti [# El Camino I] ✔ [Completa]Where stories live. Discover now