Mi expresión se volvió en una sonrisa arrogante.

─Oh, sí.

Eve rodó sus ojos, pero estaba sonriendo mientras miraba en mi dirección. El Hufflepuff que estaba sentado en la mesa de nuestro lado se levantó y se fue de la biblioteca, dejándonos a ambos solos en el final. La miré antes de que pudiera apartar la mirada, y ambos nos miramos a través de la mesa por un largo momento.

Sus ojos azules seguían fijos en los míos mientras me preguntó en una pequeña voz: ─¿Me besas?

La comisura de mis labios se elevó, pero yo ya estaba inclinándome hacia ella. La besé a través de la mesa en el final de la biblioteca, el olor a pergamino nos rodeaba y su pelo me hacía cosquillas alrededor de mis mejillas. Cuando nos separamos, Eve me sonrió tímidamente mientras decía segura: ─Gracias.

Le sonreí de vuelta mientras le decía: ─No, créeme; gracias a ti.

*

Aproximadamente dos semanas después en Pociones, Snape nos dejó trabajar en unos problemas del libro de texto en grupos asignados según las mesas. Yo estaba sentado delante de Goyle con Eve a mi derecha y Zabini, por mala suerte, a mi izquierda. La única razón por la que estaba sentado a su lado era para que Eve estuviera lo más lejos de él como fuera posible.

Nuestros libros de textos estaban al lado de nuestros trozos de pergaminos, pero solo habíamos sido capaces de contestar la primera pregunta. Estaba hablando con Eve y a veces bromeando con Goyle a través de la mesa, mientras daba lo mejor de mí para ignorar a Zabini. No había sido tan duro como lo había pensado; todo lo que tenía que hacer era raramente mirarlo para que no se volviera a enfadar.

─Supéralo, Eve ─le dije con aire de suficiencia, mirado sobre su trabajo que Snape nos había devuelto corregido a principio de la clase─ Lo he hecho mejor que tú esta vez.

─Ya claro ─Eve replicó, intentando alcanzarme y echar una ojeada a mi propio trabajo─ No me dejas ni mirar el tuyo.

─Eso es porque no quiero que te sientas mal ─le sonreí, escondiendo mi trabajo debajo de las esquinas de mi libro para que no pudiera ver que había sacado cinco puntos más que yo─ Hacemos muchos trabajos en esta clase; solo por este, te dejo libre de ver la vergüenza de ver mi nota.

─Estas lleno de ella ─Eve sonrió. Intentó verse molesta conmigo, pero falló miserablemente, robando su trabajo de vuelta mientras Goyle y Zabini hablaban en el otro lado de la mesa─ Admítelo, Draco. Soy más buena en Pociones que tú.

─Mantente diciéndote eso a ti misma ─le dije, inclinándome hacia atrás en mi silla y estirando mis brazos con mis manos detrás de mi cabeza─ Soy brillante en pociones.

Eve sacudió su cabeza y me recordó fácilmente: ─Eso es lo que las personas engreídas dicen.

─No soy engreído...

Estaba a punto de llegar y coger su trabajo por segunda vez para molestarla otra vez cuando Zabini me interrumpió.

─Hey, Hawkings ─dijo, sonriendo satisfactoriamente a través de la mesa hacia ella. Mi pecho quemó; ¿De verdad estaba haciendo esto? ¿Cuántas veces lo había intentado durante el pasado mes?

Miré hacia Eve y vi como su sonrisa se desvanecía de su cara, viendo como su mirada se volvía fría mientras miraba en dirección a Zabini. No dijo nada mientras lo miraba por medio segundo antes de que volviera de nuevo a mí. Miré hacia Zabini, intentando calmarme y esperando que por el amor de Slytherin no lo volviera a intentar.

Pero él empezó a abrir su boca por segunda vez, así que lo corté antes de que pudiera decir otra palabra más.

─Cállate, Zabini. Déjala sola.

Él se giró hacia mí y sonrió, y sabía lo que estaba haciendo, quería molestarme.

─¿Por qué debería? Solo quería preguntarle...

─Sí, bueno, no puedes.

─A que te refieres con, no puedes ─me preguntó arrogantemente mientras Eve miraba hacia abajo, donde se encontraba su libro de texto.

─Lo que quiero decir ─le dije groseramente─ no tienes permiso para hablar con ella.

Zabini sonrió enormemente ante esto, burlándose: ─Qué, ¿tienes un flechazo?

─No tengo un flechazo ─le espeté, intentando mantener mi voz firme a pesar de lo enfadado que me estaba provocando─ Vete a la mierda, ¿puedes?

Él miró de nuevo hacia Eve, y luego sonrió antes de decirme: ─Bien, no metas tus bragas en una estafa.

Mientras él se giró y continuó hablando con Goyle, exhalé enfadadamente y me giré, alejándome de él. ¿Por qué siempre tenía que hacer eso? Era como si estuviera intentando que lo matara.

Cuando miré hacia abajo donde estaba Eve, me di cuenta de que tenía su cabeza levemente inclinada alejándose de mí con el ceño fruncido. Me incliné más cerca de ella en confusión y pregunté: ─¿Estás bien? Solo ignóralo, ¿vale?

─No es eso ─ella dijo, y luego me di cuenta de por qué estaba triste.

─¿Es porque he dicho? ─me corté, casi incapaz de comprender que ella no lo supera aún. Me incliné un poco más cerca y le dije silenciosamente─ Tú sabes que esto es mucho más que un estúpido flechazo, ¿no?

Entonces Eve giró su cabeza y me miró directamente a los ojos por un largo minuto, casi como si estuviera intentando decidir si estaba diciendo la verdad. La miré de vuelta, manteniendo mi mirada firme; porque sabía que le estaba diciendo la verdad. Eve finalmente parpadeó y miró de nuevo hacia arriba, a través de sus pestañas oscuras, diciendo firmemente: ─Lo sé.

Así que, por debajo de la mesa, junté su mano con la mía, sosteniéndola estrechamente.

No la dejé ir hasta que la campana sonó y la clase hubo finalizado.

Little BirdWhere stories live. Discover now