44 · perdón

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Suspiré algo agotado apoyándome contra la encimera después de haber lavado todos los platos.

—Vamos Hoseok, mueve ese culito que para algo lo tienes —dijo Yoongi saliendo del almacén para reponer una de las neveras que estaba media vacía. Rodé los ojos.

—Acabo de apoyarme literalmente hace un segundo —esbozó una sonrisa ladina antes de desaparecer por mi lado.

—Ya lo sabía, ¡era una broma! —Exclamó por último debido a nuestra lejanía—. Cansado de llevar una vida adulta, ¿eh? —Yoongi sonrió ladinamente, bromeando. Le lancé el paño rosa de cocina que tenía en mi mano y soltó una carcajada al esquivarlo.

—Eres un insolente.

—Eso te pasa por llevar una vida sedentaria de videojuegos que te absorben el cerebro, querido, no es mi culpa —volvió a bromear antes de desaparecer de allí para reponer. Sonreí de lado.

Era sábado, el peor día para trabajar en un lugar como aquel. Muchos grupos de familias y adolescentes venían a pasar el día aquella bolera-restaurante en la que había empezado a trabajar hace casi unos cuatro meses. Y, aunque me acostumbraba a lo mucho que se trabajaba en días ajetreados como esos, debía de admitir que aún había semanas en las que me podía todo, en la que mi vida en general, los estudios,... podía con todas mis energías.

Terminé de limpiar la cocina para poder cerrar cuanto antes. Los fines de semana, los encargados no pasaban por allí hasta el domingo a última hora. En los turnos, solíamos ser cuatro personas, pero solo dos se encargaban del cierre, unas del del sábado y otras del domingo. Ese sábado nos había tocado a Yoongi y a mí.

—Listo —indicó terminando de colocar bien las mesas del lugar—, ¿terminaste?

Asentí después de dejar secando el paño que había utilizado para limpiar la cocina. Yoongi pasó por mi lado de camino a los vestuarios y yo le seguí después de apagar las luces de la cocina. Ambos nos dedicamos a cambiarnos en silencio quitándonos el uniforme de la empresa y poniéndonos nuestras respectivas ropas. Normalmente solíamos ser un poco más habladores pero parecía que ese día ninguno de los dos le apetecía mucho charlar.

Cerramos poco después de coger nuestras cosas y Yoongi se encargó de poner la alarma en la puerta con el código secreto. Juntos empezamos a caminar en dirección a la estación de autobuses que no se encontraba muy alejada del lugar. La zona era bastante céntrica para encontrarse prácticamente en un barrio alejado de la ciudad de Gwangju, así que tenía bastante acceso a todos los lugares del estado.

—¿Qué tal llevas el examen de inglés? —Preguntó Yoongi intentando romper el silencio que ya empezaba a ser algo incómodo. Me encogí de hombros.

—Soojin me ha estado ayudando pero, lo cierto es que no he podido estudiar mucho así que pronto me castigará, supongo —bromeé y Yoongi sonrió mostrando sus encías—. ¿Y tú?

—Creo que seguramente catearé pero confío en que tu novia me dé una ayudita también, ¿sabes? Todos dependemos de ella, como cuando dependemos de ti para biología.

—Eso es verdad —indiqué.

Volvió a hacerse el silencio entre nosotros.

—¿Qué tal está? —Preguntó haciendo referencia a Soojin—. Hace unos días que no viene a clase.

—No se encontraba muy bien pero, gracias al descanso se encuentra mejor. Seguramente el lunes vuelva —le indiqué explicándole muy por encima—. Creo que simplemente está algo nerviosa.

Aunque lo cierto es que no estábamos pasando por nuestra mejor racha, a veces discutíamos más de la cuenta, y ya no sabía si era porque estaba harto de todo, cansado de las clases y el trabajo o porque ella tenía las hormonas a mil por hora.

HOPE ━ j. hoseokजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें