46 · bienvenida

99 11 7
                                    

Después de que Soojin nos dejara a todos con la boca abierta —incluído a mí— nadie se atrevió a decir nada de nosotros, al menos a la cara y lo cierto, es que era un completo alivio no pensar más en que nadie podía enterarse o que pudieran meterse con alguno de nosotros. También era un alivio para mi impulsividad.

Pero por lo menos había aprendido algo, me había propuesto defender a Soojin, protegerla como si la vida me fuera en ello hasta el momento de verme cegado por mis acciones, poniéndome en peligro y ella se había encargado de demostrarme que sí, puede que en el pasado necesitara esa ayuda pero que ella también podía protegerme y protegerse a sí misma.

Y debía de admitir que también me sentía aliviado por ese lado.

Quedaban apenas semanas para el parto y lo cierto es que estaba volviéndome loco en el proceso. Se suponía que debía de nacer el dieciséis de noviembre y no dejaba de contar los días en el calendario. No sabía si era porque realmente tenía la necesidad de conocerla ya o porque sentía que, cuando naciera, por lo menos Soojin podría descansar un poco y yo podría ayudarla,...

Lo cierto es que necesitaba que llegara ya ese día.

En ese momento nos encontrábamos en casa, jugando al quién es quién con Jimin y Taehyung, quienes habían venido para hacernos compañía esa tarde en la que mis padres habían decidido salir un rato. Debía de admitir que ambos hacían una pareja extraña pero increíblemente adorable.

Quizás debería de escribir una historia en internet sobre ellos.

Intenté reprimir una carcajada ante mis pensamientos completamente alocados.

—¡Es Britney Spears! —Exclamó Jimin ganando. Taehyung asintió emocionado—. Soy un as en este juego —bromeó limpiándose los hombros.

Soojin negó con la cabeza divertida.

—¿Hacemos batido de fruta? —Sugirió levantándose de la mesa de la cocina.

Si antes parecía que tenía una pequeña barriga, ahora podía verse que era de tamaño normal y cada vez tenía mayor dificultad para moverse. Pero aún así, intentaba no protegerla demasiado con ello, ya habíamos tenido una pequeña discusión porque ella me se quejaba de que la tratábamos como si fuera inválida y quería ser útil. Razón llevaba, así que me había limitado a dejarla hacer las cosas a no ser que ella misma pidiera ayuda.

Se había convertido en una mujer de armas tomar y lo cierto es que había sacado carácter del fondo de su corazón. Y aunque me gustaba y me... ¿ponía en cierta manera? A veces me preguntaba de dónde había sacado ese carácter.

Jimin se levantó a acompañarla en la tarea de hacer los batidos. Ambos animados, charlaban mientras tanto.

—¿Quieres que te enseñe lo que hablamos? —Le pregunté entonces a Taehyung al quedarnos algo desplazados del tema. Él asintió y entonces subimos las escaleras rumbo a mi habitación.

Saqué los juegos de mi videoconsola que se encontraban en una caja al fondo del armario. Taehyung miró con atención, metiendo la mano en la caja en cuanto la deposité en la cama.

—¿De verdad que me los dejas? —Asentí—. ¿Cuánto tiempo?

—Si quieres puedes quedártelos para siempre, apenas juego, no tengo mucho tiempo.

Y no mentía, mi rutina se había convertido en ir a clases, luego al trabajo y luego a estudiar. Ni siquiera a veces tenía tiempo de sentarme a hacer algo para mí, simplemente terminaba en la cama durmiendo de lo cansado que me encontraba. Por suerte, ya no me quedaba mucho tiempo en el trabajo y debía de admitir que estaba orgulloso de mí mismo, no solo por haber conseguido lidiar con esa rutina, sino por el hecho de haber reunido bastante dinero que podría ayudarnos en el futuro. Aunque no servía de mucho después de que la madre de Soojin le hubiera enviado dinero y la cuenta bancaria.

HOPE ━ j. hoseokWhere stories live. Discover now