18 · bicho

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El sudor frío había invadido mi cuerpo esa noche, y, despertar con el corazón acelerado después de haber tenido aquella pesadilla tan horrible, no parecía ser algo por lo que debía de sentirme tranquilo. Menos ante esa horrible sensación de asfixia que apresaba mis pulmones y las increíbles ganas que sentía de vomitar.

No podía estar pasándome eso de nuevo, no.

La mirada exenta de sentimientos por parte de aquel hombre que llenaba mi cuerpo de inseguridades, volvió a hacerse presente en mi mente, y, cuando mis ojos visualizaron mi cuerpo sentado sobre la cama en el reflejo del espejo, no pude sentir más que asco de verme de esa manera. Tan indefenso, tan insignificante.

Y odiaba sentirme de así de nuevo.

Solo tuve fuerzas de levantarme de esa cama, con intención de tomar un vaso de agua que relajara el fuerte picor que se cernía sobre mi garganta e intentar no caerme en el proceso debido al mareo.

No era la primera vez que me pasaba. Había vivido con esos ataques de pánico desde que tenía consciencia. Pero, lo cierto, es que sí, era la primera vez que me pasaba en mucho tiempo. ¿Y qué era lo peor? Ver que, no solo volvía a sentir de nuevo la desagradable emoción de odio, de asco, de inseguridad, de ansiedad... sino, que me encontraba solo. Solo ante la oscuridad de la noche que era mi única compañera.

Volví a mi cama, sintiendo el temblor de mis piernas y, sabiendo, que esa noche probablemente no retomaría el sueño. Acostado sobre ella, refugiado entre mis mantas, deseé que esa fuera la cura de todos mis problemas, que, al encerrarme entre esa caliente colcha que siempre me acompañaba, mi mente se quedaría en blanco y no podría pensar en nada más que en lo agradable que se sentía estar allí dentro.

Pero sabía de sobra que eso jamás pasaría.

Estuve tentado de mandarle un mensaje a Namjoon, de buscar en él el refugio que necesitaba en ese preciso instante. Necesitaba sus brazos rodeándome. Necesitaba su hombro en el que llorar. Necesitaba sus consejos, sus oídos para escucharme. Necesitaba a mi mejor amigo. Aquel que había estado a mi lado incluso en los peores momentos.

Incluso cuando menos había sido yo mismo.

Molestar a mi madre no estaba entre mis planes, había llegado tarde, súper cansada hasta el punto de roncar sin tapujos. No merecía escuchar mis problemas de madrugada y añadir de nuevo, más preocupaciones a su vida. Aunque sabía que, de todas las opciones, probablemente, sería la mejor para tranquilizarme. Pero ya tenía bastante sus propios problemas.

Soojin, tampoco era la mejor de las opciones. La quería tanto que podría aguantar estar mal solo para no preocuparla, aunque, para qué mentir, ni siquiera ella era consciente de que, a veces, me sentía de esa manera. Y Yoongi, él simplemente me mataría si lo molestaba tan tarde.

Finalmente decidí que lo mejor sería intentar refugiarme en lo único que no me haría pensar; la ciencia. Era irónico, teniendo en cuenta que debía de tener una gran concentración para comprender aquello que leía. Pero, me gustaba tanto que simplemente, no me parecía para nada pesado tomar aquel libro de genética. Me sumergí entre las teorías, deshaciendo un poco la presión que habitaba en mi pecho y sin quererlo, terminé durmiéndome poco después.

Desperté con un gran dolor de brazos y es que el libro de genética no era especialmente, un libro ligero. Me levanté y pasé la mañana solo, como me acostumbraba a hacer desde que mi hermana no estaba por allí. Mi día a día consistía en ver a mi madre un poco por la noche, hablar con mi hermana a ratos y llamar cada semana a mi padre cuando estaba fuera del país. Era, simplemente desolador estar solo. Pero, por lo menos me reconfortaba el hecho de tener a Mickey a mi lado esos días.

HOPE ━ j. hoseokTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang