Fuerza: era lo que la Oscuridad necesitaba, y ya la tenía.

Energía. Vitalidad. Odio. Ira. Rencor. Todas esas sensaciones le provocaban un cosquilleo en la piel que él recibía casi con agradecimiento.

Sus ojos destellaron en la penumbra de la caverna.

Las sombras se arremolinaban a su alrededor, negras, fuertes e incontenibles. Querían venganza tanto como él lo hacía, mas no iba a subestimarla de nuevo; tendría que ser paciente y esperar como si tuviera todo el tiempo del mundo... Esa era la ventaja de ser inmortal.

Sonrió con malicia, teniendo la certeza de que no fallaría. Y esta vez, a diferencia de la primera, ella no volvería.

Los pasos de Aura eran tan débiles que apenas resonaban en el suelo de mármol

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Los pasos de Aura eran tan débiles que apenas resonaban en el suelo de mármol. Salió del aula de Historia casi desmoralizada. Comenzaba a preocuparse por Lucas y eso no le gustaba. Caminó por la universidad con la vista fija en el suelo; el murmullo de la gente a su alrededor disminuyendo gradualmente sin que ella se percatara de aquello a medida que avanzaba. Su cabeza parecía querer rehusarse a pensar en nada que requiriera demasiado análisis. ¿Por qué hacerlo, si las sombras habían desaparecido?, pensaba una parte de ella, la parte que deseaba que todo fuera normal otra vez. Pero aún estaba aquel presentimiento; ese que le decía que no todo había terminado.

La siguiente vez que le prestó atención a su entorno fue porque se percató del silencio sepulcral que cubría los corredores, y se dio cuenta de que todo a su alrededor estaba desierto. El ambiente estaba cargado de una extraña tensión que hizo que a Aura le dieran escalofríos; la densidad de la energía en el lugar era casi tangible. Mientras caminaba las luces que iluminaban el corredor se le antojaron frías, mortecinas, y estas pronto comenzaron a titilar con un leve zumbido. Se sentía expectante, como estar esperando a que lo inevitable al fin sucediera.

Un pinchazo ya familiar en la parte trasera del cuello la hizo pegar un salto, sin embargo, al voltearse, la sombra que esperaba encontrar no estaba. Se hallaba completamente sola en aquel blanco pasillo.

Eso debió haberla tranquilizado, aunque estaba cada vez más lejos de sentirse así.

Todo a su alrededor se volvió frío de pronto. Aura se ajustó la chaqueta, volviéndose paranoicamente en todas las direcciones, esperando que algo saliera de cualquier lugar y la atacara... Nada pasó. Y fue, de algún modo, todavía peor.

Una sensación de miedo y desesperación comenzó a abrirse paso en la boca de su estómago. Tenía que largarse de allí, lo sabía, cuando otro pinchazo, esta vez en la parte baja de la espalda, le recorrió la columna vertebral, quitándole de golpe más energía que en cualquier otra ocasión.

Sombras.

Aura se obligó a dejar a un lado el miedo de no saber qué ocurría y, como si estuviese ya acostumbrada, lanzó una oleada de sombras tras ella, esperando que su oscura energía contuviera a lo que fuera que quería atacarla... Mas el ruido que acompañaba a las sombras al desintegrarse nunca llegó. La chica jadeó al voltearse. Nada, no había nada tras ella salvo el espectro de sus propias sombras desvaneciéndose.

A través de las Sombras © [MUESTRA] [EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora