29 · humillación

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Soojin.

Tantas ganas había estado aguantando a lo largo de la semana que al final era normal que hubiera acabado todo de esa manera.

Yeonji me aguantaba el pelo que me había recogido en una coleta alta, mientras que Minji aguantaba la puerta para que pudiéramos caber las dos. Yo tosía sin parar mientras soltaba todo lo poco que había desayunado esa mañana y restos que quedaban de la cena del día anterior. Me estaba muriendo de la vergüenza pero, por lo menos agradecía estar en un baño en el que sabía que nadie podría escucharme casi morir en el intento de no expulsar toda la bilis.

—Tranquila amiga —Yeonji acarició mi espalda con cuidado agarrándome con fuerza puesto que no paraba de temblar—, ¿ya has acabado?

Asentí.

—Creo que sí —me ayudó a levantarme para salir de allí. Minji me tomó del brazo, llevándome hasta el lavabo para que me enjuagara la boca y Yeonji tiró de la cisterna por mí.

—¿Estás mejor? —Preguntó Minji, con su rostro teñido de preocupación. No respondí.

Me ayudó a echarme agua en la cara y por el cuello a ver si eso mejoraba. Pero lo cierto es que estaba completamente mareada y aún podría estar de rodillas frente al váter por un tiempo más.

—Siéntate —me indicó Yeonji. Me acompañó hasta los bancos que habían allí, puesto que eran los anteriores vestuarios que usábamos para cambiarnos de ropa en educación física, ahora, eran simplemente baños abandonados a los que no solían ir nadie—. ¿Sigues mareada?

Asentí.

—¿Desde cuando?

—Desde esta mañana.

—¿Y eso? —Preguntó Yeonji—. ¿No me habías dicho el domingo que te había bajado la regla?

—Sí —aseguré. No había sido la misma cantidad que lo normal pero tenerla, la tenía y la verdad que era asqueroso pensar en vómitos y regla al mismo tiempo.

—Debe de ser por eso, ¿no? Aunque tú no eres de las que vomita cuando tiene la regla.

Negué con la cabeza. Yeonji frunció los labios.

—Pero sí que es de las que le duele el estómago y tiene náuseas cuando está nerviosa, puede que se le haya juntado todo de golpe —acarició mi cabeza con cuidado buscando tranquilizarme—. Pequeña, ¿vamos a la enfermería para que llamen a tus padres y te recojan? No puedes seguir aquí así.

—Pero puede que el señor Kim dé hoy las notas, no puedo irme —ella volvió a fruncir los labios y miró a Minji.

—¿Qué hacemos? —Le preguntó. Ella tomó asiento a mi lado y me abrazó.

—Esperar aquí con ella por si le dan ganas de ir de nuevo y dejarla que vaya a clase del señor Kim, solo tienen que decirle que no se encuentra bien y que así sea ella la primera en tener las notas.

—Para eso vamos a tener que ir a la enfermería, no creo que él le permita hacer eso como si nada, tiene que haber un motivo —zanjó Yeonji preocupada.

—Pero aunque vaya, si es solo por la regla o por los nervios, va a ser lo mismo...

—Eso es verdad —dijo Minji—, al final si la enfermera le dice que no tiene nada no va a servir de mucho y solo quedan cinco minutos para que empiecen las clases.

Empecé a sentirme mal de nuevo y no dudé en tirar de la mano de Yeonji para que me acompañara una vez más, quedándonos en la misma situación que al principio. Limpié las lágrimas que se deslizaban por mis mejillas de la fuerza que estaba ejerciendo con mi garganta. Me limpié de nuevo la cara y la boca bajo la mirada de mis preocupadas amigas. Suspiré.

HOPE ━ j. hoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora