41 · apoyo

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—Pfff, ¿de verdad tenemos que decírselo? —Preguntó Soojin haciendo un mohín frente a su despacho. Suspiré.

—Tú fuiste la que insistió en que debíamos informar a nuestro tutor sobre la situación, ¿por qué ahora no quieres? —Pregunté algo molesto—. Nada ha cambiado.

Esbozó una triste mirada hacia el suelo antes de suspirar.

—No esperaba que nuestro tutor fuera el señor Kim, la verdad.

—Ni yo, y tampoco sé cómo sentirme al respecto.

Después de todo lo que habíamos pasado, las broncas, mis preocupaciones, todo... Aunque sabía que el señor Kim había prometido cambiar, me preocupaba que no fuera así y que, cuando más necesitábamos tranquilidad, él podría destrozarlo todo. Así que también estaba intranquilo y entendía que Soojin no quisiera hablar después de enterarse de quién era. Pero teníamos que hacerlo, y también brindarle esa segunda oportunidad que nos habíamos propuesto darle. Teníamos que empezar a intentar dejar atrás el pasado aunque fuera contradictorio, aunque quisiera desconfiar totalmente de él.

—Pero tenemos que hacerlo, si no tenemos apoyo del profesorado, ¿de quién lo vamos a tener? —Pregunté tomándola por los hombros—. Soojin, ahora estás bien porque nadie podría decir que estás... en el estado que estás —dije en clave, puesto que prometimos no hablar directamente del tema en el colegio.

No queríamos que nadie se enterara de todo antes de que pudiera ser visible, preferíamos estar en paz por unas semanas, no solo por el bien de Soojin, sino por mi bien. Mis antecedentes impulsivos me pedían que me relajara por un tiempo más, porque, si se metían con ella me volvería loco de nuevo y, no podía perder todo lo que había estado cosechando por meses.

Y porque tampoco podía permitirme otra expulsión cuando más me necesitaba Soojin.

—Pero, ¿cuándo empiecen los problemas? ¿Cuándo debas de ir al médico y faltar a clase...? No podemos echarnos atrás ahora, Soojin.

Suspiró de nuevo antes de asentir y le di un fuerte abrazo.

Nunca me perdonaría por haberle hecho pasar por todo eso, nunca.

Me armé de valor, respirando hondo antes de alzar la mano para tocar la puerta y con la otra que me quedaba libre, tomar la de ella para relajar su agitada respiración. Aunque debía de admitir que no era el más indicado para intentar calmarla, para disminuir sus preocupaciones, puesto que yo también estaba increíblemente preocupado y asustado.

Hacía días que tenía un miedo terrible a toda esta situación. Después de enterarme que Soojin estaba embarazada, había perdido las fuerzas para todo.

—Adelante —anunció desde dentro y no tardé en abrir la puerta—. Hola señorito Jung y señorita Park —saludó al vernos, esbozando una tranquila sonrisa—, mis queridos alumnos de mi tutoría, ¿qué les trae por aquí? Pasen y tomen asiento.

Soojin y yo intercambiamos miradas.

—No me creo que ya en un principio de curso tengamos problemas —agregó como si estuviera molesto. Pero no con nosotros, sino con el problema que pudiéramos tener—. ¿Alguien de clase les ha dicho algo?

Ambos negamos con la cabeza.

—Queríamos informarle de algo... —indicó Soojin bastante nerviosa. Su voz le temblaba—, de algo importante que debería de saber —él alzó la ceja ante sus palabras. Recostó su cuerpo sobre la silla y nos miró tratando de entender nuestra adivinanza.

—Me estoy asustando un poco —admitió y, lo cierto es que parecía realmente preocupado. Al ver que Soojin parecía a punto de perder la respiración, decidí que quizás debería de tomar las riendas de la situación.

HOPE ━ j. hoseokWhere stories live. Discover now