Capítulo II (Vicky)

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Sábado, 2:00 de la tarde, diapositiva 17 y cero probabilidades de que mi cerebro aguantara un minuto más.

Estaba bloqueada mentalmente, no era capaz de plasmar los motivos por las que quería estudiar Odontología, las cuales había repetido a mis padres y a mis amigas desde que tenía uso de razón. Apagué el portátil, revisé el móvil y tenía mensajes de Marina dándome mucho ánimo y stickers  con un extra de ternura, que sabía ella de sobra que yo adoraba, audios de Rocio con su filosofía de que ¨siempre que se quiere, se puede¨  y tenía razón pero yo, en ese momento, en lo único que pensaba era en sentir el tacto de la tela de la almohada en mi cara. Un mensaje de voz de Ester, dándome tranquilidad al decirme que no me preocupara por la editorial durante ese fin de semana. Un mensaje de Frank… espera ¿Qué?, ¿un mensaje de Frank?, ¿Frank? ¿El mismo chico que no aceptaba invitaciones de cumpleaños solo por el hecho de no tener que gastar su tiempo comprando un regalo?, ¿ese Frank preocupándose por mí?

Aquello era lo más incrédulo que había visto jamás, de todos los que podrían preocuparse por mí, al ver el estado en el que me fui del colegio la tarde anterior, él era el último en el que hubiese pensado. Un "hola, ¿estás mejor?, bastó para que la fachada de arrogante que había creado durante años, se derrumbara.

De: Mí
Para: Frank, el egocéntrico
Más calmada, gracias.

Respondí sin emoción alguna y lancé el móvil lo más lejos de mí posible, como si fuera a hacerme daño su respuesta.

De: Frank, el egocéntrico
Para: Mí
Me alegro, éxitos para el lunes, toda la clase confía en tí

Toda la clase confía en tí, leía el renglón una y otra vez, que me lo dijera una de las chicas, vale, pero que me lo dijera Frank Fernández llevaba otro modo de interpretación. Dejé de darle vueltas al asunto y tras un largo baño retomé mis deberes: la dichosa presentación.
No había comenzado aún la universidad y ya me estaba dando problemas, con suerte terminé hasta la diapositiva 19, aunque no me convencían mis respuestas, decidí dejarlas tal y como estaban o quizá las mejoraría en un revisado final. Aún me faltaban diapositivas en las que tenía que convencer al jurado del Consejo de Becas por qué me merecía una de ellas, pero el sueño me convenció a mi antes. Según mi madre cuando entró en la habitación a las cuatro de la madrugada estaba dormida con el portátil encima, las gafas puestas y los apuntes eran los dueños de mi cama.

Comencé el domingo más animada, con mejor actitud y dispuesta a concluir el proyecto antes de que culminara el dia y así fue, a las 6:35 de la tarde tenía todo listo para que el día siguiente fuera un éxito, conseguir causar buena impresión ante los representantes y por fin dormir con tranquilidad sabiendo que tenía un cincuenta  por ciento de la beca asegurada.

Llegó el día y si en condiciones normales estaba nerviosa, en la situación en la que me encontraba no podía ni respirar, las manos me temblaban y cuando mi voz salía de la garganta, se resquebrajaba por completo. Al llegar al colegio todos los profesores y compañeros nos dieron mucho ánimo a los becados, emitiendo todos, la frase trillada: todo va a salir bien.
— Todo va a salir bien —dijo Marina provocándome una pequeña carcajada, ella sabía que estaba harta de que todos dijeran lo mismo.
— No te preocupes Vicky, estoy más que segura que al salir por esa puerta, nos darás una alegría a todos e iremos a celebrar a la cafetería de siempre —dijo Rocio, me concía tan bien que sabía que ese plan, lo adoraría.

Mis padres me abrazaron, abrazo que se vio interrumpido cuando el director López pronunció mi nombre en alta voz, anunciando que era la primera en exponer. Al entrar en la sala de reuniones, donde se realizaría la exposición, habían más de 10 representantes de todas las universidades (saber que todas esas personas iban a juzgar mi trabajo me ponía peor de los nervios), un dispositivo que proyectaba mi presentación en una pantalla enorme  y mis profesores de siempre, entre ellos el señor López.
Comencé mi intervención, en la que todos pudieron percatarse de mi incapacidad para controlar todas las emociones que me estaban sucediendo en aquel día. Expliqué a los presentes la importancia en la actualidad de estudiar la carrera a la que me refería, los campos de estudios tan amplios que nos brinda y mis razones personales para elegirla entre las demás.
Al concluir el representante de la “Universidad de Barcelona” comenzó a hacerme preguntas para las cuales no tenía respuestas, entre ellas ¿que podría aportarle a su centro estudiantil? o si tenía algún proyecto relacionado con la carrera en construcción, a lo cual tuve que responder un rotundo no. Al notar mi desánimo y la expresión de frustración en mi rostro, el representante de la carrera de Empresariales en Cambridge comenzó a hablar y a enaltecer mis cualidades como estudiante, ofreciéndome sus instalaciones por si cambiaba de opinión y quería dedicarme al mundo de los negocios. Una vez terminada la exposición mis profesores me felicitaron y el jurado también, menos la persona que más me interesaba en ese momento, al parecer para él, no había sido suficiente. Recopilaron mi ficha en una base de datos que incluía mi e-mail, número de teléfono y dirección para que las universidades pudieran ponerse en contacto conmigo y hacerme saber sus decisiones.

Al abrir la puerta y dejar atrás la sala de reuniones me recibieron mis padres y mis amigas y tras apartarme de ellos vi a Frank, alzando tu dedo pulgar en símbolo de que todo estaba bien pero, nada lo estaba. Sabía lo que había sucedido dentro del salón y los días de estrés acumulado para mí, apenas comenzaban.

Holaaa, una vez más🤗. Espero que les esté gustando la historia. Recuerden seguir el perfil✔ y dejarme su apoyo por aquí debajo👇🌟. Os leo en los comentarios😘

El camino hasta ti [# El Camino I] ✔ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora