8 · salvación I

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Soojin

En ocasiones no sabía que era peor, si las broncas que me envolvían y me disminuían por completo o esas broncas en las que era una mera expectante de la situación, que no me envolvían directamente pero que producían cada vez más y más estragos en mí como si así lo fuera.

Revolví los palillos en el bol sin pegar un bocado más y solo desvié la mirada en dirección a mis padres, quienes mantenían una fuerte discusión frente a mí sin pudor. Me sentía como en un partido de tenis en el que dejas que tu cabeza se mueva de un lado al otro para seguir la pelota y esperar a saber quién saldrá como ganador de un juego en el que tú no podías intervenir.

—¿Ahora es culpa mía? —Preguntó mi madre mientras se levantaba de la mesa sin terminar de cenar.

Mi padre se levantó también, enfurecido.

—¡Claro que lo es! —Exclamó muy convencido de sus propias palabras.

Las náuseas instauradas en mi estómago se hicieron más presentes en ese momento donde la conversación se volvía cada vez más y más intensa. Tuve que apartar el bol de delante de mí, incapaz de poder dar un bocado más.

—¿Es mi culpa que te pases todo el día fuera de esta casa? No lo es —zanjó antes de cruzarse de brazos mientras le miraba con bastante detenimiento. Tragué con dificultad, nerviosa.

—Solo te pedí una cosa Sohye, solo una y no la has cumplido. ¿Es que no aprendes? ¿Es que quieres medidas peores? ¡Solo tienes que encargarte de que ella haga lo que debe hacer y ni eso sabes! —Movió las manos enfurecido. Parecía seguir convencido de que tenía razón, aunque no la tuviera.

Como casi ninguna de las veces.

Agaché la cabeza mientras mi vista se nublaba en el proceso.

¿Por qué me sentía tan culpable ante las llamas que se cernían entre ambos a pesar de que hacía años que la situación era así? Sabía que mi nota era lo de menos entre aquellas palabras encrucijadas llenas de dolor y desespero pero ¿por qué me dolía tanto el pecho al saber que yo había sido la primera en tirar la bomba como si fuera mi culpa que ellos fueran incapaces de quererse?

Y aunque quisiera intervenir, las palabras no salían de mi boca.

—Ella ya es mayor para saber las cosas que debe hacer y las que no. No voy a estar siempre encima de ella solo para recriminarle todo lo malo que hace.

—¡Un cinco es inaceptable! Es momento de que tú pongas cartas en el asunto cada día porque sino la castigaré aquí dentro hasta que sus notas sean excepcionales.

Ninguno de los dos me había mirado desde que había dado la noticia y me sentía excluida de la conversación aún cuando yo era la protagonista principal.

Era como si fuera una muñeca que estaba allí, inerte, sin poder objetar nada.

—Claro, me dejas a mí el plato sucio porque no quieres lavarlo, según tú es mejor romperlo en pedazos.

Como mi corazón, con cada una de sus palabras.

Pero mi padre ignoró las palabras de mi madre antes de hablar conmigo.

—Soojin. —Di un respingo al escuchar la llamada de su parte porque no esperaba que él fuera a dirigirse a mí—. Esta será la última vez que permita un comportamiento así de tu parte una vez más, ¿de acuerdo? —Me quedé callada, cabizbaja—. ¡¿De acuerdo?! —Asentí para responder a sus palabras.

Resopló antes de sacar un cigarrillo y encenderlo.

—Cada día me decepcionas más. Primero empiezas a bajar al ocho y luego llegas con un novio que no deja de llenar tu cabeza de pajaritos preñados y sacas un cinco. —Chasqueó la lengua—. No entiendo cómo pude llegar a sentirme orgulloso de alguien como tú que solo piensa en divertirse cuando cada día doy todo de mí para que seas alguien. Para que seas como nosotros. Eres una deshonra.

HOPE ━ j. hoseokWhere stories live. Discover now