El camino hasta ti [# El Camino I] ✔ [Completa]

Capítulo VII (Frank)

Sin dudas, la idea de Marcos había sido muy buena, montar una fiesta para tener a Vicky cerca poniendo por delante la excusa de que todos en el colegio irían, parecía una burrada, pero estaba funcionando. Todo estaba listo antes de que llegaran los invitados, bebidas en abundancia, la piscina con suficiente espuma, las luces a la perfección y yo lucía un atuendo al que pocas chicas podrían resistirse.

Comenzaron a llegar los chicos y aquella noche comenzó a merecer la pena, estábamos felices aunque se tratara de una última vez para algunos. Marcos se acercó y me extendió un vaso con whisky, el cual acepté porque estaba de los nervios de tan solo pensar en la posibilidad de no verla.

La bebida empezaba a hacer efecto en todos, pasada la medianoche la música se escuchaba a kilómetros aunque la bocina fuera tu acompañante y la frustración se estaba apoderando de mí hasta que la vi.

Ella, era de esas chicas que no impresionan a simple vista pero que es obligatorio mirar en su interior porque allí, puedes encontrar universos enteros reconstruidos con sus propias manos, logra calmar todas las malas vibras que giran a mi alrededor con tan solo un gesto, con ella podía ser yo aunque solo fuera por dos o tres minutos diarios en los que captaba su atención. A veces princesa, a veces guerrera, a veces loca, pero siempre ella y aun con sus manías e (im)perfecciones iluminaba todo a su paso, solo le faltaba descubrirlo.

— Hola chicas, bienvenidas,  si queréis tomar algo allí está la barra— escuché decir a Marcos —Tío, que te has quedado embobado, no seas tan obvio, joder —dijo chasqueando los dedos delante de mi cara.

Lo intentaba, pero estando cerca de Victoria era más que imposible, esa chica controlaba mis sentidos, tenía un puto hipnotizador en sus ojos y sus caderas se encargaban del movimiento pendular. Esa noche estaba hermosa, la tela de su vestido era digna de envidiar y las vistas que ofrecía de su espalda solo incitaban al deseo y la lujuria, era como si entre mis manos y su piel existiera un campo magnético.

Mi padre destruyó la fantasía que estaba teniendo con Victoria en ese momento agarrando fuertemente mi brazo y emitiendo un sencillo pero fuerte ¡sígueme!.
Caminamos hasta su despacho, el cual quedaba alejado de la multitud.

— ¿Puedes explicarme qué significa esto? —dijo señalando la boleta de notas que se encontraba en su escritorio.

— Es un nueve.

— ¿Un nueve? ¿Eso es lo que eres capaz de dar?

— Papá por favor, estoy con mis amigos, es una fiesta, déjame divertirme.

— Divertirte ni hostias, sabes muy bien que a esta casa no pueden asistir visitas, pero tú eres tan irresponsable como para pasar eso por alto y encima sacar un mediocre nueve.

Hablar con él siempre me hacía enojar, porque era mi padre sino ya se hubiera llevado una buena hostia. Nunca estaba en casa, nos desatendía a mi madre y a mí desde hacía años, tenía negocios sucios y podía afirmar que su único temor era terminar tras las rejas. Con el paso del tiempo había logrado racionalizar mi ira en su contra pero cada vez que me exigía como si fuera el padre del año, la revivía un poquito más.

— No pienso discutir contigo y como te atrevas a volver a exigirme algo de lo que no tienes derecho, me van a sobrar razones para ir a la policía y denunciarte, desde ya te lo advierto.

El puño de mi padre interactuó con mi mejilla derecha y el dolor se hizo punzante, controle las lágrimas pues no tenía en los planes mostrarme débil delante de él. Volteé mi rostro, clavando mis ojos en los suyos.

— Anda con cuidado Frank, si tu madre se entera de todo podrías provocarle un disgusto muy grande y no queremos eso ¿cierto?

— Ahora me amenazas, muy bien papá, te estas postulando para el galardón a mejor padre, cada vez te lo curras más. Las cosas son así,  o me dejas hacer mi vida como mejor me parezca o mañana tienes la casa llena de policías poniéndote unas putas esposas en las muñecas por todas las ilegalidades que has cometido. Por mamá ni te preocupes que si he sabido cuidar de ella todos los meses que no has estado, sabré hacer lo mismo durante los años que te pases en la cárcel.

Salí de aquellas cuatro paredes en busca de alguna bocanada de aire dejando atrás el portazo provocado por la puerta del despacho. Caminé hasta uno de los corredores y allí estaba ella, perdida entre todas las puertas blancas que conformaban mi extensa (prisión) casa.

— Perdón, es que estaba buscando el baño y… ¿Frank que te ha pasado?
Estás sangrando.

Corrió hacia mí, sus manos hicieron contacto con mi cara, como si pudiera limpiar la sangre que tenía en el rostro con sus dedos y la angustia se hizo dueña de ella. Por un momento quise quedarme así para siempre, con su mano acunando mi mejilla, quería abrazarla, quería contarle todo lo que había pasado pero una vez más, mi coraza me impedía estar cerca de Victoria.

Con un gesto brusco aparte su tacto del mío.
— ¿Qué coño estás haciendo aquí? —y sí, fue la frase más estúpida que pude haber dicho.

— Desde luego, el que te pegó tenía que haber acabado contigo, niñato malagradecido.

— Vete de mi casa Victoria, sal de aquí, no quiero verte —grité.

Salió corriendo asustada y lágrimas rodaban por sus mejillas, me arrepentiría de aquello, pero en ese momento solo podía pensar que mi padre había arruinado la ocasión perfecta para que Victoria supiera lo mucho que me importaba.

Regresé al jardín y busqué a Marcos con desesperación, sentía que me asfixiaba de tanta rabia que tenia acumulada. Durante su fallida búsqueda unas chicas se acercaron a mi, recibí los halagos de siempre y como cada noche de descontrol me conformé con tener a alguien al otro lado de la cama aunque ese alguien, no fuera ella.

Para mí, la fiesta había terminado, ignoré a todos los presentes, me fui a mi habitación en compañía de una chica rubia y media botella de whisky en las manos. Lo único que recuerdo, es que me desquité con el saco de boxeo que colgaba desde el techo de mi recámara y que terminé entre las piernas de una desconocida gimiendo en su oído, el nombre de Victoria.

Como lo prometido es deuda😁, aquí les traigo más sobre nuestro chico. Espero les ayude a conocerlo y poquito mejor.
Sois libres de dejar vuestros comentarios acerca de la obra, se aceptan críticas constructivas. Un beso enorme ❤.