11. ¡Vamos a surfear!

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11.

{Kelsey}

El despertador de mi celular empezó a sonar, haciendo que saltase un gruñido y hundiera la cabeza en la almohada, no tenía muchas ganas de levantarme. ¿Por qué ponía despertador si estaba de vacaciones? Porque quería madrugar antes que todos.

Me dirigí al baño y en menos de veinte minutos salí completamente arreglada, unos pantalones cortos con una blusa holgada para la calor junto con mis vans. Observé que todos en la habitación seguían durmiendo plácidamente, no se despertarían dentro de un buen rato. Salí con cuidado para no despertar a nadie, cerré la puerta y metí las llaves en el bolsillo de mi pantalón, junto con el celular.

Iba caminando por los pasillos del hotel mientras revisaba mi celular, tenía dos mensajes y una llamada perdida. La llamada pérdida era de mis padres de seguro para preguntar sí había llegado bien del viaje y los dos mensajes eran de un viejo amigo y un primo lejano que vivía aquí en California, quizás lo visitaría después.

Estaba tan distraída revisando mi celular que choqué con alguien, pedí disculpas para seguir caminando pero me detuve al escuchar esa voz tan conocida para mis oídos.

-Hola niña de mis ojos -saludó alegremente.

-¡Liam! -sonreí, abrazándolo por el cuello. -Buenos días.

-Igualmente para ti preciosa -besó mi mejilla. -Te levantaste temprano, ¿y eso? Apenas son las nueve.

-Lo sé -me encogí en hombros, riendo bajo. -Quise levantarme antes que todos, sabes que me gusta madrugar. Y creo que somos los únicos despiertos.

-Uhmm sí, ¿para dónde ibas? -preguntó con algo de curiosidad.

-Iré a desayunar, ¿quieres acompañarme? -le propuse con una sonrisa.

-Por supuesto.

-Entonces muévete porque muero de hambre -hice puchero, tocándome el estómago.

-No me apresures -carcajeó, mirándome con diversión en sus ojos. Negué con la cabeza riendo bajo y nos encaminamos hacia el restaurante.

Frutas, pan con mermelada y mantequilla, batido de chocolate y un postre se encontraba todo eso en el plato. ¿Hambre? Tenía más que eso, podría comerme un banquete completo y hablaba enserio, a veces soy una comilona impulsiva.

Nos sentamos en una mesa de dos, al lado de la ventana. Liam me miraba con una expresión divertida en su rostro. ¿Tan mal me veía comiendo o parecía una muerta de hambre? Fruncí el ceño y me quedé mirándolo con una ceja alzada.

-¿De qué te ríes? -pregunté cruzándome de brazos.

-¿Yo? Oh no, de nada -carcajeó, tomando un sorbo de la taza de café.

-No, dime -insistí. -Me estás mirando como si fuese un bicho raro y tú cara dice otra cosa.

-Es que... ¡Mírate! -exclamó riéndose a carcajadas. -Enserio tienes hambre -sonrió burlón.

-¿Tanto se me nota? -hice un puchero avergonzada.

-Para nada preciosa -sonrió y se le formaron unos perfectos hoyuelos.

Limpió un poco de mermelada de la comisura de mis labios con la servilleta y aún seguía riéndose.

-Basta de reírte, no es tan gracioso -le pegué despacio en el hombro, acompañando su risa.

-Está bien -se detuvo, sonriendo. -Mira quienes vienen ahí -alzó una ceja, mirando por encima de mi hombro.

Giré un poco para mirar mejor, Camila, Chaz, Ryan, Chris y quien nunca faltaba, Justin junto con su novia. No recuerdo muy bien su nombre, creo que es algo como Marine... Uhmm no, es Madison. Sí, ese es su nombre. Justin la tenía tomada de la cintura, muy cerca de su cuerpo y no entendía cómo demonios podía actuar como si nada pasara.

Lo que un día fue » Justin Bieber ➳Editando.Where stories live. Discover now