62 · cicatrices

140 12 21
                                    

Hoseok

Quizás la había cagado un poco dejándome llevar hasta el punto de casi besarla antes de ir a por esos churros con chocolate pero, me quedé tranquilo de ver que no había impedido que disfrutáramos del día juntos. Pero es que, simplemente, no pude evitar acercarme a ella, viéndola tan preciosa como estaba por la mañana, de esa manera tan bonita que me hacía querer quedarme con ella en la cama, compartiendo caricias y besos.

Y había sentido la necesidad de volver a compartir ese momento con Soojin.

En ese instante, nos encontrábamos en un parque desayunando casi a la hora del almuerzo pero, sintiéndonos quizás, más jóvenes que nunca. Ella parecía feliz, mirando a la gente que pasaba, contándome pequeñas cosas que no había tenido la oportunidad de escuchar antes por culpa de que no nos llevábamos demasiado bien y, sinceramente, me había sentido completo.

No solo había compartido el día anterior, escuchando las palabras que Soojin tenía reservadas para su padre, mostrando a la increíble y fuerte mujer que era, sino que encima nos habíamos emborrachado juntos, acercándonos muchísimo.

Ya solo con eso, me sentía completamente liberado.

Pero sabía que no debía de quedarme ahí, que debía de seguir avanzando hasta llegar a ella.

—Sé que te lo dije en su momento pero, ahora estaba recordando que, estos días me has sido de mucha ayuda. —Me miró, con sus ojos brillantes como dos estrellas—. Pero gracias por ayudarme el otro día con el casero, sin ti, no hubiera podido recuperar el dinero e irme de allí.

—No tienes que agradecer nada, tú lo hiciste todo y era algo que tenía que haber hecho por ti desde hacía tiempo.

Ella sonrió, asintiendo de nuevo. Miró hacia delante antes de respirar hondo. Me fijé en lo guapa que estaba ese día. El frío había dado un poco de tregua a pesar de estar casi en noviembre, vestía unos vaqueros, un top blanco y una especie de rebeca de crochet gris. Llevaba su pelo recogido en una coleta alta ondulada que me recordaba al pasado. Y no mentía al decir que me encantaba ver cuando se pintaba los labios rojizos, le sentaba muy bien.

Y me hacía querer besarla todo el rato.

Pero no podía hacerlo porque creía que, ya, con lo que había tenido encima esos días, añadir nuestros problemas era demasiado remover el pasado... Demasiado dolor para ella.

—Y me alegra saber que estás en un sitio tan bueno como la casa de tu madre.

—Sí, la verdad es que estoy muy bien allí, ella también parece tranquila conmigo a su lado. Ahora supongo que estará más agradecida, ambas nos comprendemos y tiene que sentarle bien no estar sola en esto, con sus miedos e inseguridades... —Asentí ante sus palabras—... Aunque, si no fuera por mí, supongo que Junghyok podría haberle hecho una perfecta compañía.

—¿Junghyok? —Pregunté alzando la ceja—. ¿Tiene novio? —Soltó una carcajada y eso me hizo sonreír.

Adoraba hacerla reír, verla feliz...

—Algo así —respondió con timidez, moviendo las piernas—. No he podido decírtelo antes porque, entre que no hablábamos mucho, Hawai y todo esto,... Pero, él es el padre de mi hermano.

—¿De verdad? —Abrí los ojos sorprendido y ella asintió—. Joder, Soojin, esas cosas me las tienes que decir. —Ella volvió a soltar una carcajada.

Al menos me tranquilizaba saber que podía tener esa comodidad y confianza con ella por fin.

—¿Y a qué no sabes quién es mi hermano?

HOPE ━ j. hoseokWo Geschichten leben. Entdecke jetzt