10 · ¿amigos o hermanos?

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Hoseok

—¿Has hecho todo eso tú sola? —Pregunté asombrado.

Tenía frente a mí una gran pieza de atrezzo que las personas de mi curso de la clase de arte habían hecho para la obra de teatro que sería ese mismo viernes. Era increíble. Enorme. Con unos dibujos de flores y enredaderas perfectamente hechos y pintados. Como una obra de arte.

Soojin giró su cabeza para mirarme y sonreír avergonzada.

—La idea sí, pero lo hemos hecho entre todos los de la clase —respondió como si quisiera restarle importancia al gran trabajo que había sido idear y hacer aquello. Apartó la mirada en dirección al mural mientras rodeaba sus piernas con sus brazos.

Se encontraba de cuclillas, emocionada.

—Pero ¡no deja de ser impresionante! —Exclamé más de lo que debería. Mi novia soltó una dulce carcajada.

—¿De verdad lo crees? —Me miró y no dudé en asentir entusiasmado. Ella hizo una pequeña mueca adorable con la que no terminaba de sonreír, pero en parte, lo hacía.

Es más, estaba muy orgulloso de ella por haber hecho algo así, por poder sacar a relucir su increíble talento por el arte.

—¿Hay que llevar esto para allí también? —Preguntó Namjoon. Soojin negó con la cabeza.

—Aún quedan cosas por terminar —nos informó antes de ponerse de pie a nuestro lado—. ¿Ya está todo lo demás en orden?

—Sí, creo que los de dibujo están terminando de ponerlo todo en su sitio. —Soojin sonrió de lado mientras se colocaba bien la mochila que cubría su espalda. Observé cada uno de sus gestos como si estuviera embobado por ella.

Y es que, ¿cómo no? Estaba preciosa esa mañana a pesar de haber tenido que aguantar el día anterior la bronca de sus padres.

—¿Vamos a verlo? —Sugirió—. Seguro que los de arte dramático van a ensayar con todo lo que está ya casi listo.

Asentimos al unísono y ella no tardó en esbozar una dulce sonrisa sin enseñar sus dientes. Me tendió su mano, en busca de unirla con la mía y entrelazar nuestros dedos para caminar así, juntos. Me encantaba cuando realizaba esos pequeños gestos que ponían mi corazón a mil en menos de un segundo.

Caminamos por unos cuantos pasillos que se encontraban detrás de las escenas y pudimos observar el gran trabajo que había en aquella obra de teatro que se celebraría a finales de esa semana. Algunos alumnos de los clubes de costura estaban trabajando en los últimos detalles de la ropa de los participantes de la obra, otros, se mantenían en la decoración para terminar a tiempo las cosas más importantes que no podían dejarse para último momento, por otro lado estaban los del club de maquillaje, quienes practicaban con él los peinados en busca de encontrar los más adecuados para cada personaje y por supuesto, aquellos que llevaban ensayando por meses, los verdaderos protagonistas de la obra, los del club de interpretación.

Nuestro colegio tenía la costumbre de hacer una especie de fiesta de fin de curso que solo servía para el alardeo de las familias de los niños ricos. Con ella se exponía a todo el mundo la diversidad de clubes que ayudaban a la creación de aquella obra de teatro y de las inmensas actividades que se realizaban a lo largo del mes en nuestra escuela.

Era totalmente apoteósico, en especial la obra de teatro en la que participan alumnos de diferentes clases y cursos en conjunto. Así que se requería la ayuda de cualquier alumno disponible de la escuela para que todo estuviera en orden antes de que llegara el día. Por eso, en ocasiones como la nuestra, que no teníamos clase de química porque había faltado el profesor, se nos pedía ayuda para terminar con los últimos detalles para que todo saliera perfecto.

HOPE ━ j. hoseokWhere stories live. Discover now