Lo que un día fue » Justin Bieber ➳Editando.

✖7. "¿Qué haces aquí?"

Han pasado tres días desde la boda de Camila y Chaz, tres días desde aquel íntimo baile. Ninguno de los se han vuelto a ver desde entonces, él ansiaba buscarla pero sabía que no era debido. Y ella, por otro lado, seguía con la misma vida de antes, al menos trataba de conllevar todo normal.

Camila y Chaz se encontraban de luna de miel en Santa Barbara, California y viajarían a unos cuantos países de Europa durante dos semanas. La última vez que ambas amigas se hablaron, fue después que llegaron a su destinatario y ahora solo se mandaban textos. Camila le enviaba fotos de las hermosas que eran las playas y le comentaba lo bien que la estaba pasando, sin contar lo feliz que se notaba al contarle cada detalle de su luna de miel.

Kelsey alejaba todo recuerdo de aquella noche, no se sentía bien recordando que había compartido un momento íntimo con su ex novio, con la persona que tanto quiso. Y Justin también le afectaba ocultarle sus emociones a Natalie, pero quería evitar hablar sobre el tema y no involucrarla en cosas de su pasado. Aunque de todas formas, tarde o temprano se enteraría.

Ambos aún seguían pensando en ése baile, se sintieron como si volviesen al pasado, como si nada malo hubiese pasado entre ellos dos. Cuando se acabó la canción, se quedaron mirando fijamente a los ojos por unos largos segundos y luego se fueron a sus respectivos lugares, actuando como si nada hubiese pasado. Y debían acostumbrarse a eso.

Saben perfectamente que no pueden verse a solas, ni siquiera hablar por teléfono o enviarse algún mensaje de texto, eso daría paso a cosas que no quieren llegar hacer. Por ejemplo; Justin le confesaría las tantas cosas que hizo cuando Kelsey se marchó sin tan siquiera dejarle alguna carta explicándole con determinación porqué no le había dado una segunda oportunidad y Kelsey probablemente se quebraría.

Él imaginó que ella lo odiaba y sacó sus propias conclusiones, aunque empezaba a dudar de eso, por lo ocurrido hace unos pocos días. Ahora le era mucho más difícil concentrarse en el trabajo porque Kelsey no salía de su cabeza y en los únicos momentos que se olvidaba de todo es con la compañía de su adorable novia, Natalie.

Justin se encontraba en su oficina, reposando su espalda en la cómoda silla y jugando con el bolígrafo que tenía en su mano, hace un rato su secretaria le había llevado unos papeles para que los firmara, pero estaba demasiado distraído para hacerlo.

Metió la mano en el bolsillo delantero de su pantalón y sacó su celular, buscó el número de Natalie y dio vuelta en la silla, llevándose el aparato a su oreja. Miraba por la ventana cada persona que caminaba por las calles y los carros que pasaban por allí, en el segundo timbre su novia le contestó.

—Hola cariño —saludó alegremente. —¿Qué pasa? ¿Necesitas algo? Podría ir ahora mismo a tu oficina, tengo descanso.

—Te extraño —dijo el ojimiel, usando una voz ronca. Él pudo sentir su hermosa sonrisa a través del celular, extrañaba escuchar la voz de su chica. —Te agradecería que vinieses hacerme compañía.

—Por supuesto, ya estoy en camino —carcajeó la rubia. —¿Quieres que te lleve algo de comer?

—Uhmm... con tu cuerpo es más que suficiente —usó un tono coqueto.

—Estaré allá en unos diez minutos, hay bastante tráfico. Te amo —murmuró dulcemente. Justin no pudo evitar sonreír, amaba escuchar esas dos tiernas palabras salir de su boca.

—Yo también te amo, lindura —suspiró después de haber colgado. Alborotó su cabello y miró algún punto fijo, volviendo a pensar en la chica de ojos grises.

El ruido de una puerta cerrarse lo sacó de sus pensamientos, levantó la mirada y ahí estaba su novia, con una hermosa y tranquilizadora sonrisa, cosa que lo hizo sonreír por inercia. Pudo divisar una pequeña caja sostenida por las manos de la rubia y frunció el entrecejo confundido.