42 · pasado y verdad

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Noviembre de 1984.

Sohye.

—Mamá, ¿papá se pondrá bien? —Ella asintió, acariciándome el pelo sin dejar de sonreír a pesar de todo lo que estábamos pasando. Era algo que había admirado de ella siempre, su serenidad ante todo.

—Claro que se pondrá bien, cariño.

—¿Puedo verle? —Asintió.

Salí corriendo en dirección a la habitación de hospital en la que se encontraba mi padre y no dudé en sonreír. Le abracé con fuerza y él me estrujó de la misma manera, sonriente, como si se alegrara de verme.

—Mi pequeña —murmuró, acariciando mi cabeza—, estoy bien, cielo, muy bien.


Diciembre de 1985.

Sohye.

—¿Qué sucede? —Pregunté, tomando una fresa del plato repleto de ellas interrumpiendo la conversación que mantenían mis padres. Mi padre apartó la mirada.

—Cariño, hay algo que tenemos que decirte, ¿tienes tiempo?

Asentí y les observé a los dos, algo confusa.

—La enfermedad de papá... no parece que vaya a mejorar pronto. Cada día se vuelve más y más preocupante, tememos que en cualquier momento no pueda ejercer su trabajo.

—Esta empresa es familiar Sohye, desde siempre ha sido parte del legado Park y se ha ido heredando durante generaciones y no voy a permitir que eso cambie. Eres mi única hija y ese es el principal problema.

Mi madre era bastante fértil y había tenido hasta seis embarazos, yo había sido la única que había podido aguantar hasta el momento del nacimiento, adelantándome por dos meses. Mi madre había sufrido cinco abortos y yo era la más pequeña de todos ellos.

—Desde siempre, la empresa ha sido heredada al hijo varón de la familia.

Tragué duro.

—No es que no crea que tú no estés capacitada para liderar una empresa, realmente, eres cabezona y sin pelos en la lengua, creo que podrías llegar a ser una increíble líder. Todo si fueras hombre —explicó—. Nadie va a tomarte en serio.

—Desde pequeña mi sueño ha sido tener el mismo trabajo que tú, seguir con el legado Park y que puedas enorgullecerte de mí...

—Lo sé, y he pensado la manera de que eso pueda llegar a pasar —zanjó—. Te cederé el poder de la empresa —sonreí, emocionada—, pero deberás de casarte.

—¿Casarme? —Pregunté atónita—. Si apenas tengo quince años papá...

—Cuando seas mayor de edad.

—Me prometiste que no me arreglarías un matrimonio.

—Eso antes de saber que estaría condenado a una enfermedad degenerativa —elevó el tono de voz. Alzó la ceja mirándome fijamente—. Como quiero tener a alguien de confianza cerca, te casarás con el hijo de Kwon Taejung, Kwon Seonhyun, es algo mayor que tú, pero no importa. Es la única manera de que puedas tener la empresa. Le conocerás en febrero.


Febrero de 1986.

Sohye.

—Él es Kwon Seonhyun, por fin era hora de que se conocieran —el nombrado alargó su mano. Mis ojos siguieron su gesto, dudando de si debía finalmente corresponderle.

Mi padre me dedicó una mirada reprobatoria y movió su cabeza. Alargué entonces mi mano, entrelazando las nuestras. Después, nos dedicamos una reverencia hasta que nuestras miradas se cruzaron finalmente. Me sentí intimidada por él, como si, de alguna manera, estuviera atravesando mi alma solo con su mirar y no me gustó sentirme así, como si estuviera apunto de entrar en mi propio infierno.

HOPE ━ j. hoseokWhere stories live. Discover now