epílogo

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Hope

En algún momento u otro, me había quedado mirando con una sonrisa, como mis padres, felices, se miraban con los ojos brillantes, demostrándose todo su amor sin palabras mientras bailaban al son del tocadiscos que se encontraba en el salón. Parecía que a ninguno de los dos le importaba que les estuvieran viendo de esa manera, sin sentirse avergonzados, siendo tanto con tan poco, acelerando mi corazón al pensar que, sin duda, aspiraba en algún momento, a tener algún amor como el de ellos, a ser tan felices solo con la mera existencia del otro.

No dejaba de sentirme débil cada vez que les miraba y pensaba en lo mucho que habían vivido, en las batallas que habían luchado, en el dolor, el sufrimiento,... Y aún así se levantaban siempre con una sonrisa como si jamás hubieran pasado nada de eso, como si su amor, fuera la cura de todo, el cual crecía cada día más como si eso fuera posible y me hacía sonreír como una idiota al pensar que, de alguna manera, me encantaba verles siempre así, cómo su amor me hacía quererles más, admirarles, seguir brillando con ellos y sonriendo aunque fuera una simple adolescente con mis pequeños problemas.

—¿Qué haces? —Preguntó la tierna voz de mi hermano pequeño, que me miraba con esos grandes y enormes ojos marrones, y su pelo negro cortito cayéndole apenas por su frente. Sonreí, cogiéndole por debajo de los hombros para sentarle sobre mi regazo.

No le respondí porque realmente, me daba vergüenza admitir que, después de un largo día de instituto donde nos preparábamos para los exámenes finales, lo único que me apetecía era empaparme de mi familia, de ellos dos, amándose, produciéndome tranquilidad, aunque realmente lo único que quisiera era, acercarme y contarles millones de cosas para atraer su atención y obtener su amor que necesitaba cuando apenas podíamos coincidir por nuestros horarios.

Pero simplemente, no podía interrumpirles al saber que tampoco eran muchas las veces que ellos podían verse.

—Hope —alargó las letras Sun, quejándose sobre mi regazo e insistiendo por una respuesta. Yo le apretujé, haciéndole reír y besé su cabeza.

—Shh, tú solo mira. —Él, observándome bajo su expresión curiosa que siempre solía mantener sobre su rostro, miró al frente y ladeó su cabeza sin comprender la situación. Aguanté las ganas de reír porque bueno, era lógico.

Un niño de seis años jamás podría comprender del todo, lo que estaba sucediendo, lo que significaba esa mirada de complicidad que sus padres compartían frente a él. Sin embargo, le vi sonreír ilusionado, feliz, como si en parte, lo comprendiera aunque no fuera del todo.

Nos quedamos de esa manera, sentados juntos sobre una de las sillas del comedor desde donde se podía apreciar la cocina y esperábamos a que ellos teminaran de hacer la cena. Extrañamente, Sun se quedó en silencio, solo jugando con mis manos que estaban sobre su cintura mientras movía su pequeña cabeza poblada de pelo negro. Yo sonreí, no solo feliz por la escena de mis padres, sino por el hecho de poder tener la oportunidad de también, estar un rato con mi hermano al que apenas podía dedicarle tiempo.

—¿Vamos a quedarnos así mucho? —Reí sin poder dudarlo, no podía evitar ser un niño curioso. Besé su cabeza, bajándolo de mi regazo y noté sobre nosotros, la mirada de nuestros padres.

No tardé en ver el brillo destellante de los ojos de mi madre, mirándonos con cariño y mi padre igual, pareciendo que Sun y yo, éramos los seres más preciados del mundo para ellos.

—¿Ya está la mesa preparada? —Preguntó mi padre, llamando la atención de mi hermano, que no dudó en corretear asintiendo hacia él. Papá lo cogió en brazos, sonriendo con intensidad.

—Sí, ya está todo —respondí yo a su pregunta. Mamá cerró un poco sus ojos antes de hablar, sonriendo con mucha intensidad.

—Ven, ayúdame a llevar todo a la mesa. —Le sonreí de vuelta, acercándome a ella y ayudándola a llevar todo lo que habían preparado para la cena. Me acerqué sigilosamente al horno después de preparar por completo la cena para comprobar cómo había quedado la tarta que hicimos esa mañana.

HOPE ━ j. hoseokWhere stories live. Discover now