34 · desmorone

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—Estás embarazada —dije, confirmándolo para mi cerebro, como si estuviera procesando sus palabras después de envolverme en un bucle de preocupación e inseguridad.

—Sí —asintió y, creía que su cara esbozaba una gran preocupación en ese momento. Pero no estaba muy seguro, puesto que no era capaz de procesar nada, solo mis propias emociones desmoronándose por segundos—. Según la prueba que me hice el domingo, desde hace cuatro semanas.

Soojin estaba embarazada.

Estaba jodidamente embarazada.

Todas esas teorías que sabía sobre la genética se estaban cumpliendo.

Uno de mis jodidos espermatozoides se había colado en el cuerpo de mi novia y se había fecundado con uno de sus óvulos. Y un feto se estaba formando en su interior desde hacía casi cuatro semanas.

Joder, un bebé. Nuestro bebé estaba en su interior.

Dios mío, ¿en qué momento me había levantado siendo un padre adolescente y había dejado de ser ese gilipollas que no le importaba nada una mierda más que hacer feliz la vida a su jodida novia?

Claro, a esa novia a la que acababa de destrozarle la vida que quería hacerle feliz. Totalmente irónico.

Maravilloso.

Putamente maravilloso.

Me pellizqué el brazo intentando comprobar que solo era un sueño, una ilusión absurda de mi cabeza llena de locas teorías y que despertaría en mi cama, sudando de los nervios como estaba en ese preciso instante, mostrándome que todo era mentira.

Soojin miró mis acciones y sus ojos se llenaron de lágrimas. No creía que estuviera siendo fácil para ella verme de esa manera.

—Ojalá fuera mentira, cariño... Lo siento tanto yo... —pero apenas podía hablar bañada en sus propias lágrimas. Y yo no sabía qué hacer.

Estaba completamente en shock.

De todas las cosas del mundo lo que menos me esperaba es que mi novia de dieciséis años me dijera que estaba embarazada. Pensé... pensé que me diría que quizás había cogido una pequeña enfermedad sin ninguna importancia o que finalmente su médico había encontrado el por qué de todo, de su extraño mutismo, de los síntomas de estos días...

Le había destrozado la vida.

Siempre le destrozaba la vida a los demás, ¿por qué me esforzaba a pensar que no era así? ¿Por qué me esforzaba en pensar que había cambiado, que podía hacerlo? Era el mismo niño de seis años al que le habían humillado frente a todos, al que le habían destrozado y ahora se había viciado a hacérselo a los demás.

—... es por eso que no te he hablado en toda la semana, ni a ti ni a nadie. Cuando vi que me había dado positiva la prueba se me cayó el mundo encima y necesitaba asimilarlo. He sido una egoísta, Hoseok, perdón, lo siento de verdad yo...

Mi cuerpo había puesto el piloto automático.

Escuchaba sus sollozos pero mi cerebro no podía coordinar la información que recibía. En mi mente solo se repetían tres palabras: Soojin-embarazo-bebé, entrando en un absurdo bucle del que necesitaba que me despertaran urgentemente. Estaba empezando a faltarme el aire y no dudaba que acabara teniendo un ataque de ansiedad...

—¡Hoseok! —Exclamó, despertándome del trance. Me abrazó con fuerza haciéndome abrir los ojos de par en par.

No me merecía ese abrazo. Me merecía que me diera una paliza, que me pisara la cara y me echara en cara que por mi puta culpa iba a ser una madre adolescente cuando lo único que se merecía era ser feliz. Me merecía que se alejara de mí, que diera a ese bebé en adopción y se olvidara de mí para siempre. Porque joder, la había dejado embarazada, le había jodido la vida para siempre. Y nunca me merecería su perdón.

HOPE ━ j. hoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora